PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
—“¿Astado?... ¿eres tú?...”
Una voz de tinte inhumano y tono masculino hablo en mi cabeza, todo estaba en completo silencio y quieto, como si el tiempo mismo hubiera sido pausado, mi intuición me llevaría a creer que la voz procedería de aquella mujer inconsciente. Su punto purpura era señal de pertenecer a los Qusatjiat, pero era difícil de creer que la voz procedía de ella, su boca permaneció cerrada al momento de oír aquella interrogante. Además del tono mismo de las palabras manifestadas, no solo no era humano, sino que denotaba ser algo no humano de género masculino.
—¿Quién… quien es aquel que me habla? -Le pregunte.
—“Asta… do…”
Su entonación se volvía débil, apenas siquiera podía pronunciar “Astado” completamente, el mero hecho de este extraño fenómeno que estoy experimentando sucedió justo en el momento que hice contacto físico con esa mujer Qusatjiat prisionera.
—“¿Acaso ella es humana?” -Tal pregunta llego a mis pensamientos.
—“Tú… no… eres… Astado… llevas… su… marca”
Solté a la muchacha luego de escuchar aquella declaración, la pesadez en el ambiente desapareció, mis compañeros y el joven Qusatjiat vuelven a moverse y hablar, la voz enigmática finalmente callo.
—¿Roz?, ¿estas bien? -Crok me pregunto.
—Tienes la mirada como… perdida -Comento la Lupian.
Decirles lo que acabo de experimentar seria solo alimentar la histeria, hasta incluso yo tengo demasiadas dudas sobre lo que acabo de atestiguar.
—¿¡Malika!?, ¡Malika esta despertando! -El tal Berat nos avisó.
La voz de mujer prisionera se hace oír con claridad expresando unos débiles gemidos de dolor, mueve su cabeza con desorientación, dándose cuenta de estar vendada.
—¿Estoy… viva aun? -Fue la primera oración que pronuncia.
—¡Malika!, gracias a Erha, te sacare de allí.
Berat le quita las vendas de los ojos, luego procedió a un intento inútil de sacarle aquellas cadenas y el soporte en la cintura que mantienen cautiva a la mujer en pleno aire.
—Berat… me alegra volver a ver un rostro familiar -La muchacha reconoce al joven Qusatjiat —¿Ustedes?... ¿quiénes son?.
La mujer clavo sus miradas en nosotros tres, por solo nuestros rasgos ella fácilmente puede deducir que no somos de estas tierras, éramos un puñado de ghrayb a sus ojos.
—Esta bien, Malika, gracias a ellos he podido llegar hasta ti, incluso salvaron mi vida -Confeso el muchacho del punto purpura.
—¿Ghrayb aliados?... -Ella se planteo tal suposición con cierta incredulidad.
—Si, si se como va esto, mira no tenemos todo el día, te bajaremos de allí y te daré un resumen rápido de la situación -Le aclare entonces.
Le pedí al tal Berat hacerse a un lado, mientras hacia uso de mis habilidades ESP para liberar a la joven de las cadenas y aquel soporte, mientras a la vez le explicaba que estaba luchando en el bando de Amira y Adil. La pronunciación de aquellos dos nombres tuvo una reacción positiva en sus gestos en torno a nosotros.
—“22 minutos” -La voz de Alnayits hizo eco en toda la pequeña habitación —“Mi pequeño ejercito pronto se adentrará a la Apostata”.
—¡Es él! -Berat aprieta sus puños con ira al oír aquella voz.
—“Haber llegado hasta allí, que perdida de tiempo” -Expreso el Muhaqdad —“En vano son sus acciones, cuando la derrota es inminente, liberarlos a ellos dos solo hará que sufran en el proceso, una vez que vuelvan a ser capturados y llevado a sus celdas, pagaran las consecuencias de sus negligentes actos”.
—¡Da la cara cobarde! -Le desafío el joven Qusatjiat.
—“Je, mocoso Berat, ¿aun me guardas rencor por lo de tus preciados compañeros y amigos?, dime… ¿quieres saber que fue de ellos?”.
—Ya he sido testigos de los horrores inhumanos creados por tu propia mano… no necesito que me describas las enfermas perversiones que llevaste a cabo con ellos, con tus propias manos.
—“Una lástima, quizás te gustaría saber que el ultimo de ellos pronuncia tu nombre como su palabra final”.
Tal declaración hace que Berat frunza el ceño, mientras seguía presionando con fuerza sus manos, el joven Qusatjiat quería maldecir a ese hombre, escupir en su rostro y gritarle todas las injurias posibles. Quizás la mayoría de los guerreros capturados junto a él, ya fueron convertidos en Afligidos, el Nexus sería el responsable principal, pero pocos conocen de su existencia.
Sin embargo, aquel monstruo que Riha abatió y estaba persiguiendo a Berat, hice un vistazo rápido, su anatomía era diferente de ellos, puedo concluir que aquella cosa no era un Afligido, que sin duda aquel engendro fue obra de las propias manos de Alnayits.
—“El monstruo que resguardaba esta habitación, fue creado en base a uno de ellos” -Alnayits revelo —“Su nombre… creo que era… mmm… Daj… Daj… no logro recordarlo bien, quizás por la poca importancia que le tenía”.
—Dajash -Berat cito aquel nombre.
—“¡Ah sí!, ahora si me acuerdo, Dajash, ese era su nombre, recuerdo que antes de que toda su consciencia humana muriese en el proceso, su última palabra fue; “perdóname Berat, todo queda en tus manos”, me dio tanta gracia esas últimas palabras, que decidí tomarme las molestias para conservarlo en mis recuerdos”.
El Muhaqdad alimentaba la ira, impotencia y rabia emocional del joven Qusatjiat, pero en sus ojos manifestaban no solo un abrumante rencor, sino también tristeza, pese a las palabras del investigador, él no le respondió, prefirió ignorarle.