PERSPECTIVA: Tercera Persona
Sentado sobre silla con los brazos y piernas esposados en una instalación subterránea, Niels se hallaba frente a cinco figuras de traje y corbata conformado por tres hombres y dos mujeres. Quien habla por todos es un hombre de avanzada edad y cabello canoso, con un distinguido lunar arriba de su parpado derecho.
— Niels Becquerel –Cito el hombre el nombre del esper —¿Sabes porque te encuentras aquí?.
La respuesta llego a su mente en un instante, mostrándose un rápido flashback de sí mismo provocando una devastadora explosión que arraso con Hillstown. Sus poderes causaron tal desastre y es por ello que fue el único en sobrevivir a tal hecho. Las cinco personas que estaban frente a él, eran autoridades del gobierno de su país y se llevaba a cabo un juicio rápido del desastre ocurrido.
—Lo único que quedo del pueblo de Hillstown fueron escombros y radiación –Relato el hombre de imponente autoridad —Cuando te hallaron en la zona cero, estabas inconsciente y alrededor de ti la cantidad de radiactividad emitida, sobrepaso las defensas de los trajes de protección de las dos personas encargadas de sacarte de allí, estaban hecho con la mejor tecnología esper contra radiación y ni eso evito que murieran horas después.
Los cuerpos de los fallecidos por radiación tuvieron que ser aislado, la emisión de radiactividad rozaba a cifras ridículas y de no haberse tomado las medidas necesarias, otros podrían haber sido afectados también y tener el mismo resultado.
—Según su expediente, a usted se le coloco un neutralizador celular ESP XR-M4, es el nombre del dispositivo que llevaba en su muñeca derecha, el cual inhabilitaba sus poderes esper –Aclaro el hombre de canas —Siendo el M4, el cuarto modelo y el más reciente, ¿cómo es posible que usted pudo burlar la seguridad de su capacidad de inhabilitación?, los últimos registros emitidos del XR-M4 revelan que no fue destruido por daño físico, sino por su propia emisión de su poder, ¿puede explicarnos que ocurrió exactamente?.
El dispositivo XR-M4 está programado para enviar constantes informes sobre la condición de los poderes del esper que utiliza dicho artilugio y también para reportar en caso de que se lo intente quitar o destruir.
—¿Algo que quiera decirnos señor Becquerel?.
A pesar de que el hombre repetía su pregunta, Niels no contestaba, el joven con la mirada baja, tan solo podía recordar los momentos dolorosos en que su única amiga murió. Su última voluntad y palabras, todas dedicadas a él, pensar que ahora ya no estaba, ya no le quedaba nada por el cual aferrarse a la vida.
—“¿Por qué me dejaste vivir?” –Se preguntó él en sus pensamientos.
Anhelaba haber acompañado a Aleeza en el más allá, incluso si no hubiera algo en la denominada “otra vida”, con tal abandonar un mundo sin ella, le bastaba para hacerlo. Pero su pequeña y escamosa amistad, sacrifico sus últimas fuerzas con la finalidad de evitar que muriera, ¿desear morir ahora sería faltarle el respecto a su voluntad?, una reflexión sobre aquello se tornó en su cabeza.
—Esto es una pérdida de tiempo, procedan con la sentencia final –Ordeno el hombre canoso.
— Niels Becquerel –Su nombre es citado por una de las dos mujeres presente —Debido a los acontecimientos ocurridos, la destrucción de Hillstown, la pérdida de miles de vidas y la inestabilidad para contener sus poderes incluso con medios avanzados, se ha dictado su sentencia.
Miles murieron en aquella inmensa explosión, niños, adultos y ancianos, pero incluso contando a todos los muertos con un estimado oficial, para Niels ya todo daba igual, sin Aleeza el mundo y lo que le ocurría no le importaba en absoluto. Pues culpo a ese mundo en el que vivía, la responsable de privarle al único ser en la tierra que le importaba tanto como para querer entregarle su vida.
¿Pero es odio lo que se gesta en su interior?, ¿un deseo de exterminar a la propia humanidad?, no, en Niels tal sentimiento no existía, su desdén solo estaba reservado para los bravucones que le arrebataron a su Aleeza. Más no tenía pensamientos hostiles de causar estragos al mundo en el que vivía, ahora solo deseaba una cosa, que todo acabara, que la sentencia que le fuera dictada, sea la misma muerte.
—Sera sentencia a un confinamiento perpetuo para Espers peligrosos como usted, se llevara a cabo el procedimiento como tal en este momento –Decreto la mujer dando el permiso a alguien de entrar a la sala.
Un hombre de uniforme militar hace acto de presencia, avanza hasta situarse a unos pocos metros a la derecha de Niels, acto seguido extiende sus brazos y con sus palmas apunta hacia el suelo. Cantidades de psi se concentra en la zona donde sus palmas apuntaron y el militar esper retrocede, manifestándose entonces una especie de trono hecho de metal.
Las esposas de los brazos y piernas de Niels son retirados por consiguiente por el mismo hombre militar, quien lo llevaba para hacerle sentar sobre el invocado trono. El esper de cabellera morada podría aprovechar para intentar resistirse, pero su cuerpo había sido inyectado con una droga que suprimía sus poderes y debilitado sus actitudes físicas.