PERSPECTIVA: Tercera Persona
Una segunda flecha iba a ser disparada por el arco de Livia Archan, sin embargo, un extraño acontecimiento se produce en medio, aquella primera arrojada a Rozuel Drayt y que aun yacía incrustado en su brazo izquierdo, produce un estallido. La explosión resulta ser lo suficiente para mandar al esper a retroceder violentamente hacia atrás, y, además, dejar temporalmente cegada a la bruja arquera.
—“¿La flecha ha estallado?”… -Se pregunto confusa —“Eso no tendría que haber ocurrido aun, el estallido se produciría después de haber lanzado la segunda, con ambas estallando a la vez”.
Las flechas imbuidas con el poder de “Umbra” (emociones negativas convertida en poder) tenían la particularidad de utilizar aquel mana oscuro almacenado para concentrar sus energías en una explosión en el momento requerido por el usuario. Livia Archan planeaba arrojar una segunda flecha y al conseguir asestarla en Roz, provocaría entonces el estallido de ambas a la vez, dicho plan quedo arruinada, cuando la primera flecha estalla antes de tiempo contra su voluntad.
—“Aun no tengo absoluto control de Umbra, la primera flecha ha estallado sin mi orden, no logre mantener la suficiente concentración y su mana termino por desestabilizarse” -Pensó la bruja arquera.
La ceguera producto de aquella explosión, eventualmente comienza a desaparecer, su vista poco a poco retorna a la normalidad y con ello, su caza hacia el sangre de bruja.
—“La explosión lo debe haber hecho retroceder no tan lejos de mi posición, con tal estallido en su propia cara, dudo que haya muerto, esa armadura mágica lo habrá protegido” -Concluyo Livia —“Pero sin duda habrá quedado herido o lo suficiente desorientado para aprovechar y acabar con él, es ahora o no tendrá una mejor oportunidad para eliminarle”.
Planeaba continuar con su caza, erradicar de una vez por toda a ese sangre de brujas, aun recordaba esas palabras pronunciada por él, criticando sus acciones, usando el nombre de su fallecida hermana para juzgar sus actos. Tal cosa enfurecía inmensamente a la bruja, de haber Rozuel no pronunciado tales oraciones ofensivas hacia la joven cabellera verde oliva, quizás habría pensado en dejar al esper solo herido y retirarse después de haberle estallado aquella flecha con Umbra. Pero ahora era “personal”, la bruja despreciaba a su antiguo compañero al punto del odio, no podía perdonar aquello que dijo, quería que pagase con su vida.
Cuando estaba por avanzar en dirección de donde aquello explosión pudo haber mandado a volar al sangre de bruja, cesa sus pasos de inmediato para retroceder velozmente. Fueron sus sentidos o su intuición del peligro, que le permitió evadir a tiempo el ataque de cuatro sables arrojados hacia ella. Los sables clavados en el suelo, se mueven por cuenta propia y comienzan a levitar.
La bruja arquera voltea en dirección del cual procedía una presencia que emanaba magia, encontrándose con un mago de piel bronceada, robusta constitución, cicatrices contundentes como de cortes en torno a su torso y cara, pero su rasgo más llamativo, eran que no poseía brazos.
—¿Quién eres?, ¿un lugareño del lugar acaso? -Pregunto ella.
—Despides una oscuridad abominable -Le responde el mago sin brazos.
—No entendí nada de lo que has dicho.
La barrera de idiomas le impedía a la bruja arquera el entender las palabras pronunciadas por Assim, pero con bastar que su ataque le hacia su enemigo, era más que suficiente para saber de qué forma trataría con él. Pronto más sables flotantes se aparecen entre el denso follaje para atacar por sorpresa a Livia, pero la bruja con notoria agilidad y fortalecimiento mágico, consigue evadir cada uno de sus ataques encantados.
—“11 Sables flotantes que atacan a voluntad, no son Espíranos y puede que ni siquiera sea todo el numero de ellos, que enemigo tan problemático” -Describió la bruja arquera en sus pensamientos —“Deben ser armas encantadas materializadas, si el usuario muere, estas desaparecen, no tan diferente en el caso de un Espírano”.
Al momento de plantear una lucha contra Assim, una flecha se acerca hacia ella, Livia la intercepta usando su arco materializado para bloquearlo de manera exitosa como si de un escudo se tratara. A pesar de ser un arma hecho de madera que consigue resistir una flecha de hierro, su materializado arco no posee daño alguno, el aura oscura que rodea al arma también en parte, fortalecía la resistencia del objeto en cuestión.
—¿Refuerzos?... -Una frustrada bruja se preguntó.
Podía oír con claridad varias voces en un idioma que ella desconocía, en la misma dirección de donde procedió aquella flecha, pronto tendría que lidiar no solo con el mago sin brazos, sino también arqueros y quien sabe que otros individuos armados.
—“A este paso me terminaran rodeando, y no me encuentro en mi mejor condición” -Pensó Livia en torno a su oído izquierdo dañado.
El traumatismo acústico que el sangre de brujo le dejo, le privo de la audición de su odio izquierdo, como alguien adiestrado en el arco, una arquera precisa tanto de sus ojos y oídos (como otros sentidos) para manipular con eficacia su arma. En tal condición, aunque consiguiera vencer a algunos, las posibilidades de resultar gravemente heridas o morir en el transcurso, eran altas, y el mago sin brazos, era el que más le mantenía en alerta.
—“¡Maldición!... estoy obligado a retirarme, no solo no he podido encargarme de ese maldito sangre de bruja, tampoco podre llevar a cabo la tarea designada de mi ama… ¡¡MALDITA SEA!!... todo por culpa de ese infeliz sangre de bruja, juro que lo matare la próxima vez que lo vea” -Expreso enfurecida una irritada bruja.