Metalord Revolution

CAPITULO 240 SOLUCIÓN COLOSAL

 

 

PERSPECTIVA: Tercera Persona

 

Los tres exploradores bandidos montando en sus camellos, regresaron a toda prisa hacia la guarida, comunicándole entonces a su líder lo que habían visto.

 

—¡Un monstruo!, ¡¡¡un inmenso monstruo se aproxima cerca de la guarida!!! -Manifiesta aquel encargado del telescopio con intenso nerviosismo.

 

Su líder era un tipo rudo, marcas de heridas se observaban sobre uno de sus mejillas, y en su desnudo torso se observaban cicatrices de cortes en pecho y espalda, de una constitución fornida, interpreto el mensaje del explorador como una señal de cobardía.

 

—¡Cierra la boca! -Exclamo con un puñetazo en el rostro del explorador —No hay monstruos de tal magnitud en estas zonas, ¡solo oigo excusas para evitar hacer su trabajo!, si no tienes las agallas para cumplir con tus obligaciones, entonces no necesito a un cobarde en mi banda.

 

Cuando estaba a punto de ejecutar a su subordinado, sus dos compañeros le respaldan y afirman que también lo vieron, algo tan colosal y que les hizo experimentar un miedo que penetro en lo más profundo de sus huesos y carne. Como si los torturadores monstruosos del “reino de la agonía” se hubieran manifestado en este plano.

 

—¡Suficiente!, ¡si de verdad es lo que dicen y se acerca aquí, entonces…!

 

El jefe bandido cesa sus palabras al oír el ruido de algo fuerte provenir fuera de la guarida, dio un fuerte silbido a sus muchachos, quienes interpretan su seña en el acto y le siguen armados. El jefe corre hacia fuera de la guarida blandiendo dos cimitarras, a sus espaldas lo acampaban docenas de sus leales guerreros, destacando escuderos, arqueros, lanceros y algunas unidades con armadura pesada en conjunto con armas a dos manos.

 

—No ataquen hasta que de la…

 

Saliendo de la guarida, a muchos metros de su posición, podían atestiguar aquella de donde procedía tal ruido, a pesar de la enorme distancia, era perfectamente visible, porque su tamaño era tan colosal, tan desmesurado y tan… fuera de este mundo.

 

—Oigan… ¿q-que es esa cosa?.

 

—¿M-monstruo?...

 

—Entonces lo que dijeron esos exploradores…

 

—¿Los torturadores… del reino de la Agonía…?

 

Aquella brava aura y espíritu luchador de todos los guerreros bandidos se ve destruida en segundos, el miedo, la inquietud, inseguridad y pavor, se hace presente en cada uno de ellos, la inmensa mayoría no podía evitar el temblor de sus extremidades. Su jefe, aquel que los dirigía, no temblaba, estaba allí quieto, totalmente inmóvil.

 

—¿Jefe?...

 

Uno de sus subordinados se armó de valor para acercarse lentamente a él, cuando estaba a su lado y toco el hombro de su jefe para comprender porque se comportaba así, pronto aquel forajido líder de torso desnudo y dos cimitarras, cae de espalda hacia el suelo. De su boca brotaba espuma y no emitía respuesta alguna, ya fuera verbal u ocular, había perdido la consciencia.

 

—¡Maldición!, ¡perdimos al jefe! -Exclamo el subalterno con angustia.

 

Observan como “aquello cosa” se acercaba más, el ruido era más notorio, todos huyeron despavoridos de regreso a la guarida, tal era el miedo que sentían, que ni se molestaron en cargar a su jefe, dejándole allí tirado. Pero entonces viene la pregunta, ¿qué es aquello que espanto a los exploradores y destrozo al instante la moral de los bandidos como a su líder?.

 

Aquella colosal estructura se desplazaba por medio de una serie de largos tractor orugas, era un vehículo que, desde la parte trasera hasta la delantera, se calculaban unos 280 metros de largo, 80 de ancho con un 78 de altura y con un peso estimado de 100 mil toneladas.  Se movía a una velocidad de 50 kilómetros por hora, levantando una tormenta de arena a su paso.

 

En la parte superior de encontraba la cabina del piloto, sus vidrios estaban reforzados para soportar munición antiblindajes y explosiones de alta carga, eran además polarizados, solo podían verse a través de este, desde adentro. En su interior se encontraban todo tipo de maquinaria para operar aquella monstruosidad de metal, desde radares, equipo de telecomunicación y otros diversos equipos de cierta complejidad.

 

Sentado y operando un volante con interfaz digitales en el aire que mostraban la velocidad a la que el vehículo se desplazaba, cantidad de combustible, estados técnico de sus mecanismos y tres pantallas que reproducían a modo de video el exterior. La primera cubría el frente, la segunda la derecha y la tercera su izquierda.

 

A espaldas de Rozuel se encontraba la Dalhani Malika de pie, quien mantenía sus manos en contacto con el esper y le transfería mana de manera continua, a su vez el propio Roz la convertía en energía ESP, lo que permitió la “Materialización” de aquel inmenso vehículo que operaba. Por supuesto, es capaz de manejarlo gracias al “Armanum”, una forma de enciclopedia ubicada en su psiquis y que formaba parte de su actual poder ESP como EVO, el cual le permitía conocer a detalle el funcionamiento de toda creación concebida con “Materialización” y utilizarla como alguien adiestrado a este.

 

En aquella sala se encontraban solamente tres individuos, Rozuel quien operaba el vehículo, la Dalhani quien le suministraba mana y Crok quien hacía de guardia con su M16 a la mano. Aunque era muy difícil que algo o alguien se infiltrara allí, para el esper era mejor prevenir que lamentarlo después. En cuanto a Riha, Berat y Aleab, se encontraban cuidando a los rescatados prisioneros y por supuesto, todo el botín de “La Apostata”.

 

—Y pensar que algo así existe en mi mundo -Hablo Crok maravillado con la colosal maquina en la que se hallaba.



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En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

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