PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
— ¿Cómo me encontraron y lograron llegar vivos hasta aquí?... ¿¡cómo, como, COMO!?... para un genio como yo esto es… ¡AAAAAH una humillación, vergüenza, burla, AAAAAH!, ¿¡porque el infortunio atenta contra el rumbo de mi determinación!?, ¡como un orador de la gran ciencia todopoderosa, debo corregir mis errores lógicamente de inmediato! –Hablo el excéntrico hombre con una ridícula y furiosa mirada hacia nosotros.
—Entonces esos “zombis” son obra tuya, ¿no es así? –Le pregunte.
—Son mi más reciente creación, ¡los llamarías “mis hijos” pero detesto la sola idea de ser su padre!, ¡porque yo, Viktar Stain, he acogido como “hijo” solamente al conocimiento de la gran ciencia todopoderosa!, ¡¡gran ciencia que quitas la ignorancia del mundo, danos tu gran sabiduría, apiádate de las mentes cerradas e ignorantes!!.
— ¿Viktar Stain? –Dije en mis pensamientos recordando algo de inmediato.
Mi recuerdo me lleva a mis primeros pasos como aventurero, después de haber cumplido con mí primer encargo sobre recolectar cerebros de goblins, pase unos días haciendo trabajos menores, en el tablón de encargos además de hojas que detallaban sobre trabajos cotidianos para aceptar, también existen aquellos que pueden ser llevado a cabo de forma simultanea por cualquier aventurero, por lo que no se precisa arrancar y tomarla para hacerla, ya que en todo momento estos trabajos están “activos” para todos y a la espera de ser completado, hablo por supuesto de los encargos de “captura de criminales”.
Los nombres (y opcionalmente acompañado de un dibujo), descripción y crimen de estos están descripto en las hojas, acompañado abajo de la recompensa colocada por su captura “vivo o muerto” (habiendo casos en que “vivo” ofrece mayor ganancia), aparte de los aventureros, mercenarios o cazarrecompensas tienen el permiso de hacer estos trabajos, dado que la caza de criminales no tiene reglas exacta sobre el estatus del individuo para ejercer tal oficio.
Eso me lleva a recordar algo que vi en la tabla de encargos, “Viktar Stain”, es el nombre de un criminal mago de nivel A, descripto como un peligroso hombre desquiciado responsable de realizar incontables experimentos con personas vivas, tenía una orden de captura vivo o muerto con una recompensa de 250.000 mil Bals.
—¿¡Cómo puedes hacer algo tan vil y cruel!?, ¿¡secuestrar personas y convertirlas en monstruos para forzarlas a despiadados actos en contra de voluntad!?, ¡¡eres un miserable engendro demente!! –Le señala enojada la Lupian escupiendo con violencia verbal toda opinión que tenía sobre él.
—“Eres un hombre malo” –Dijo por su parte Allum a pesar de que era el único que podía oírle.
— ¿”Demente”? –Replico Viktar con una sonrisa maliciosa abrazándose a sí mismo —¡JAJAJAJAJAJAJAJA!, ¡bestia ignorante!, ¿¡qué sabes tú del saber y el progreso!?, ¡blasfemia, blasfemia, BLASFEMIA!... ¡son el veneno que tu inculta existencia escupe sobre mí y la todopoderosa ciencia!.
— ¿Con que propósito hiciste todo esto?, ¿buscar formar un ejército e iniciar una conquista mundial?, tsk… que ideal tan cliché –Comente mofándome de él.
— ¿”Conquista”? –Replica Viktar imitando la misma risa desquiciada — ¡Un “forjador” como yo no realiza conquistas!, yo solo “creo”.
— ¿”Forjador”?, ¿es así como te autodenominas?.
— ¡Oh que cruel, pobre niño carente de inteligencia promedio! –Me responde haciendo un gesto triste y meneando el cuerpo acorde a su excéntrico comportamiento —Déjame compartir algo contigo, niño, ¡en las ramas e historia de las armas, existen dos tipos de personas asociadas a ellas!, ¡los “segadores” aquellos que la portan con el fin de extinguir las vidas de los prójimos!, ¡y los “forjadores” aquellos centrados en crear las herramientas de la muerte para ser empuñados por sus eventuales portadores! –Explico el desquiciado científico — ¡Yo, Viktar Stain, soy un forjador, un hacedor de instrumentos de muerte y destrucción, un herrero encargado de la creación, fabricación y manufacturación de las “guadañas de innumerables parcas”!.
En pocas palabras, este hombre de dudosa cordura es un científico armamentista, esa fue mi más obvia deducción.
—Entonces esos “zombis”, ¿son tu “arma” más reciente?, ¿de eso se trata todo esto? –Le pregunte por consiguiente.
—¿¡No son una maravilla!?, aun les falta unos cuantos detalles a mejorar, ¡pero el “producto” está saliendo tal y como planeaba!, ¡un ejército de armas viviente, obedientes y leales, el sueño de todo un comandante o cualquier militar de alto rango! –Dice con tanto euforia —Y pensar que todo este se logró gracias a una débil y minúscula flor, ¡oh, pero que flor tan bella y hermosa!.