Metalord Revolution

CAPITULO 191 TROTAMUNDOS AMERICANO

 

 

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

 

¿Cuándo fue la última vez que interactué con un Trotamundos?, si, aquellas personas traídas a Avalía, ya fueran por medios mágicos de invocación o que, al morir en sus respetivos mundos de origen, se les dieron una segunda oportunidad para experimentar una nueva vida en este lado con todos sus recuerdos intactos. Mi existencia es un claro ejemplo del segundo tipo de Trotamundos, soy un reencarnado como tal, en un mundo donde la magia fantástica es real y yo… herede por razones que aun desconozco, mi habilidad esper.

 

Pero remontándome a mi pregunta, ¿cuándo fue la última vez que interactué con un Trotamundos?, recuerdo a PIRER, un ejemplo del primer tipo de Trotamundos, sin embargo, no era un ser humano, o en su defecto un ser vivo, era una IAC (Inteligencia Artificial Consciente), una maquina con razonamiento semejante a la humana. Mi interacción con PIRER fue totalmente hostil, un encuentro que culmino con su destrucción.

 

Pero hubo otro encuentro aparte, Niels Becquerel, el esper confinado en el dichoso cubo de Navum, pero su humanidad físicamente dejo de existir y tan solo eran los restos de una esencia humana convertida en un modo de energía (Navum). A diferencia de PIRER, mi encuentro con él fue amistoso, incluso salvo mi vida, a consta de terminar cayendo en un continente ajeno, pero es mejor que haber muerto… por segunda vez.

 

Pero hasta ahora, nunca he tenido un encuentro “normal” (por llamarlo de alguna manera) con un Trotamundos, alguien de carne y hueso, humano o semihumano, alguien con quien hablar, dialogar y que no culminase en una balacera. Eso cambio, hasta que conocí a este muchacho.

 

—¡Presentándose señor!, ¡Cabo Carlos Ramírez, mercenario de Academi, división latina! -Crok se presenta ante mí —O al menos, “era” un cabo en mi anterior vida, pero esa identidad militar ha quedado relegada a mi distante pasado.

 

Un Trotamundos del tipo reencarnado, por su nombre, ¿latinoamericano?, pero pertenecía a un grupo, “Academi”, ¿norteamericano entonces?.

 

—¿Academi?, ¿qué no era una empresa militar privada de Estados Unidos? -Pregunte.

 

—Esa misma, formaba parte de una división establecida por Academi, en el que todos sus integrantes eran hispanos contratados con un grado o formación militar mínima que precisaba la empresa -Contesto Crok —Aunque casi todos los que conformaban esa división eran colombianos, y no puedo culparnos, eran excombatientes de la FARC.

 

—Entonces… ¿eres hispano o norteamericano? -Pregunte, por consiguiente.

 

Crok tomo asiento en el suelo y relato su historia.

 

—Mis padres eran oriundos de México, ciudad Juárez, hasta que se mudaron a los Estados Unidos -Conto el Trotamundos —Y debo aclarar, que lo hicieron legalmente, nada de entrar al país de polizones en camiones o escalar muros -Aclaro con cierta gracia.

 

Crok nació y fue criado en los Estados Unidos, lo que le convierte en un norteamericano como tal, su infancia como adolescencia según sus palabras no fueron nada interesante que destacara o valiera la pena contar, fueron normales y con algún que otro roce de tinte racista por parte de algunos otros norteamericanos, discriminando su lado latino heredado por sus padres. Dominaba dos idiomas como tal, español e inglés, el primero una herencia cultural enseñado por sus padres y parientes, el segundo adquirido en el seno de su crianza por la cultura de la nación del cual formaba parte.

 

—Entiendo, pero… ¿cómo terminaste formando parte de academi? -Fue la pregunte principal a la que quería llegar.

 

—Larga historia, todo comenzó en parte por mi viejo…

 

El padre de Crok, al menos el de su vida pasada, hizo un servicio militar en su país natal (México), a Crok siempre le pareció interesante los temas en torno a los ejércitos armados, hasta el punto de fantasear siendo un soldado bélico semejante a la vista en películas o videojuegos.

 

—¿En serio?... lo que te motivo la vida militar, ¿fueron series y videojuegos ficticios del género bélico?.

 

—Solo en una minúscula parte, pero de corazón me uní al servicio militar cuando cumplí la edad requerida, y tras finalizar mi educación primaria como secundaria -Relato.

 

—¿Entonces te convertiste en un marine?.

 

—En un principio lo fui por un par de años…

 

La mirada de Crok se torna depresiva e intenta disimularlo mirando hacia el cielo, quedándose unos leves segundos en completo silencio.

 

—Es algo… de lo que no me gusta platicar, malos recuerdos.

 

Podría deducir que algo ocurrió durante su carrera militar, algo que lo llevo a una baja deshonrosa, y en algún momento después termino uniéndose a una empresa militar privada, del cual fue aceptado gracias a su experiencia y formación, pero esto es solo una mera especulación mía. Aunque podría preguntar (como insistir) para conocer más a fondo su vida personal de su identidad pasada, no se sentiría agradable traer a la fuerza esos “malos recuerdos”.



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En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

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