Metalord Revolution

CAPITULO 8 EL GUANTELETE “MAGICO”

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

 

El refugio subterráneo del hospital resulto ser más grande de lo que esperaba, pese a la cantidad de gente que había aun tenía espacio para una buena cantidad más y contaba con iluminación mediante un amplio número de pequeños faroles encendidos con piedras mágicas de fuego.

 

Como era de esperar me comí a todo oído un buen sermón por parte de madre y culmino con un abrazo materno. Habían pasado un buen par de horas desde el ataque perpetrados por los bandidos, otro llega al refugio pero no se trataba de un aldeano buscando un sitio seguro, sino que era la bruja de brazos fornidos de piel morena y larga espada que cargaba en su espalda, la mano derecha de la Eldar, Naya, quien estaba acercándose a mí.

 

—La Eldar quiere hablar contigo, Rozuel Drayt, ¿vendrías conmigo un momento? –Comunico ella.

 

Parece que la líder de todo el pueblo mando a su gorila a buscarme para tener una charla privada, normalmente la rechazaría, pero tratándose de la mandamás de Windaz tenía curiosidad sobre lo que quería decirme y acepte ir.

 

— ¡Momento!... –Exclamo madre.

 

Ella insistió en ir también y de no hacerlo no me permitiría ver a la Eldar, Naya no tuvo problemas para aceptar su condición y permitirle venir.

 

El alba se acercaba y las calles de Windaz recobraba algo de tranquilidad tras el asalto de los bandidos, algunas brujas encargadas de defender el poblado seguían patrullando los alrededores atentas a cualquier amenaza, el número de ellas era menor comparado hace horas.

 

Habíamos llegamos al lugar donde yacía la mandamás, una peculiar casa de dos pisos, aunque este no era su hogar, sino el edificio en donde llevaba a cabo sus funciones como una entidad política, algo así como un ayuntamiento, al entrar subimos por unas escaleras para encontrarnos con la Eldar en persona sentada sobre su escritorio en la sala donde administrada su autoridad, de cerca podía notar mejor sus rasgos físicos, una mujer de tez blanco en sus 30 o 40 años, cabello corto negro con una esbelta figura pero muy delgada casi al punto de parecer físicamente débil, vestía un ropaje color ocre similar a una chaqueta acompañado del típico sombrero puntiagudo y un collar blanco de perlas.

 

—Es un placer conocerte, joven Rozuel, y me alegra volvernos a ver Marian –Saludo con una voz que infundía un natural tono amistoso —Me llamo Sara Dorbo.

 

La imagen que tenía sobre su personalidad era todo lo opuesto, la imaginaba más como alguien de carácter gruñón similar a un corrupto político o con el temperamento de un mafioso, aunque ya la había visto en otras ocasiones esta era la primera vez que entablaba una conversación con ella.

 

— ¿Qué razones tendría la gran Eldar para hablar con un no mago como yo? –Pregunte.

 

—Lo de “gran” es algo innecesario, pese a mi puesto sigo siendo alguien ordinaria –Contesto ella acompañado de una terrible tos.

 

— ¿Se encuentra bien mi señora?, ¿ha tomado su medicina? –Intervino preocupada su mano derecha.

 

—Estoy bien… la tome hace un momento, disculpa por preocuparte.

 

Me entero de que Sara se encontraba bajo la afección de una enfermedad pulmonar, combatiéndolo tanto con voluntad como con medicamentos administrado por la alquimista.

 

—La razón del porque te pedí venir, es que necesito de tu ayuda –Hablo la Eldar.

 

— ¿Ayuda?, ¿de un niño de 4 años sin talento para la magia?, ¿me pregunto qué puede esperar de mí? –Dije con un tono sobreactuada de ignorancia.

 

—No te hagas el listo –Agrego Naya —Muchos se ha hablado de ti, un niño no mago que usa extraños artefactos mágicos capaz de hacer frente un mago y eventualmente lograste vencer solo a una cantidad destacables de bandidos pertenecientes a los forajidos de Lars, la bruja que estuvo allí presenciándolo todo me detallo de lo ocurrido, sonaba imposible de creer pero al ver los cuerpos… empecé a dejar mi incredulidad a un lado.

 

De modo que esa joven bruja que estaba vigilando sola esa parte sobrevivió, veía venir que ella terminaría contando todo lo sucedido, llame la atención más de la necesaria.

 

—Te lo suplico que nos prestes tu fuerza un momento, tras logras repeler con éxito a los bandidos, muchas brujas terminaron heridas y se encuentran en este momento siendo trasladados con urgencia al hospital, algunos sufrieron heridas tan graves que no lograron sobrevivir, nuestras fuerzas han mermado y si fuéramos atacados otra vez, quizás esta vez no tengamos oportunidad –Explico la Eldar.

 

— ¡Me niego! –Respondí de inmediato.

 

— ¡Miserable!, ¿¡cómo puedes decir eso después de que te lo ha pedido con toda humildad!? –Protesto Naya.

 



#23509 en Fantasía
#32480 en Otros
#4499 en Aventura

En el texto hay: reencarnaciones, armas de fuego, magia y aventura

Editado: 09.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.