PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Con los preparativos hechos la primera fase se cumplió, con el uso de los preparativos hechos la segunda fase se cumplió, ahora, con los preparativos elaborado y en acción, se inicia la tercera fase.
—Riha… -Pronuncie su nombre con cierto tono frio.
—Lo sé –Contesta ella tomando distancia de mí y saltando hacia el techo de una casa.
—Allum… -Pronuncie después el de mi pegajoso compañero.
—“Entendido, amo” –El pequeño se aferra en mi espalda sobre los cilindros del lanzallamas para protegerlo.
—Ahora… ¡¡¡ARDAN!!!...
En ese instante en que mi mano se acercó al gatillo y use los dedos para manipularlo, desate el infierno sobre quienes me rodearon con intenciones hostiles, gritos a montón salieron de sus bocas, era como la encarnación del mismo averno ardiente resaltado en la realidad.
Numerosas almas gritando en pena, agonía en llamas, tridentes lacerando la carne quemada e intensificando el sufrimiento de los condenados, dolor, angustia, tortura, suplicio, malicia, odio, ira, ect… todas esas sensaciones transmitidas a la vez con esta atmosfera, era como ver una autentica obra del inferno en persona.
Metafóricamente me sentía como el diablo tirando de los hilos de la desgracia ajena, riendo burlonamente con el agitar de los dedos que manipulan la intensidad de sus dolencias, sonara anormal, pero parte de mi… disfrutaba esto.
—“¡Amo, AMO!”.
— ¡Roz, OYE ROZ!...
La voces de Riha y Allum resonando a mi lado me despierta del trance en que me hallaba, mire a mí alrededor y solo habían cenizas dispersándose por el viento, en un parpadeo había acabado con todos los zombis que estaban sobre nosotros.
—Parece que limpiaste todo este lugar de zombis, deberíamos seguir avanzando para hallar más y terminar con el resto –Sugirió la chica loba.
—“Hurra, vencimos a los malos” –Dijo emocionado el slime.
—No lo entiendo… -Percibí enseguida.
—¿Qué cosa?.
—Estos zombis… son demasiado fácil de vencer, si había magos de fuego, aunque fueran pocos, ¿cómo es que perdieron contra estas cosas?, aunque son numerosos, son demasiados lentos y con cierta cantidad de fuego pueden ser vencidos fácilmente, algo no cuadra aquí.
—Hmmm… tienes razón pero, ¿qué crees tú?.
—No lo sé… desde mi perspectiva, creo que esos magos debieron de haber luchado contra algo más fuerte que estos zombis, algo como…
— ¡ROZ, CUIDADO!...
Aun con la advertencia de Riha, soy golpeado desde la cintura por sorpresa por una figura veloz de un inesperado enemigo, su ataque me impulsa hacia atrás hasta darme contra la pared de una casa y atravesarla, aunque gracias a Intense Iron pude resistir el daño sin problema y el la sensación de dolor emitido a mi cuerpo era casi nada.
Me puse de pie rápido y mire a mi atacante, para otra desagradable sorpresa, no estaba solo, pues “eso” lo acompañan otros 12 sujetos iguales.
—Zombis más fuertes –Añadí completando mi anterior oración.
Zombis plantas como los demás, pero sus cuerpos se veían mas tonificados, median entre 2 a 2 metros y medio, las raíces en su cuerpo se veían mas espesas, cubrían toda su pelvis hasta el punto de parecer unos pantalones cortos muy ajustados, sus rostros y torso denotaban con mayor grado las venas verdes a diferencia de sus compatriotas normales.
Uno de ellos se movió con una agilidad sobrehumana, saltaba de casa en casa como un ninja hasta tomar una elevada altura y empezar a descender en picada sobre mí con su brazo izquierdo convertido en una cuchilla filosa.
Evadí sin complicación su ataque y este término golpeando al suelo en vano solo para levantar una cortina de polvo, el lanzallamas aún seguía funcionando gracias a que Allum protegió los tres cilindros de recibir algún daño al impactar contra la pared, aproveche el momento para contraatacar a mi reciente agresor, aunque no podía verle bien con el polvo encima, sé que estaba allí, le apunte y antes de que pudiese apretar el gatillo, otro de ellos se me asoma a mi izquierda para atacarme con su brazo convertido en una maza redonda cubierta de pinchos.
—¡No tan rápido!.
La Lupian interviene en el ataque del zombi cortando su brazo armado con sus garras de acero, ignoro al objetivo que tenía en frente con el polvo cubriéndole y apunto al que tengo a mi izquierda, disparo las llamas sobre él quemándole, con el fuego sobre sí mismo empezó a emitir los mismos gritos de agonía que los demás zombis.
—Uno menos… te la debo, Riha –Agradecí a la loba por su ayuda.