Metalord Revolution

CAPITULO 266 BRAZO IZQUIERDO

 

 

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

 

Hatim-Alev está muerto y con ello el ultimo Muhaqdad es derrotado, o eso pensé, hasta que un ifrit, una criatura mágica de este reino intento poseerme y este fue detenido por un rostro que no esperaba volver a ver otra vez.

 

—Nos volvemos a encontrar, Rozuel Drayt.

 

Alnayits, el investigador, a quien consideré oficialmente muerto luego de la nuestra confrontación y posterior trato, le mostré a través de mis recuerdos mi mundo natal y él información crucial que me permitió regresar a el “Corazón del Oasis” con abundantes recursos tanto para mí como para la causa rebelde.

 

—¿¡Alnayits!?... ¿pero cómo?... tu estas…

 

—Muerto, y lo estoy, técnicamente hablando desde un punto de vista físico -Fue la respuesta de Alnayits.

 

—¿Como es posible que estes aquí?, ¿qué pretendes?.

 

—En vista de tus dudas… e inquietudes, lo mejor será conversarlo, Rozuel Drayt -Propuso el investigador —Antes que nada, ¿no has notado algo en tu brazo izquierdo últimamente?.

 

La extremidad izquierda, aquella que perdí y reemplacé con un intento de prótesis mágico de hierro, del cual, para poder moverla, es necesario brindar una minúscula parte de mi concentración para permitir su movimiento a través del uso de energía ESP.

 

—«Un momento…»

 

Durante mi batalla contra Hatim-Alev, en esos lapsos que utilice la “Cryo-Thrower GLACT2”, mientras luchaba para derribar su defensa ígnea, ahora que me percato, yo ignore por completo aquella “concentración” mínima que debía darle al brazo izquierdo. Sin esa concentración, la más pequeña que precisa, es solo un pedazo de hierro inútil.

 

—«Y sin embargo… sin darle esa “concentración” para moverlo con ESP, ese brazo de hierro aún se movía por cuenta propia».

 

Estaba tan concentrado en la pelea, tan empleado en vencer al Muhaqdad, que no me di cuenta de ello sino hasta que el propio Alnayits me planteo aquella cuestión.

 

—Asumiré que recientemente lo has descubierto -Dijo el investigador.

 

—¿Esto es obra tuya? -Deduje.

 

—Si, hace una semana pude “restaurarme” lo suficiente para influir en tu brazo izquierdo, convertirme en un “medio” para que puedas ejecutar su uso y movimiento, sin necesidad de tu propia intervención mental.

 

Básicamente, el propio Alnayits aquí mismo confiesa que desde hace una semana, ha podido darme la capacidad de mover mi brazo artificial sin necesidad de que yo me “concentre” para poder hacerlo con mi energía ESP. La conversación se ve interrumpida con unos fuertes pasos de algo gigante aproximándose, algo que provenía a espaldas del investigador.

 

Un dragón oscuro de largos cuernos y ojos rojos, Myldark se manifestó en el lugar, Alnayits con un rostro sumido en el terror, volteo lentamente su cabeza y cuando su mirada choca contra la de él, cae al suelo con el cuerpo temblándole.

 

—¿¡Que parte de “propiedad privada” no entiendes!? -Le exclamo el dragón enfurecido —Tal vez algo de dolor de unas cuantas pisadas te hagan ENTENDERLO mejor.

 

—¡N-n-no es ne-ne-necesario, oh gran y poderoso Myldark “Acero de las Sombras”! -Dijo en su defensa el investigador de cabellera gris.

 

—Myldark, espera un momento…

 

El dragón se disponía a pisar a Alnayits, pero al oír mi pedido, se detuvo de inmediato y su pata toco el suelo, luego exclamo “como quieras” y se recostó en el suelo con su vista pegada sobre el antiguo Muhaqdad.

 

—Uff… realmente habría sido mi fin, gracias por eso -Agradeció aliviado con una mano en el corazón.

 

—Iré al grano, ¿cómo termínate apareciendo aquí?.

 

—Bueno… digamos que en nuestro último encuentro, mientras me mostrabas con tus recuerdos una reconstrucción de tu mundo, puede que yo… haya… filtrado… parte de mi alma… en tu brazo de hierro…

 

Cuando escuché su explicación, lo primero que hice fue poner una cara de indiferencia y materializar en este plano no físico, una palanca (o barreta) a mis manos, lo cual fue posible.

 

—Debería destrozar las piernas primero y luego la duramadre -Declare mis intenciones violentas.

 

—¿Tú puedes golpearlo y yo no?, eso es injusto -Protesto el dragón.

 

—Bien, puedes comértelo después de que lo linche.

 

—No es lo que esperaba, pero estaré satisfecho.

 

—¡Por favor espera!, ¡puedo explicarlo!, solo dame un momento… -Asegura el investigador entre nervios y notorio miedo.

 

Opte entonces por permitirle dar una explicación más detallada, como el propio Alnayits dejo en claro, fragmento una parte de su alma y la coloco en mi brazo izquierdo artificial, fue lo suficientemente discreto para no levantar sospechas y no ser detectado ni por mi o Myldark.

 

Tal parece que esta habilidad de “partir una porción de su alma” fue un hechizo que pensó al instante en el momento exacto en que, a través de mis recuerdos, veía dicha recreación de mi mundo.

 

—Esto es absurdo -Opino Myldark —Tu… ¿creaste un hechizo para depositar una porción de tu alma en su brazo izquierdo allí mismo?, ¿¡simplemente lograste desarrollar uno en ese instante!?, ¡es totalmente ridículo!, ¡ningún humano ordinario podría hacer tal cosa!.

 

—Por suerte no era alguien que considerarían como “ordinario”, en parte aquel hechizo fue un éxito gracias al cuarto don de Vanish que poseía “Metamorfosis” -Afirma Alnayits —Existen criaturas mágicas con habilidades para proyectar su alma o espíritu fuera de su cuerpo, generalmente usan tal habilidad para evitar encuentros fortuitos con depredadores, cosas de la naturaleza con especies mágicas.

 



#23492 en Fantasía
#32466 en Otros
#4497 en Aventura

En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.