PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Tras lidiar contra el Muhaqdad Alnayits, regrese al lugar en donde confronte a Ezequiel, el ejecutor plateado, me acompañaban Crok y Riha, mientras la seguridad de los liberados prisioneros estaría encargada por Berat. Una puerta de blanco profundo estaba a escasos metros de nosotros, en su interior nos encontraríamos por primera vez con la tal “Madre”, aquel que tira de los hilos de esta enigmática organización conocida como “El Nexus”.
Por supuesto, no me olvide del “Escudo Bunker” que deje en medio de esta sala tras mi pelea contra el ejecutor, recogerlo y comprimirlo en canica me tomo alrededor de unos 6 minutos, menos tiempo del que esperaba, pero note algo extraño. Al “Escudo Bunker” le faltaba masa, es decir, le faltaba metal en su composición, más luego note que algo o alguien había arrancado una porción de la estructura.
—“¿Pero quien o que hizo eso?” -Me pregunte.
Berat me conto que Riha había luchado contra una mujer arquera que tenia un inusual pelo verde oliva, de inmediato pensé en “Livia Archan”, ¿cómo llego esa maldita bruja aquí?. Lo más lógico seria deducir que colabora con el “Nexus”, tomando en cuenta que sigue a esa Yudaz de Alice Kyte, la “Ordinem Deam” ha confirmado su colaboración con ellos.
Aun no he hablado con Riha sobre su confrontación con Livia, no podía discutir de ello mientras me encontraba comprimiendo el “Escudo Bunker” a su forma de canica, eso me distraería mi concentración y me haría tardar más. Tendré todo el tiempo necesario para charlar una vez concluyamos aquí, cuando esteros en la seguridad del “Corazón del Oasis”, hasta entonces…
—Prepárense chicos, es hora de hacerle una visita a la “madre” de estas abominaciones -Les notifique a mis compañeros.
La puerta de blanco profundo se abrió por si sola, no tenia manija y uno llegaría a concluir que habría que empujar, pero ni eso, simplemente se abrió como si nos diera la bienvenida, no podía evitar sentir nervio alguno, estábamos entrando a una guarida de un enemigo al que poco o casi nada sabemos.
—“Lo peor es que mis energías ESP aún se están recuperando, no puedo utilizar el Intense Iron” -Recordé con preocupación en mis pensamientos.
Nos adentramos con pasos precavidos y armas en alto, el camino nos llevo hasta un pasillo, pero no tardamos en ver la próxima sala, al cruzar y llegar hasta allí, los tres quedamos boquiabiertos. Un inmenso sitio de paredes metálicas, mientras los anteriores lugares eran iluminados por luces mágicas colocados sobre la pared, aquí numerosas esferas flotantes de color blanco brindaban dicha luz en todos los rincones.
Este sitio era completamente diferente al “Taller” del reino Wilstone, aquel que vi cuando conseguí salir de la “Isla Única” y desperté en la base secreta subterránea escondida de la “Ordinen Deam”. Ese sitio era más pequeño y su iluminación eran por medio de tétricas paredes rojizas, pero aquí es distintos.
Una iluminación vasta y normal, de hecho, era perfecta para un sitio tan gigantesco como este, pero no podía excluir a aquel panorama que exhibía ese lúgubre ambiente, sobre este inmenso sitio se encontraban cientos de ataúdes o recipientes metálicos con semejanzas a uno. No solo estaban sobre el suelo, también algunas incrustado en las paredes, dichos ataúdes estaban enlazados entre si por medios de extrañas líneas azules marcadas en el suelo que daban el aspecto de circuitos, emitían un brillo leve, pero todas parecen estar anexas a tales enigmáticas líneas. Un dato que note, que no todos estos ataúdes tenían el mismo tamaño, era de esperarse, si de ahí fabricaban sus “Afligidos”, algunas eran más grande que otros.
Al avanzar un poco más es que damos con un ruido de bombeo, dos estructuras ubicadas al extremo de cada pared, semejantes a una torre de agua, soportes sostenían una enorme esfera carnosa roja la cual palpitaba como si estuviera vivo. Numerosos de esos circuitos azules también estaban anclado a este, y, por si fuera poco, también tenia conectado lo que parecían ser unas especies de 4 tubo proveniente del suelo, adheridos a la esfera palpitante carnosa. Los tubos absorbían algo proveniente del suelo y la dirigía hacia aquella esfera.
—¿Qué es… este sitio?, este lugar… me inquieta y su hedor… es repugnante… -Hablo una incómoda Riha.
—Este sitio es llamado como “Taller” -Aclare —Aquí es donde fabrican a esas cosas.
—Salen de allí, ¿verdad? -Señalo el hombre amazona uno de los numerosos ataúdes.
—Has dado en el clavo.
Este “Taller” era sin duda más grande y desarrollado que el anterior, nada de estas cosas se encontraban en aquel primero que vi, ¿y todo este sitio tiene como único propósito el fabricar a los “Afligidos”?. Empiezo a sospechar que quizás haya algo más, no tengo manera de demostrarlo, pero lo que han hecho el “Nexus” aquí, estas construcciones, además de la obvia razón de no ser nada ordinarias, ocultan otras funciones aparte que desconozco.
¿Qué era esa tal “Madre” para empezar?, los ejecutores, ¿qué se supone que sean?, cuando vi la cara de ese tal Ezequiel, aun recuerdos esos rasgos inhumanos que poseía, desde una piel de un exagerado blanco profundo, sin cabello u orejas, ojos que brillaban con un sobrenatural azul desprendiendo energía, nariz aplanada con algunas exhalaciones de vapor rojo por sus fosas nasales. ¿Qué parte de eso era humano?, y tampoco conozco a algún semihumano con tales características, ¿alguna raza o especie desconocida?, ¿pero de dónde procedería?.
Pronto a uno de los ataúdes le ocurre algo, aquellas líneas azules de circuitos de su alrededor se vuelven rojas, el ataúd empieza a liberar vapor y luego a abrirse por cuenta propia, saliendo de este un Afligido. Un modelo del tipo regular, tinte rojo carnoso, ojos carentes de iris, cabeza deformada de proporción absurda, bocas de considerable tamaño con fauces de tiburón y garras por dedos. Para los tres lidiar con tal criatura era sencilla.