Rozuel y compañía finalmente llegan a Windaz, la aldea transmitía a sus principales nativos de esta un aire sospechoso en la conducta de sus pobladores, de pronto, las dos brujas guías…
—¡ESTA AQUÍ!, ¡ROZUEL DRAYT!.
Con el exclamar a todo pulmón de aquellas palabras al mismo tiempo, convocan a un grupo de mujeres armadas que les rodean a todos, las mujeres armadas presentaban en sus manos desde ballestas, bastones con piedras mágicas incrustada en la punta y otros desenfundaron armas blancas como espadas con escudos y lanzas.
—¿Quién demonios son ustedes? -Fue la pregunta que les hizo el propio Rozuel.
El sangre de bruja estaba desconcertado, pero se percato de algo al instante, esas mujeres no eran nativas de la aldea, Riza entonces se dio cuenta de otro detalle.
—Ellas… son brujas -Revela la Gramwind —Puedo sentir su poder mágico, la esencia de la bendición de Astado en alguna, no hay duda de que son brujas.
—¿Qué hacen aquí brujas armadas que no son de Windaz? -Allum pregunto preocupado.
—¿Las brujas están en alguna clase de contienda territorial? -Riha pregunto.
—No, ellas no tienen ese tipo de “costumbres”, ya tienen demasiado problemas y enemigos como los cazadores de brujas, bandidos, y otras amenazas -Asegura Jhamel recostando a la inconsciente Tayra en el suelo con la ayuda de Crok.
Acercándose a las brujas armadas, se detiene en el medio revelándose como la líder de dicho grupo hostil, una mujer pelinegra de corta cabellera, portaba un vestido marrón oscuro equipado con protecciones ligeras en brazos y piernas, pero con protecciones metálicas en torno al torso, destacaba del resto por la capa blanca que llevaba encima.
—Ha pasado tiempo, sangre de bruja, me da asco ver tu cara nuevamente, pero debo cumplir con mi deber.
Aquella bruja sonreía con malicia mientras desenfundaba una espada de propiedades mágicas y con ella señala a Rozuel Drayt, el esper le tomo unos momentos recordar a la fémina que le hablaba con desprecio.
—Madaleg Vesh -Cito Rozuel la identidad de aquella mujer.
—Es ella, la bruja insoportable de la ciudad discriminadora, Macur -Allum le reconoce también.
Aquella mujer quien también era una bruja como el resto, era la capitana de la “Guardia Wixau”, la rama protectora de la ciudad de Macur y el aquelarre Wicau, era la segunda con mayor autoridad de dicha fuerza, solo superada por la comandante Brala Nigme.
—Que tu estes aquí… ¿¡que hace el maldito aquelarre Wicau en Windaz!? -Pregunto iracundo el esper.
—Maldita abominación engreída, te atreves a levantarme la voz como si tuvieras derecho alguno de hablarme como un igual.
Ante las palabras de Madaleg, el sangre de bruja le apunto con el AK-47, eso hizo que los ballesteros y portadores de bastones tuvieran sus armas fijas en torno a él, esperaban cualquier indicio de ataque para responder de inmediato. El esper trataba de no dejarse llevar por las emociones o de lo contrario, sus compañeros pagarían las consecuencias de sus acciones imprudentes, pues estaban rodeado e inevitablemente indefensos ante tantos atacantes a distancia.
—Esto no es propio del aquelarre Wicau, se que ellos odian a los sangre de bruja, pero llegar a este punto de invadir otros aquelarres… ¿que es lo que traman? -Riza le pregunto.
—Solo vine a llevarme a ese engendro, es todo -Señalo con su espada a Rozuel.
—Inténtalo, ¡y te mato! -Riha tomo una de sus Beretta 92 y apunto a la bruja.
Mantenía su arma en alto y el dedo cerca del gatillo, no disparo respetando la postura del propio Rozuel, la Gramwind intento sacarle más información de las razones que tenían de querer a Rozuel.
—¿Por qué me buscan?, tengo mis sospechas… ¿podría ser acaso que tiene que ver con la última “Competencia Juvenil entre Aquelarres” que ocurrió?, que me guarden rencor por algo de hace años, que patéticas -Manifestó Roz.
La última competencia juvenil entre aquelarres fue algo insólito, por primera vez un sangre de bruja compitió en el evento, demostrando habilidades excepciones a la joven edad de 10 años. Pero la competencia quedo inconcluso para el aquelarre Windaz cuando un levantamiento de sangre de brujas se desato en Macur.
—Cierra la boca, y será mejor que te entregues, a no ser claro… que quieran perder a tus más preciados seres queridos -Aseguro Madaleg entre risas.
La bruja llevo su mano a un morral adherido en la cintura de su vestimenta, retirándose de su interior un arma que Rozuel reconoce a la vista.
—¡Hija de…! -El sangre de bruja aprieta los puños con ira.
—Captas rápido el mensaje, nada mal, sangre de fenómeno.
Del morral a su mano llevo una pistola, aquella arma fue fabricada por el propio Rozuel, en especifico aquel modelo se le fue entregado a su madre, Marian Drayt, como un medio de defensa personal. Que aquella arma terminara en manos de la bruja de Wicau y ante la amenaza dictada por sus palabras, la conclusión de la situación se hizo más evidente.
—Tu madre sí que nos dio BASTANTES problemas con esta arma, mato a varias de las mías antes de que pudiéramos derrotarla -Aclaro Madaleg —¡Debería haberla matado allí mismo!, pero necesitaba un buen “incentivo” para hacer que consideres… no cometer la estupidez de luchar contra nosotras, y si esto no es suficiente, esta también tu pequeña hermanita, Laiza Drayt, no quieres que le pase algo malo, ¿verdad?.
El sangre de bruja hervía emocionalmente de la rabia, su furia escalaba a tal grado que el propio Myldark podía sentir aquel sentimiento cargado de odio, quería aprestar del gatillo y que ese rifle de asalto llenara de agujeros a aquella bruja. Pero mantenía autocontrol de ese odio, porque de atacar entonces condenaría la vida de sus seres queridos, la seguridad de su madre y hermana era esencial para él.