PERSPECTIVA: Riha Sharpsteel
Una vasta pradera se hallaba a mi alrededor bajo el manto de la noche, iluminado por una resplandeciente luna llena, sentía la brisa en mi rostro, me deje llevar por la calma de este panorama con los ojos cerrados, ni el tiempo o las preocupaciones no existían en este sitio, pero… aun así, no puedo dejar de extrañarle.
Abro mis ojos y a los lejos le veo, ese muchacho de cabellera marrón, a quien conocí años atrás y desde lo más profundo de mi ser, sentí que había algo más allá de la admiración hacia él. Mis sentimientos e instintos me llevaron a caminar hacia donde se encontraba, avanzaba lentamente pero deseoso de llegar a su lado, hasta que de repente noto otra figura manifestarse.
—¿Que está ocurriendo?.
Una figura surge de repente al lado de ese muchacho, su rostro estaba cubierto por una extraña bruma, pero podía distinguir algo notorio, se trataba de una chica joven que a juzgar por su aspecto tenía su misma edad, poseía un largo cabello de un color bastante inusual… un color naranja.
—¡…!
Mis piernas actuaron al instante, corriendo como si no hubiera un mañana, incluso fortalecimiento mágicamente mis extremidades, quería llegar a su lado, y al ver a esa enigmática chica a su lado, sentí mi corazón acelerar con demencia y mi sangre hervir con un intenso sentimiento de… ¿ira?.
—¡…!
Intente que mi voz llegara hacia él, pero las palabras no salían de mi boca como si mi voz estuviera silenciada, cuanto más rápido creía que avanzaba, no sentía que me acercara, sino lo contraria, la distancia hacia él se hacía más lejano, podía ver su figura desaparece y perderse en una densa niebla. Todo a mi alrededor con el incluir de la luna, es devorada por aquella imprevista niebla, me quedé sola y el paisaje se torna desolador, sentí una inmensa sensación de soledad, una angustia y desesperación.
—Rozuel…
Cuando pronuncié su nombre con fuerza, desperté en un sitio completamente distintos que reconocí de inmediato, era una habitación en “El Corazón del Oasis”, no tarde en darme cuenta que me encontraba recostado en una cama con mi cuerpo cubierto de vendas.
—Ahora lo recuerdo.
Luche contra ese mago que iba por Roz, fue un oponente formidable por su manera de luchar sin exponerse directamente ante las armas de fuego que portaba conmigo, pero eventualmente encontré la manera de llegar hasta él y abatirle, fue mi victoria, pero en consecuencia fui bastante herida.
—«Perdí el conocimiento, entonces… alguien debió encontrarme, mis heridas fueron tratadas y terminé en esta habitación» -Fue mi conclusión.
Una muchacha llega a la habitación, por su vestimenta simple de camisa y pantalón supuse que era una sirvienta, tal parece que fue atraída cuando pronuncié el nombre de Rozuel al despertar. Ella me habla, pero era incapaz de entender su lenguaje, se retira dejándome sola y al cabo de unos minutos la misma propietaria, Amira Yuzquell se aparece.
—Has despertado, es una buena señal, ¿cómo sientes el cuerpo?, ¿aun te duele mucho?, ¿estas cansada? -La propia Amira intentaba corroborar mi condición.
—Estoy bien, el dolor ya casi es leve y ya no tengo sueño -Conteste
De entre todas las lesiones que padecí tras mi combate con ese mago, el peor fue en el brazo derecho donde recibí un fuerte ataque y fue fracturado, la buena noticia era que ya podía mover algo ese brazo, pero no utilizarlo de manera eficiente aún. Los Lupian como semihumanos pueden recuperarse más rápido de heridas de fracturas, pero sobre todo los del clan colmillo de acero, las lesiones en los huesos sanan con más rapidez en comparación al resto de los clanes, la razón tenia que ver con nuestra habilidad especial.
—¿Cuántos días he estado en cama? -Pregunte.
—Dos días.
—¿Dónde está Rozuel?.
—Se marcho hacia el palacio de los Afigad.
Mi rostro se torna en perplejidad cuando Amira me cuenta que Roz partió hacia dicho sitio junto a Crok y Namida, la Anubian fue un reemplazo necesario para asegurar que el asalto tuviera las mejores posibilidades de triunfar. Me sentía frustrada, no porque el hecho de que Namida tomara mi lugar, sino que, por mi propia debilidad, no pude apoyar a esa persona que tanto aprecio en un momento esencial.
—Rozuel estaba bastante preocupado cuando te visito encontrándote en tal condición, pero a la vez le aliviaba saber que aún seguía viva -Aseguro Amira —Cuanto más pronto te recuperes, sus inquietudes se calmaran y podrás volver a su lado.
No fingiré saber que me sentía dichosa de escuchar que Roz me visito y se preocupo al verme en tal estado, necesitaba recuperarme, seguir postrada en esta cama no era la mejor idea. Ya estaba despierta, el dolor ya no me molestaba y no me sentía cansada, era momento de levantarme, mientras estaba descansando me habían puesto una tela blanca ligera que cubría mi pecho y cintura, no tarde en removerla junto a algunas vendas.
Le levante de la cama buscando mis prendas de vestir usuales, por suerte estas se encontraban a mi lado colocadas ordenadamente sobre una silla de madera, era mi camisa corta marrón que dejaba parte de mi vientre al descubierto, un pantalón largo del mismo color y un cinturón de cuero con numerosos bolsillos, me alegra saber que los dos Beretta 92 y la Desert Eagle estaban bajo dichas ropas con los seguros de cada arma puesto por prevención.
—¡Deberías tomarte con calma tu recuperación! -Me aconsejo ella —Aun es algo pronto para salir de la cama, y tu brazo con la fractura…
—Estuve dos días postrada en una cama, además como dije ya no tengo sueño y los de mi raza sanan rápido las heridas de fractura, si me quedara quieta por más tiempo, no le haría ningún bien a mi cuerpo el holgazanear demasiado -Deje en claro.