PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Lo único que podía oír, era el sonido del metal golpeando el cuerpo de Lars y su sangre escurriendo hacia el suelo y en su barba por su boca, con la palanca que había creado, cedi a mis impulsos humanos más básicos, la ira.
Una y otra vez, brazos, piernas, hombro y torso eran los sitios donde mi fuerza alimentada por sentimientos reprimidos de rencor golpeaba sin compasión, ¿dije “compasión”?, para esta basura no existía tal palabra.
— ¡Aaaah!... ¿¡porque no simplemente me matas!? –Pregunta el líder de los forajidos en torno al dolor.
— ¿Por qué crees que no te he dado en la cabeza? –Le respondo yo con una pregunta —No, una muerte rápida sería demasiado misericordioso, el dolor, ¿lo sientes?, ¿es horrible?, ¿incomodo?, ¿te dan deseos de querer matar o provocarle el mismo pesar a quien te lo provoca?.
—Mocoso de mierda…
—Así es como TODOS y cada una de tus victima en tu “negocio” debieron sentirse, tanta frustración, tanta desesperación y pensar que la última cosa que paso por su mente, fue el deseo de que sufrieras la misma suerte –Le dije luego de propinarle otro golpe en el hombro.
Agitando la palanca para propinarle una brutal lección, me sentía como el Joker apaliando a Jasón Todd, con una inmunda expresión de satisfacción en el rostro, ¿cómo reaccionaría alguien ante la escena de un niño de 8 años torturando a un hombre de la tercera edad?, a pesar de que Tayra estaba cerca observándome, no sentí importancia en lo que pensara sobre mí.
— ¿No crees que es suficiente? –Pregunto Tayra tratando de intervenir.
— ¿”Suficiente”?, cuando el secuestro a tu hermana con la intención de venderla como esclava, ¿fue “suficiente” con tal de saciar su avaricia?, ¿qué habrías hecho tú en mi lugar si cargaras en tus manos el frio cuerpo sin vida de lo que tanto te has esmerado en salvar? –Le pregunte sobre lo que haría si su hermana fuera el cadáver y no mi padre.
—Yo… probablemente rompería su cráneo lentamente, para darle una muerte dolorosa y agonizante.
Incluso mi enigmática aliada no era inmune a los impuros deseos de venganza, Tayra comprendió a su manera mi sentir, entendía que entrometerse era inútil, porque las emociones en su clímax eran más fuerte que el razonamiento.
— ¡Por aquí! –Exclama una voz proviniendo de la entrada de la iglesia
Se trataban de cuatro forajidos que aún seguían con vida, todos eran no magos armados con sus espadas y mediocres escudo de madera, al ver a su jefe en problemas no titubearon en querer salvarle, Tayra estaba por encargarse de ellos, pero le dije que se hiciera un lado y no interviniera, que yo me ocuparía.
De los varios bolsillos de mi cinturón tome una pequeña esfera metálica del tamaño de una canica, a la cual enseguida empecé a manipular con mi poder ESP, dicha canica era un arma cuyo peso comprimí en tal forma para cargarla de manera más sencilla, al regresarla a su aspecto y peso normal volvió a ser lo que era en un principio, la pistola Springfield XD, mi primera creación.
A una distancia menor de 15 metros fue fácil atinar con disparos a la cabeza acabando con la vida de dos de ellos, los otros restantes al ver como sus compañeros fueron abatidos toda su moral se derrumba de golpe perdiendo todo valor y determinación para salvar a su jefe, de hecho se volvieron tan sumisos que obedecieron la ordenes de tirar las armas y arrodillarse con las dos manos sobre la nuca.
Ignore un rato a Lars y me acerque a ellos, que rostros tan lamentables parecía que iban a romper llanto, ¿por qué seguía manteniéndolos vivos?, son criminales, escorias, lacras capaz de matar a cualquier por una moneda de Bals, no había razón para que sobrevivieran, le dispare a uno de ellos en el cuello perforando su arteria carótida y muriendo en consecuencia, en cuanto al otro, al presenciar tal acto supo que el seria el siguiente y se levantó huyendo a toda prisa hacia la salida.
Le dispare dándole en la pierna izquierda perdiendo este el equilibrio y frustrando su escape, herido y llorando, suplica clemencia mientras me acercaba con la punta de la pistola sobre su cabeza.
— ¡Por favor, no me mates!… tengo familia, mi mujer Leticia pronto dará luz a mi hijo, ¡necesitaba dinero!, ¡lo necesitaba a toda costa para ambos! –Rogaba por vivir el forajido arrepentido —Nuestro pequeño al nacer si resulta varón lo bautizaríamos como Eric y de ser niña, María… ¡por favor!, tengo que volver junto a ella.
—Oh, una familia que conmovedor, ¿en serio eso es lo mejor que se te ocurrió o tomaste esa mala excusa prestada quizás de una de tus tantas víctimas? –Le dije yo de modo indiferente —Supongo que por tu “familia” justifica el ser parte del asesinato y esclavización de cientos de inocentes solo por ellos, ¿no?, mires donde lo mires no dejas de ser la misma mierda que ellos.