PERSPECTIVA: Tercera Persona
Los dedos del Muhaqdad habían atravesado la frente del esper, repentinamente la consciencia del investigador se llena de una luz blanca que le ciega en su totalidad y disipa todo sonido de su entorno.
—¿Eh?, esto es nuevo…
Alnayits mira a su alrededor, se encontraba en una especie de túnel a oscuras, su único camino era totalmente lineal y más adelante solo veía penumbra.
—Normalmente los recuerdos de la mente a la que tengo acceso entran a mi cabeza de manera directa, pero jamás he experimentado este tipo de reacción, ¿qué significa esto? -Pregunto un confundido investigador.
De repente luz se observa manifestarse más allá del camino que seguía en el túnel, la luz adopta la forma de una puerta.
—Lo que buscaba -Una sonrisa de satisfacción inunda el rostro del investigador.
El Muhaqdad se hecha a correr hacia la puerta, tanto sintiendo como observando que esta poco a poco estaba a la proximidad de su alcance, un jubilo llenaba su ser de una alegría indescriptible.
—¡Todo ese conocimiento peculiar… a mi alcance… POR FIN!...
El investigador extiende sus brazos con intención de tocar aquella puerta, de metros pasar a estar a solo centímetros de hacer contacto.
—¡Es mío!, ¡MÍO!, ¡TODO MÍO!, ¡JAJAJAJAJAJA!
Su cuerpo choca contra algo, deteniendo bruscamente su avance, del impacto le hace retroceder unos pocos metros hacia atrás, Alnayits había dado contra algo que bloqueaba su paso hacia su esperado “conocimiento”.
—¿¡Que cosa intenta obstaculizar mi…!? -Tan pronto como vio con claridad aquel obstáculo, el Muhaqdad queda perplejo.
Un inmenso dragón negro de ojos rojos y largos cuernos, era el obstáculo que le impedía avanzar, la bestia miraba con una furia enardecida, de su nariz exhalaba un vapor rojo oscuro.
—¿Un dragón… aquí…? -Un anonadado Alnayits expreso con desasosiego.
—¡Esta es propiedad privada!, ¡IMBÉCIL! -Exclamo en colera el dragón.
El dragón levanto una de sus patas y procedió a aplastar a un psicológicamente vulnerable Alnayits, el investigador solo pudo observar en histeria como era pulverizado por la descomunal fuerza de la legendaria bestia oscura.
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En el plano real, ubicado en la mazmorra de “la Apostata”, el cuerpo de Alnayits comienza a temblar involuntariamente, acto seguido una fuerza invisible desgarra parte de su túnica que cubría sus hombros. A la vista se revela que, sobre sus extremidades superiores, justo sobre el hombro, ambos brazos tenían un grillete de metal con runas mágicas grabadas en dicho objeto de naturaleza mágica.
De repente, el brazo derecho con él había clavado sus dedos en la frente del Trotamundos, es pulverizado, aquella fuerza invisible hace explotar la extremidad por completo quedando tan solo la mano. Dicha mano suelta la frente de Rozuel, no hay marcas de heridas o signos de lesión en el joven esper, la mano se marchita sobrenaturalmente tiñéndose de negro.
—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Un grito descomunal cargado de dolor y ansiedad exclama de la boca del investigador, el Muhaqdad retrocede violentamente de golpe hasta darse contra la pared, sintiendo una agonía de sensación ante la pérdida de su miembro derecho.
—Mi cabeza… duele…
Cae mareado al suelo, siendo auxiliados por sus dos soldados con el rostro cubierto, quienes le levantan y se lo llevan fuera de la mazmorra.
—Roz, no se que hiciste… ¡pero estuvo jodidamente increíble! -El hombre amazona le elogio.
—Créeme… estoy tan confuso y complacido ante lo que vi -Opino el esper con más dudas que regocijo.
Rozuel miro la mano que había atravesado su frente, aquella que se marchito reducido a una momificada forma, luego volteo a ver el grillete de grabados rúnicos que quedo en el suelo tras haber el Muhaqdad perdido dicho brazo. El objeto en cuestión ya no emanaba poder alguno, las letras rúnicas se habían extinguido de este.
—“Es cosa mía, ¿o ese grillete emana mana junto a todo el brazo a la vez?” -Se pregunto el Trotamundos con incógnitas —“La forma en que se manifestaba el poder mágico tanto en ese grillete y todo el brazo, recordaba enormemente a cualquier artefacto mágico o encantado”.
—Riha, oye Riha, ¿estas bien? -Pregunto Crok.
La Lupian había pasado por un momento atemorizante, uno que helo su sangre como ninguno, su respiración había regresado a la normalidad, pero aun mostraba indicios emocionales de estar afectada por aquel momento de tortura.
—Estoy bien… lo estoy… -Dijo una Riha manteniendo sus emociones en serenidad —Fui demasiado débil… tan vulnerable y patética…
La frustración alimentada por ira empezaba a teñir la psiquis de la loba humanoide, como aventurera, creía con fervor que debía ser fuerte y no dudar en las situaciones de vida o muerte. Cuando el Muhaqdad estaba a punto de alcanzar su mano en su frente, ella siente con vergüenza, que había mostrado una faceta humillante, más aún frente a su compañero de aventuras.
—No te castigues chica loba, en la mayoría de los casos cualquiera habría caído ante semejante presión -Opino el Trotamundos americano —Como dijo ese loco de la túnica con un brazo menos, la psicología puede ser una herramienta macabra a veces.
La frustración de la Lupian era de momento difícil de disipar, las emotivas palabras de Crok poco servían, pero alentaban a su ser interior, a mejorar ese aspecto mediocre de si misma. Mientras el dúo mantenía su charla, Rozuel se encontraba planificando una ruta de escape, pues el momento era más que idóneo.