Metalord Revolution

CAPITULO 177 ACUERDO & DESCONFIANZA

 

 

PERSPECTIVA: Amira Yuzquell

 

Los ghrayb se han marchado, aquella leve esperanza que percibí, al final fue todo una desilusión, no debería ser una sorpresa esta desagradable sensación, pues la he experimentado tantas veces en el pasado. Pero las palabras de esos dos, de alguna forma me recuerdan a como me sentí ese trágico día, contra toda voluntad, torturada física y psicológicamente, como una herramienta sin voz…

 

—Señorita Amira, ¿se encuentra bien?.

 

—Ama Amira.

 

—Señorita Amira…

 

Guardias y sirvientes se acercan a mí, preocupados por mi lesión en el ojo izquierdo, tratando de animar mi deplorable estado emocional, son leales, a pesar de que no confió del todo en ellos. Pero siguen siendo parte de mi familia, lamento tener que verlos así, pero las cosas aquí solo funcionan de esta manera, ¿paranoia?, ¿exageración?, la confianza se ha vuelto un espejo tan frágil a mi alrededor.

 

—Amira… -Una voz resuena a mis oídos, era la de él.

 

Ese hombre carente de cabello, su barba corta negra, su cuerpo entrenado y la marca purpura en su frente de nuestro clan, ¿clan?, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que lo pronuncie de esa manera?.

 

—Adil… -Pronuncie su nombre, pues así se llamaba tal y como siempre lo he recordado.

 

—Esos ghrayb, en verdad son fuertes –Opino Adil —Omayat Kzur, era un guerrero con una vanidad inquebrantable, pero en su rostro y ojos carente de vida, lo veo, aquello que le mato, le arrebato hasta la última pizca de ese orgullo del que tanto de jactaba.

 

— ¿Qué más da?... ya se han marchado.

 

—En tu lugar, yo iría por ellos, tengo varias razones para hacerlo, no solo por el potencial de su fuerza, sino también es que dos jóvenes ghrayb, no tiene manera de regresar a su hogar, ¿habías dicho que ellos proveniente del continente de Gresswold?.

 

Aun si pudieran entender y hablar nuestra lengua, con el dinero que poseen, no les bastaría para comprar un viaje de regreso a Gresswold, además de que todas las embarcaciones marítimas hasta dicho continente de este reino, son constantemente supervisado por lacayos de Muer Afigad. Ellos sin duda tendrán sus ojos puestos en esos dos, los vigilaran de cerca y dependiendo de lo que descubran, podrían reclutarlos o esclavizarlo, mi peor temor, esas poderosas herramientas que los ghrayb poseen, ¿qué ocurriría si cayeran en manos de ese tirano?.

 

—Amira, las acciones cometidas por esos ghrayb, sin duda te han lastimado más de una forma, no me malinterpretes, pero debo decir que en parte de lo que dijeron, concuerdo con ellos -Argumento Adil.

 

— ¿Pudiste entender lo que dijeron? –Pregunte con cierto asombro.

 

—A pesar de que trataste de enseñarme a hablar el lenguaje de los ghrayb de Gresswold, nunca pude llegar a hacerlo, pero aprendí a entender su habla, al menos la mayoría de las palabras…

 

Los guardias y sirvientes tenían un gran respeto por Adil, sus hazañas y autentica lealtad a su gente son de elogiar, pero no estaban de acuerdo en su afirmación sobre que los ghrayb tuviesen algo de razón en sus actos.

 

—A pesar de que los dos son ajeno a nuestras tierras, siguen siendo individuos con sus propias costumbres y valores, con sus propios criterios –Argumento Adil —Incluso los ghrayb pueden odiar y apreciar a sus semejantes, ¿puedes culparnos del todo en que no confíen en ti y solo velen por su propia seguridad?, ellos prácticamente están muy lejos de su hogar natal, sin nadie más que entre ellos en quien confiar y pese a lo muy jóvenes que son, tratan de sobrevivir con la meta de regresar son los suyos.

 

La primera vez que los vi, lo primero que llegue a creer es que eran espías de algún Alnabil que está de parte de Muer Afigad, es difícil no creer esa versión con los jóvenes que son, ¿que ellos no usarían niños ghrayb para obtener información?, podrían hacernos cosas más ruines. No podía ablandarme, ya no, tenía que descubrir la identidad de estos dos cuando llegaron al Corazón del Oasis, no puedo perder este sitio, es el último legado de mi sangre, mis padres.

 

— ¿Qué debería hacer? –Pedí por su consejo.

 

—Creo que ya conoces la respuesta –Adil contesto dejando a un lado su examinación de los soldados muertos del lugarteniente —Entre ambos lados, el daño ya está hecho, ninguno confía en el otro, pero te pregunto a ti Amira, ¿te darás por vencido desde aquí?.

 

—Yo…

 

¿Pero qué estoy haciendo lamentándome aquí?, he atestiguado un poder capaz de aniquilar a más de una docena de soldados entrenados como bien equipados y a un lugarteniente de las fuerzas leales de ese maldito Azim Alnabil. No puedo dejar escapar tal oportunidad, mi corazonada podría no ser del todo confiable, pero aún tengo fe, todavía creo que de alguna manera, que esos  ghrayb podrían ser nuestra salvación.



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En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

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