PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Tras otro “agotador” día de clases de mucho aprendizaje y el cotidiano bullying, arregle mi camisa y pantalón en casa de todas las bromas en la que fui el centro de atención, además de tierra y viento, hoy decidieron experimentar con magia de agua sobre mi lanzándome una lluvia de microgotas por parte de las chicas y Riza Gramwind era quien de manera indirecta tiraba de los hilos.
Usando un objeto de mi madre, una pequeña piedra mágica color rojo con una pequeña llama en su interior con esencia de fuego, la coloque encima de mi empapada vestimenta y el calor que emitía daba para ser usado de forma similar a una secadora sobre ropa mojada (y sin peligro de que se prenda fuego), logre quitarle lo húmedo en cuestión de minutos (creo que casi una hora).
Las clases dan inicio a la mañana (8 AM) y culminan a la 2 de la tarde, aunque estas últimas dos horas son clase de magia, por lo que mi hora de retirarse seria a las 12 PM. Dejándome el resto de día para hacer lo que quiera, no iba a desperdiciar este tiempo valioso.
Salí a explorar los alrededores de Windaz, el pueblo vivía rodeado de un bosque, tomando consejo de mí madre de no adentrarme tanto, me dirigí al este hasta encontrarme con una formación rocosa extensa, allí di con una entrada a una cueva subterránea bien escondido por unos arbustos.
No era tan profunda y lo interesante es que a pesar de que la luz del sol no llegaba a este lugar, este sitio no estaba a oscuras, en esta cueva sobre ciertas paredes crece una extraña planta con aspecto de musgo y forma de hongo (no comestible) que brillaba en la oscuridad iluminando diversas zonas como si fuera un farol, estaba en casi todos lados y me sirvieron de guía para no caminar en oscuridad.
Por fortuna este lugar seguía un camino lineal y al seguirlo me lleva hasta una amplia zona iluminada por varias musgos hongos con una bella cascada en ella, era un hermoso retrato de la naturaleza, pero mis ojos se habían centrado sobre otra cosa.
A un lado me topé con una cantidad innumerables de rocas sospechosas color gris que llamaron mi atención, al acerarme y tocarlas sentí un tacto familiar sobre estas.
—Esta sensación… dureza… ¡es metal!.
Eran rocas metálicas en su estado puro disfrazados con la apariencia de unas ordinarias, con mis manos y mi vasta experiencia en diversos metales me ha dado la capacidad de reconocerlos al tacto, pese a ser un metal de Avalia, me alegra no haber perdido ese toque.
Mi objetivo primordial consistía en dos metas; exploración de los alrededores para conocer la fauna y el hallazgo de objetos metálicos, pero siendo honesto lo segundo tenía más relevancia, con esto mis manos tenia los requisitos indispensable para llevar a cabo mi “proyecto”.
Sin perder más tiempo, puse mi mano sobre una roca de tamaño mediana, acto seguido use mi habilidad Esper para alterarla y hacer que separara del resto como si la “cortara” con un instrumento, me llevo un buen rato (no tengo idea de cuánto) pero pude hacerlo, el problema era que era tan pesada que hasta un adulto tendría problema solo para cargarla y mi cuerpo de niño mucho no haría.
—Hmmm… no hay problema.
Pero nuevamente mi don me dio una gran mano, en contacto con la roca extraída comencé a alterar su tamaño para comprimir su peso temporalmente al reducirlo a la forma de una canica, realizar esta acción me llevo a concentrarme bastante, sin mencionar el tiempo invertido que fueron horas.
Habiendo logrado mi cometido, tome un descanso tras quedarme bastante fatigado por usar por un extenso tiempo mi habilidad, con el aliento recuperado lleve mi metálico botín conmigo a la superficie, al salir y percatarme de lo bajo que estaba el sol me había dado cuenta que lleve bastante tiempo en esa cueva, pues ya casi estaba por anochecer.
De regreso a casa fui regañado por mi madre debido a mi larga ausencia, me sermonea de lo preocupada que estaba al creer que algo malo me había pasado.
— ¿Tienes idea de lo que preocupada que estaba? –Pregunto ella a casi romper llanto.
—Perdona por hacer que te preocupara mama, pero me encontré con algo interesante y eso me hizo perder la noción del tiempo –Conteste enseñando por consiguiente la roca con tamaño comprimido que obtuve de la cueva.
—Esto es “metalito”, ¿dónde lo conseguiste?.
—En el bosque, ¿sabes lo que es mama?.
Mi madre me explico que este “metalito” es un mineral de mucho valor, ya que su metal es útil para crear armas, armaduras y otros artículos poseen una alta compatibilidad en el encantamiento de objetos para posteriormente convertirse en artículos mágicos, saliendo de esto; espadas mágicas, escudos mágicos, brazaletes mágicos, ect.
Me dirigí a mi habitación y allí me concentre sobre la roca para volverlo a su tamaño original, el proceso para revertir su estado me llevo menos de lo estimado, al no ser mi primera vez ejerciendo mi habilidad de esta manera, sabía que hacer sin pensármelo demasiado, pero como mi don es ejercido en un nuevo cuerpo de joven edad, me llevaría tiempo para acostumbrarlo y de esa manera fortalecer su uso.