PERSPECTIVA: Tercera Persona
La muerte de Hatim-Alev marco la desmoralización del ejercito personal de Muer Afigad, el combate de su líder contra el “Mensajero del reino de la Agonía” fue atestiguado de lejos por varios de sus soldados. Nadie tenia el valor de acudir en defensa de su comandante por temor a una muerte directa, salvo los “contramagos” y encontraron su fin de una manera poco vista, congelados y luego pulverizados por el poder de su líder militar con el arma Logiana.
Sin un líder a quien seguir, con el “Mensajero del reino de la Agonía” ahora al acecho y buscando otras víctimas, la noticia se extiende al resto de escuadrones de combatientes, el espíritu de lucha decae y el pavor se hace presente en las filas, huir fue el instinto de todos ellos.
La moral de los defensores de “El Corazón del Oasis” se intensifica con el correr de la voz de la muerte del Muhaqdad, los rebeldes y mercenarios del reino de Varagaz empezaron a hacer retroceder a los invasores, del cual la inmensa mayoría ya no tenía motivación de luchar con su comandante abatido.
Les daba igual convertirse en desertores a los ojos de Muer Afigad, su instinto por sobrevivir prevalecía por sobre el temor ante el Azim Alnabil, además que varios ya tenían el pensamiento de que el fin de Muer estaba llegando, con el ultimo Muhaqdad vencido, la “política Afigad” ya no contaba con el respaldo de aquella fuerza militar de la que tanto se sostenía. Nadie por cuestión de lógica querría prestar el servicio de su espada o lealtad para arriesgar su vida para luchar junto a una facción o grupo que tiene como bando enemigo a quien venció a los tres lideres y mejores guerreros del reino.
El ejercito invasor huyo, algunos soltaron sus armas pesadas para agilizar el paso de su huida, aquella que contaban con escudos ligeros o protecciones de cuerpo más livianas, tenían las mejores posibilidades de sobrevivir a la lluvia de flechas, o evitar ser empapado de Tafna y eventualmente quemados vivos.
Muchos consiguieron huir, otros tantos murieron en su intento por escapar de tal batalla perdida, con la retirada masiva del ejercito invasor, rebeldes y mercenarios de Varagaz claman su victoria con el levantar de sus armas al cielo y al unisonó clamar a todo pulmón. La defensa de “El Corazón del Oasis” había sido todo un éxito, el enemigo que los superaba con 5000 hombres y el lado defensor solo contaba con 3000, logro ante todo pronóstico repeler las fuerzas de Muer Afigad, murieron casi la mitad del bando rebelde, pero el lado perdedor se llevo la mayor parte de las bajas y la más costosas.
Hatim-Alev el Muhaqdad restante que quedaba, con su muerte confirmada y que eventualmente dicha noticia llegaría a toda la nación, conllevaría la potencial ruina de la “política Afigad”. Los tres lideres militares que prestaron su “lealtad” al Azim Alnabil para hacerse en secreto con la conquista y toma del poder de Quíatar, eran el pináculo del poder de influencia de Muer, ahora sin ellos, su dominio empezaría a deteriorarse, y los rebeldes tendrían todas las fichas a su favor para dar el golpe final.
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Luego de cerrar un trato con Alnayits para convertirse en el “brazo izquierdo”, Rozuel Drayt retorna al plano real, donde el mismo Adil estaba cerca como si vigilara los alrededores, al voltear su mirada en el muchacho, un alivio se hace notar en su rostro acompañado de un suspiro.
—Chico, has vuelto en si… ¿estas bien? -Le pregunta el líder rebelde.
—¿Qué ocurrió?.
—Una mano salió del brazalete rojo de Ev… del Muhaqdad Hatim-Alev, era el Ifrit contenido en su interior, ¿acaso trato de poseerte?.
Adil era consciente de la naturaleza de los Ifrit, al ver al esper algo desorientado le brindo cierta preocupación, un temor de que el propio Roz pudiera estar poseído por la criatura mágica.
—No estoy poseído, lo recuerdo… ahora lo recuerdo perfectamente, esa cosa intento poseerme, como ese estúpido Djinn de la otra ocasión, fracaso y luego… simplemente desapareció.
—Ya no percibo su presencia, conseguiste repelerle, realmente… eres increíble chico, venciste a otra criatura mágica de temer con la capacidad de poseer personas.
La simple actuación de Rozuel Drayt de comprender la situación enseguida fue más que suficiente para convencer a Adil, era necesario para que el líder rebelde no sospechara de lo que ocurrió realmente. Desde la perspectiva del Trotamundos, mencionar a Alnayits era una pésima idea, por ello convenció al hombre calvo Qusatjiat de que el Ifrit fue derrotado y oculto el “retorno” de dicha persona.
—¿Cuánto paso mientras me encontraba “ocupado” contra el Ifrit? -Pregunto Roz.
—¿Casi una hora?, no lo sé con exactitud, la mano del Ifrit salió del brazalete y cuando se pegó a tu brazo desapareció a los pocos segundos, luego tú te quedaste allí de pie con la mirada perdida y no respondías a mi voz ni reaccionaba al contacto.
Adil explica que al ver como Rozuel se encontraba en una especie de estado de “trance”, tomo la decisión de cuidar sus espaldas hasta que volviera en sí, mientras tanto en el plano “no físico” el tiempo transcurrido desde la perspectiva de Rozuel fue mayor, si en el mundo real transcurrió casi 1 hora, en aquel plano “no físico” fueron muchísimas más.
—Je, el tiempo es confuso en esos planos -Opino Rozuel.
—¿Qué?.
—Olvídalo, ¿cómo va la batalla?.
—Puedes verlo tú mismo…
Los dos eran testigos de incontables soldados del ejercito invasor huyendo, algunos en su retirada caían ante las flechas, proyectiles mágicos o eran quemados vivos al verse empapados de Tafna. El grito de victoria de los rebeldes y mercenarios se hizo oír hasta los oídos de los dos, observando también a aquellos que se encontraban en las proximidades de la jungla, con sus armas en alto vitoreando ese triunfo sobre los invasores con sus armas en alto.