Metalord Revolution

CAPITULO 268 EL SEGUNDO GRUPO GHRAYB SE MOVILIZA

 

 

PERSPECTIVA: Tercera Persona

 

—Hola, ha pasado tiempo, pequeño Slime de metal -Saludo acompañado de una sonrisa.

 

El mismo Lecius se aparece en la guarida de la organización criminal del cual Riza, Allum, Tayra y Jhamel se mantenían ocultos allí, el elfo azul se encontraba sentado con sus manos sobre la barra y en total tranquilidad. A pesar de estar rodeado de los forajidos que estaban establecidos allí, con la mayoría portando armas blancas y alguno que otro una ballesta, él no se mostraba nervioso en lo más mínimo y mantenía aquella apacible sonrisa.

 

—Es comprensible que reacciones de esa manera conmigo -Comento Lecius en torno a Allum que le apuntaba con su Colt Python —La ultima vez que nos vimos fue hace unos años e inevitablemente estuvieron envuelto en ciertos asuntos “personales”.

 

—Nos enviaste a la “Isla Única”, mi amo casi muere, no mereces perdón, solo con tu muerte estaremos a manos -Expreso el Slime con un rostro serio y frio.

 

—Oh, que slime más determinado para tomar las acciones necesarias para proteger a su amo -Opino Lecius —Solo quiero aclarar, que ese encuentro era un asunto personal con Liha Gramwind, los dos simplemente se “entrometieron” -Dijo en su defensa —Pero dejemos a un lado ese tema, ¿no tienes interés en saber la verdadera razón por la que estoy aquí?.

 

Allum tenia su dedo en el gatillo preparado para disparar, Lecius tan solo le miro fijamente y luego evadió un proyectil de ballesta disparado por uno de los forajidos.

 

—Cielos, que personas mal educadas, ¿nunca le enseñaron a no interrumpir una conversación? -Suspiro el azulado hombre.

 

—¿¡Quien diablos eres!?, ¿¡como entraste aquí!?, ¡este sitio esta escondido con magia poderosa! -Uno de los maleantes se dirigió hacia él, era el más alto y corpulento del grupo.

 

—Pff… ¿llamas “magia poderosa” a esas defensas mágicas que son un juego para niños?.

 

Las burlas del elfo azul enfurecen al maleante quien con su espada en mano, estaba decidido a atacarle por dicha provocación, pero unas palabras de Lecius hace que alguien interceda en su defensa.

 

—Se que buscan a Rozuel Drayt, se dónde se encuentra.

 

Cuando Lecius hizo aquella declaración, el Slime rápidamente se sitúa en el medio y convierte uno de sus brazos en un escudo que recibe el ataque de la espada y lo repele fácilmente.

 

—¿¡Que crees que haces malnacido!? -Pregunto el maleante molesto —¡Permitimos que se quedaran unos días en nuestra guarida por haber salvado a algunos de los nuestros!, ¡pero no pongan a prueba mi paciencia!, ¡ese sujeto debe morir!.

 

—¡”Ese sujeto” tiene información de vital importante que necesito para encontrar a mi amo! -Dijo Allum.

 

—¡Me importa un comino tu amo!, ¡si defiendes a este intruso!, ¡entonces te mataremos junto a esa mocosa, la semihumana y ese otro tipo que esta con ustedes!.

 

El slime humanizado puso la Colt Python sobre el rostro del maleante luego de haber oído aquella declaración, el hombre nunca antes había visto un arma como tal, pero gracias a uno de los suyos que fue salvado por dicho grupo, le conto sobre las increíbles anécdotas de lo que eran capaces aquellas armas inusuales que portaban, incluyendo aquella que le apuntaba a la cara.

 

Presto bastante atención cuando su compañero le relato sobre su capacidad de atacar a gran distancia y ocasionar un daño devastador capaz de competir o incluso superar a arcos o ballestas. Muchos guardias fueron abatidos a considerables metros, entonces se planteó si a varios metros podría hacer tal daño de muerte, ¿qué tanto capaz de ocasionar tan de cerca?, conocía a la perfección aquella respuesta, pero no dejo que eso lo doblegara.

 

—Si me matas, mis amigos acabaran con los tuyos -Le advirtió.

 

—Estamos dispuesto a correr el riesgo.

 

Ni la bruja o la Sargaria se mostraban reacios a la decisión de Allum, se mantenían en su posición, con la mente en calma y preparados para cualquier situación, incluso la semihumana tenía una mano sobre su pesada alabarda. El hombre al ver la relajada actitud de las dos, y del slime quien aún mantenía su arma sobre su rostro, miro hacia otro lado y guardo su espada, ordenando al resto bajar sus armas.

 

—Esa manera de hacer diplomacia, lo has aprendido de tu amo, ¿no es así? -Pregunto Lecius.

 

—¿Cómo sabes donde se encuentra él?, ¿y porque deberíamos confiar en ti? -Pregunto Allum.

 

Al slime le parecía demasiado “conveniente” de que tal persona se apareciera en dicho lugar y tuviera la respuesta que llevaba buscando desde hace más de un mes, localizar a su amo era su meta principal. Pero que tal conocimiento lo tuviera alguien sospechoso y un enemigo en sí, no le daba la suficiente confianza para creer que fuera del todo cierto.

 

—Nos estas ayudando, ¿por qué?, ¿qué esperas obtener a cambio?.

 

—Sinceramente, lo llamaría una retribución -Aclaro Lecius —Gracias al chico, he acelerado mis asuntos en este reino y me he encargado de eliminar todo rastro de “cierta plaga”.

 

El slime desconocía con totalidad de lo que el enigmático elfo azul hablaba, desde su perspectiva no parecía mentir, pero tampoco contaba con un medio para corroborar que fueran ciertas sus palabras.

 

—Estaba por marcharme de aquí, hasta que me “enteré” sobre su grupo y el “turbulento” desembarco que tuvieron en el puerto de esta ciudad, cuando me encontré con Rozuel Drayt, pude suponer al instante la razón por la que vinieron a otro continente -Dijo el elfo azul —No estabas con él, para un slime variante con una conexión fuerte con su amo, estar lejos de él supone un tormento para ti, usaste esa “conexión” como una pista para encontrarle, nada mal.



#1574 en Fantasía
#2194 en Otros
#148 en Aventura

En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.