Metalord Revolution

CAPITULO 312 LA PREOCUPACIÓN DE LOS AQUELARRES

 

 

[6 MESES ANTES]

 

Un gigantesco árbol de 150 metros se extendía con ramas y follajes que cubrían varios kilómetros a la redonda, bajo sus incontables ramas y hojas se encontraba una pequeña ciudad erigida allí mismo. Rodeado de un bosque y bajo un colosal árbol, aquella zona urbana era Yggir, el hogar natal del aquelarre Walgis.

 

Aunque su tamaño y población era inferior a Macur del aquelarre Wicau, su desarrollo urbano no era para subestimar, sus estructuras construidas firmemente de piedras y madera de notoria calidad estaban imbuidas además con magia natural fortaleciendo las estructuras, llegando haber edificaciones de dos y hasta tres pisos.

 

La propia naturaleza del árbol gigantesco era mágica, aunque sus ramas y follaje cubrían todo el cielo, la luz lograba filtrarse y llegar a través de sus hojas hacia Yggir, incluso cumplía funciones protectoras para el aquelarre que se conectaban con el bosque que le rodeaba.

 

Fue desde el tercer piso de la casa más grande de la ciudad, sobre una azotea con una magnifica vista de Yggir, se encontraban dos mujeres disfrutando de un té, la primera era una mujer adulta de cabellera corta café con un atuendo marrón que le cubría del cuello a las rodillas, dejando brazos y piernas al descubierto, su calzado era de madera pura. Sobre su cuello usaba un collar adornado con un cristal verde.

 

La segunda mujer quien en apariencia podría estar entre los 40 y pico de edad, llevaba un vestido blanco con negro, usaba lentes y tenía un largo cabello de inusual color azul, ella era Laabe Diavantora, la Eldar del aquelarre Cognitio.

 

—El té de Yggir sin duda es único, ¿no lo cree?, Eldar Sadry Dexo -Dijo Laabe saboreando la infusión en su taza.

 

Khuja Dexo una figura de vital importancia y reconocimiento en el aquelarre Walgis, no pudo lamentablemente dejar descendientes pues tenía un caso especial de infertilidad, sin embargo, no fue el final del linaje Dexo. Khuja tenía hermanas, quienes siguieron perpetuando su existencia hasta la actualidad, hoy un Dexo es la Eldar de los Walgis.

 

—Esta cosecha esta bendecida por la magia del gran “árbol de Astado” con la luz que llega a través sus sagradas hojas y ramas -Exclamo Sadry con el mirar de la colosal planta.

 

—Sabes, llamarlo “árbol de Astado” hace que tenga doble sentido -Opino Laabe con el levanta de una de sus cejas.

 

—Oye, tú eres la pervertida que lo está pensando de esa manera -Ríe la Eldar Dexo.

 

En eso la puerta que llevaba a la azotea del edificio se abre, entrando un hombre que se atribuía también estar en sus 40, vistiendo una gabardina de tela negra con una armadura de cuero endurecido negro, guantes oscuros y pantalones largos del mismo color. El hombre llevaba en su cabeza un sombrero marrón con una pluma roja y cargaba en su espalda un martillo de guerra pesado de a dos manos, tenía una cabellera blanca natural y una barba corta de la misma coloración.

 

—Oh, me alegro saber que pudo llegar, Sir Bertrand Reenalgo -La Eldar Sadry le da la bienvenida recibiéndole amablemente.

 

—Disculpe que mi hermana, Mabel Reenalgo, no haya podido venir, ha habido muchos movimientos preocupantes en el reino de Fraya -Comunico el hombre.

 

—Esta totalmente entendible, Sir Bertrand, después de todo su hermana es la Eldar del aquelarre Belganes -Expresa Sadry —Que la Eldar permanezca en su aquelarre, evitara la histeria en toda su gente en estos tiempos peligrosos.

 

—No es necesario el “Sir”, al fin y acabo no soy un caballero, jeje…

 

—Oh, solo es cortesía, además con su fuerza y sentido del honor, estaría calificado en los estándares de ser un caballero de algún reino.

 

—Jeje, estoy bastante agradecido con ser el “caballero” de mi aquelarre, al que no dudare en defender hasta con mi ultimo aliento.

 

Sobre la mesa en donde se encuentran la Eldar Sadry y Laabe había un total de cuatro sillas, tres ya estaban siendo ocupados, y justo cuando Bertrand ocupa su lugar, pocos segundos después un cuarto invitado llega a escena.

 

—«Ahora todos estamos presentes» -Dijo Laabe emocionada.

 

Una mujer alta, de piel morena y tonificado cuerpo ingresa a la azotea, portaba una coraza compuesta por pequeñas láminas de acero a modo de escamas sujetas con roblones sobre una tela fuerte, dejando sus brazos expuestos. Llevando pantalones cortos carente de protecciones y en su espalda cargaba una espada pesada.

 

—Nos alegra tenerla aquí, Forzda Bra´arm, Eldar del aquelarre Wildsword -La Eldar de Walgis le da la bienvenida.

 

—El placer es todo mío -Dijo la musculosa bruja tomando asiento.

 

Hubo un silencio absoluto por un breve momento, el rostro de todos se torna con seriedad, la reunión de las figuras presentes no era por asuntos menores, la Eldar Sadry coloca un pergamino sobre la mesa que abre y permite que su contenido sea leído por los tres invitados.

 

—Hace un par de meses, el aquelarre Wicau ha empezado a comportarse de manera extraña, esta conducta “anómala” parece relacionarse intensamente con los “sangre de bruja”.

 

Cuando se hace mención de aquello último, el rostro de todos se llena de perplejidad, pues era bien sabido que hace un par de años ocurrió un levantamiento de sangre de brujas en la ciudad de Macur. Dejando una posición social negativa a los sangre de bruja en el aquelarre Wicau.

 

—¿Esto esta confirmado? -Pregunta Forzda sobre el contenido escrito en cierta parte del pergamino.

 

—Ah, sobre ese punto, vera la investigación sigue en pie, por ahora no hay fuentes 100% fidedignas que lo confirmen, no hasta seguir investigándolo a fondo -Concluyo Sadry.



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En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

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