PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Deje el cuerpo de mi padre en el suelo con sus manos juntas en el pecho, más tarde cuando todo esto acabe volvería por él para llevarlo a Windaz, salí de la celda acompañado de Tayra para encontrarme con el resto de los esclavos liberados reunidos armando un ruidoso escándalo de desacuerdos verbal entre ellos, discutían sin cesar sobre cómo salir de aquí.
—¡¡CALLENSE DE UNA MALDITA VEZ!! –Alce la voz al situarme en el centro de todos.
Cada uno se calló enseguida teniendo la mirada fija de todos los presentes.
—Les guste o no, todos estamos en esto y la única forma de salir nos lleva a tener que plantar cara contra los mismos forajidos y su líder.
— ¿Qué tienes en mente? –Pregunto uno de los esclavos.
— ¿No es obvio? –Conteste con mi arma en alto —La pregunta aquí es; “¿qué tienen ustedes en mente?”, por como lo veo solo tienen tres opciones; luchar, morir o la esclavitud.
Dicho esto, me retire a la sala abandonada de tortura en donde me quede de momento pensando en mi siguiente paso, de alguna forma debía vencer a los forajidos de Lars, en mis bolsillos solo me restaban tres cargadores normales, una incendiaria y dos eléctrica, mientras que la pistola y la uzi tan solo tenían la respectiva munición de su cargador, dado al límite de peso, solo traje munición de reversa para el rifle.
—El número de balas no me alcanzara para todos… que problemático –Pensé yo.
Tenía mi enseñanza con la espada recibida por Naya, pero siendo realista con 3 años de entrenamiento y un cuerpo de niño, no tendría mucha oportunidad contra tipos que llevan más experiencia en este campo y sin mencionar que son o fueron ex-soldados y mercenarios que experimentaron batalla reales y sanguinarias, por no olvidarme si me topara contra un mago, mi única ventaja contra ellos era la AK-47, es más sin el rifle era homb… niño muerto.
— ¿Por qué no solo te abres camino y huyes? –Me pregunta Tayra apareciendo al lugar.
No estaba sola, lo acompañaba una pequeña, quizás de entre 4 o 5 años que al igual que ella la cubrían prendas para no ver una sola parte de su cuerpo, de seguro ha de ser la persona que buscaba.
—Con la extraña arma que posees, fácilmente podría abrirte paso y escapar.
—Tengo razones para no irme de este sitio así nada más –Le respondí.
Antes de darme cuenta, el resto de los esclavos (incluido la bruja) vinieron a encontrarse con nosotros, parece que finalmente tomaron su decisión.
—Tienes razón, luchar sería lo más idóneo –Dice la bruja —Sin embargo, no todos aquí tienen experiencia para luchar y menos aún desarmado.
La mayoría de los prisioneros eran no magos, las pocas armas tomadas de los cuerpos sin vida de los bandidos que vigilaban el calabozo no bastaba, mire a mis alrededor en este abandonado y polvoriento lugar de tortura, allí vi un baúl bastante grande como un contenedor de basura, me acerque a él y al abrirlo me topé con numerosas herramientas que abarcaban desde látigos, tenazas metálicas lo suficiente grande para caber cabezas, garrotes de grueso madera, dagas de pinta ceremonial y entre otros.
Estas cosas solo tenían un claro propósito, era degradante solo verlo pero era lo mejor que teníamos a nuestra disposición, se los enseñe a los demás y cada uno empezó a tomar al que más cómodo le resultaba para usar, seguíamos superados en número y calidad de equipo, pero estar desarmado ya no era un impedimento.
Varios pasos venían del camino que llevaba a la salida, dicho ruido solo significaba una cosa.
—Están aquí.
Numerosos forajidos llenaron la sala formando una extensa fila con sus armas en alto y sus usuarios mágicos concentrando su poder en la palma de su mano dominante, por nuestra parte hicimos lo mismo, ambos bandos chocan miradas entre ellos.
—Ve a esconderte y resguardarte en un lugar, tu hermana estará bien, no te preocupes –Le comunica Tayra a la pequeña que tenía cerca.
Tan pronto la misteriosa pequeña se esconde, la lucha se desencadena, los forajidos tenaces con sus años de experiencia en combate fácilmente comenzaban a dominar la pelea acabando con alguno de los esclavos armados, los magos por sus partes centraban su lucha contra los enemigos que también poseían el don de la magia, entre los más destacados de nuestra parte estaban Tayra y aquella bruja del aquelarre Wildsword, esta última armado con una sola espada se movía con una destreza impresionante, desgarraba torso, brazos, piernas e incluso cabezas con una técnica profesional, me recordaba a la misma imagen de Naya quien también se especializaba con dicha arma.
Apoye a distancia con mi AK-47, gracias a que los forajidos estaban demasiado ocupado en los demás, se percataban tarde de la verdadera amenaza a la que debían enterarse, lo primero en eliminar fue a los magos, gracias a lo distraído que estaban luchando contra otros, las balas atravesaban limpiamente su cráneo sin que alguna defensa lo respaldara a tiempo, cuando ya no percibía algún usuario de magia entre el bando enemigo, me encontré con otro problema.