PERSPECTIVA: Tercera Persona
El Dalhani quería solucionar el problema con el número de esclavo que sobrepasaba la población de su tribu, e idóneo un brebaje mágico capaz de brindarle una formidable fertilidad a las mujeres de su tribu para dar a luz varios niños y sin mortalidad infantil, ante su tribu aquel brebaje fue presentado como una “milagrosa medicina de fertilidad”.
El secreto de tal mágica bebida solo la conocían su líder y sus seguidores más leales, resulta que el Dalhani consiguió crear aquel brebaje en ese salón subterráneo, haciendo uso de aquel altar donde erigió al “guardián”, y su producción tenia un macabro origen.
—¡Aaaaaah!, ¡duele!, ¡DUELE… AAAAAH!.
—¡Piedad!, ¡por favor piedad!.
—¿¡Que hemos hecho mal!?, ¡hemos sido esclavos leales!.
—¡Nooo!, ¡por favor!, ¡no lo hagan!, ¡AAAAAAAH!.
Gritos, suplicas, sangre y muerte, un selecto grupo de esclavos eran encerrados en una jaula allí mismo, solo para ser seleccionados y encadenados sobre el altar en posición boca arriba, desnudado y luego su cuerpo bañado con líquidos aceitosos productos de alquimia. Acto seguido, cinco magos se posiciona alrededor del altar dando la forma de un pentagrama y comienzan a orar, para luego el propio Dalhani armado con una daga creada por medios mágicos, hunde la hoja en el pecho del sometido y ora una oración propia en su mente con los ojos cerrado.
La persona aun consiente experimenta un intenso dolor mientras, sacudiéndose con vanos intentos por liberarse, poco a poco se siente más cansado, pero el dolor seguía persistiendo con intensidad. Su piel comienza a arrugarse, envejecía como si los años le cayeran encima segundo a segundo, llegando a lucir como un decrepito viejo y luego se convierte en huesos que se transforman en arena.
La hoja de la daga con el cual se apuñalo al esclavo sometido brillaba intensamente, el Dalhani pone dos dedos sobre la hoja y obtiene un pequeño cristal blanco el cual coloca dentro de una vasija.
—¡El que sigue! -Ordeno el Dalhani.
Una joven mujer fue la siguiente y el procedimiento fue el mismo, postrado boca arriba en el altar, desprovisto de toda ropa, bañado con aceites alquímicos, apuñalado con una daga mágica y reducido a un esqueleto que se convierte en arena. De la daga con la que se apuñalo se obtiene otro pequeño cristal blanco que es depositado en una vasija.
¿Qué era este extraño ritual?, la respuesta era un hechizo mágico creado específicamente para sustraer la fuerza vital de un individuo, todos sus años de vida son absorbidos por la hoja de la daga y materializado en un cristal de pequeño tamaño. El dolor en que las víctimas eran sometidas es algo incalculable, sentían como si cientos de cuchillas les perforaran las venas y músculos alrededor de todo el cuerpo, este proceso de extracción de fuerza vital llegaba a durar entre 30 a 40 minutos por persona, y solo en la muerte podían encontrar el alivio.
Aquellos cristales blancos que albergaban esas esencias vitales obtenidas por perturbadores rituales, eran los ingredientes principales para la “milagrosa medicina de fertilidad”, son combinados con plantas ordinarias y alguna hierba mágica comunes de la zona. Este brebaje estaba indicado únicamente para las mujeres de la tribu Qusatjiat y debía ser consumido antes de cada relación sexual que tenían como finalidad la procreación.
Las mujeres al beberlo experimentaban un subido de energía, una vitalidad eufórica como ninguna, tal era el agrado de estar bajo sus efectos, que no tardo en popularizarse y ser usado por el resto de las mujeres de la tribu. Las mujeres que habían concebido su descendencia bajo los efectos de este brebaje, eran capaces de dar a luz entre tres niños como mínimo y cuatro como máximo, sin ningún peligro de mortalidad o defecto congénito. Esto solo hizo motivo aun más a las mujeres de la tribu, a seguir utilizando de esta “milagrosa medicina de fertilidad”.
Sin embargo, una “milagrosa medicina de fertilidad” bien preparado solo alcanza para sustentar una mujer a la vez, lo que significa que, para más de una persona, era necesario el preparado de numerosas de estos brebajes, y aquí es donde entran las matemáticas diabólicas. La “milagrosa medicina de fertilidad” requiere como mínimo 10 de aquellos cristales blancos pequeños, eran 10 sacrificios por uno de estos preparados, para 10 mujeres en total seria un total de cien almas sacrificadas.
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La campaña militar de la tribu Qusatjiat continuo, más poblados eran atacados, con el “guardián” a su lado, eran imparables, con otra conquista exitosa llevaban a hacerse con el botín del enemigo. Tanto recursos materiales como nuevos esclavos, todos de regreso al reino de Alshabhala.
Los años pasaban, el número de los habitantes de Qusatjiat subía exorbitantemente, en cambio los números de esclavos disminuían, pese a las sospechas de estos, nadie se atrevía a preguntar la razón, el miedo los dominaba. Décadas transcurren, la población de Alshabhala aumenta, siendo entrenados más guerreros para no hacer uso de esclavos combatientes y el Dalhani ya muy envejecido aguarda su hora.
Con la muerte de su líder espiritual, aguardan a su sucesor mientras el poblado seguía creciendo, y finalmente un nuevo Dalhani toma las riendas de la tribu a sus 16 años. La campaña militar continua, más pueblos y aldeas son saqueadas, más recursos y esclavos llevados a Alshabhala, y la atrocidad no hizo sino empeorar.
—Mis fieles guerreros, su recompensa les aguarda -Fueron las palabras de su líder.
Con 22 años, el Dalhani recompenso a sus guerreros Qusatjiat con las mujeres prisioneras y esclavas de los poblados sometidos, sobre aquel salón subterráneo, orgias eran llevados. Los guerreros de la tribu violaban sin escrúpulos ni pudor, a aquellas féminas, bajo una estricta orden de su líder.