Metalord Revolution

CAPITULO 285 EL FIN DE UNA ODISEA EN OTRO CONTINENTE

 

 

PERSPECTIVA: Vizario

 

—Lo sabía, todo este tiempo sabía que había una segunda entidad actuando, y pensar… que tu serias ese “segundo” -Dije mientras yacía tumbado boca abajo e incapaz de ponerme de pie —Ya no tengo fuerzas ni magia para resistirme, adelante, acaba conmigo de una vez, entonces habrás lidiado por completo con el “intruso”.

 

Alnayits quien me confirió una “libertad” a medias, había prometido que aseguraría que mi alma fuese libre y en paz una vez hiciera caso a sus peticiones de matar a ciertas figuras utilizando una magia maldita proveniente de la tribu que funde y me traiciono.

 

Entonces al instante me di cuenta que Alnayits ya había muerto en el plano material, su presencia ahora era la de un ser en alma, el malnacido estaba de parte de aquel mocoso que había herido seriamente mi cuerpo físico de djinn con su extraño artefacto. Este sujeto intervino para que no pudiera hacerme con el alma de ese mocoso, y además robo casi todas mis fuerzas y magia.

 

En sus manos sostenía un frasco que tenía en su interior una sustancia blanca de aspecto aceitosa, acabaría con lo que quedaba de mi con aquel artilugio y tuve razón, lo siguiente que veía era a mí mismo, cubierto de llamas que me consumían. Quisiera haber “muerto” allí, pero por desgracia al ser eliminado en un plano mental con mis energías robadas y habiendo recibido tal daño intenso, fui destruido.

 

Aquella “muerte” solo volvió a conducirme a aquella prisión de oscuridad eterna, creí que finalmente saldría de aquí cuando ese bastardo me ofreció una “oportunidad” para salir de aquí y terminar con esta existencia. Pero parece que estuviese destinado a sufrir por la eternidad, ¿qué he hecho mal?.

 

—Por supuesto, tuviste que confiar en ellos…

 

Funde un pequeño grupo que creció, bajo la creencia de un dios que me confió sus fuerzas y permitió el nacimiento de la tribu Qusatjiat, deje este legado a ellos, para que siguieran prosperando en el futuro, y entonces…

 

—¡¡¡MALDITOS!!!, ¡los odio!, ¡los odio a todos!, ¡debí exterminarlos!, ¡los mataría a todos si pudiera volver!, ¡malditos sean todos ustedes!.

 

Hace rato que ya he enloquecido en esta continua soledad solo acompañado de mi odio, maldecir e insultarlos no hará nada, poco me alivia a estas alturas, pero es todo lo que tengo, es TODO lo que hay para mí, en esta existencia maldita que conllevo. He dejado de llevar la cuenta del tiempo que llevo aquí desde hace mucho tiempo, ¿cuánto habrá pasado en el mundo real desde que fui “expulsado” nuevamente?.

 

—¿Una presencia?.

 

Sonaba absurdo, de repente sentí a alguien en este sitio, ¿cómo era posible?, a este lugar solo era posible ingresar como un maldecido como yo, ¿esto era real?, ¿alguien más se encuentra aquí?, la presencia de aquella entidad pronto se hizo presente en frente a mí.

 

—«¿Un humano?».

 

Estaba a solo unos metros de mí, un hombre calvo de barba corta negra, brazos y pecho fornido, pero lo que me alarmo y me hizo sentir mi ira intensificarse, era la marca en forma de punto purpura en su frente.

 

—La marca en tu frente… tú… tener que ver a otros de los tuyos de nuevo… te mataría lentamente si pudiera… odio con cada fibra de mi ser corrupto a toda tu tribu… debí dejarlos morir en su ignorancia y sin identidad…

 

¿¡Un desgraciado de esa tribu traicionera ha venido hasta aquí!?, ¡esto es una trampa!, ¡nadie estaría tan loco para venir a este sitio por un buen motivo!, ha venido por mí, ¿¡intentaran usarme de nuevo!?, sentía esa ira de ansias por arrancarle la cabeza a ese desgraciado, pero me era incapaz de actuar, mi cuerpo no respondía en esta prisión eterna de oscuridad.

 

—Tienes derecho a odiarnos, no merecemos perdón alguno, lo que te hicieron… no, lo que te hicimos, es innegable que es una crueldad imborrable a quien le debemos el “nacimiento” de nuestra gente -Expone aquel hombre —En nombre de todos los ingratos, de todos los pecadores y cada hombre, mujer, niño, anciano, en vida o muerte… lo siento tanto, y por favor, descansa en paz Vizario.

 

De repente se arrodilla ante mí, declarando venir y hablar por todos los suyos y que deseaba darme el descanso eterno, ¡mentiras!, ¡sucias y asquerosas mentiras!, ya he sido traicionado dos veces, y ellos fueron quienes me clavaron la primera daga que me hizo comprender que no puedo confiar en NADIE. Pronto sobre mi oscuro cuerpo comienzan a manifestarse pequeños brillos de luz.

 

—¿Qué es esto?... ¿qué clase de artimaña planean ahora?... malditos … ¿¡que estás haciéndome!?...

 

—Corrigiendo los errores de mi gente, por favor, descansa en paz Vizario, nuestro dios te espera, ya no tienes que seguir más en este lugar.

 

¿¡De nuevo seré utilizado por estos traidores!?, ¡de nuevo me convertiré en un arma y despojado de más que solo mi dignidad!, sentía mi rabia intensificarse, mis profundos deseos de matarle incrementaron, anhelaba poder moverme y acabar con él.

 

—«¿Qué…?».

 

Y en solo unos segundos, todo ese odio, ira y decepción se desvanecen, sentía algo familiar, algo reconfortarte que alguna vez experimente en vida, esto era…

 

—Que cálido… como aquella vez que cerré mis ojos en mi cama en mis últimos momentos de vida… esta sensación agradable de… paz.

 

Mi oscuro cuerpo empezaba a desaparecer de este plano, pude sentir como era liberado de este sitio mientras yacía impregnado de aquella cálida sensación de paz, ¿¡esto es real!?, ¿¡seré libre al fin!?, mire cara a cara ese sujeto. En silencio me di cuenta entonces, que yo desaparecía, pero él, seguía allí, permaneciendo en ese sitio, ¿entonces consiguió sacarme de allí a cambio de tomar mi lugar?.



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En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

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