PERSPECTIVA: Tercera Persona
El corte del hombro izquierdo y en el pecho de la armadura empezaba a extenderse empeorando la condición de la estructura misma y para poner las cosas aún más tensas, tan solo restaban 5 minutos para finalizar el modo Juggernaut, pero la bruja también tenía sus complicaciones, había perdido su brazo izquierdo, teniendo que valerse de su derecha para empuñar su espada.
— ¿Eh?...
Tras mirarla detenidamente, Rozuel nota algo en la bruja, algo que ella aparentemente intentaba ocultar, sus ojos se centraban en la boca de la espadachín morena y fue que se dio cuenta de “aquello”.
—Oh, ya veo, se me hacía bastante sospechoso –Pensó el muchacho.
Saco otra granada de uno de los bolsillos, Rirac reacciona con una posición defensiva atenta a lo que sea que hiciese, Roz retira el anillo de la granada y la deja caer a sus pies, la granada resulta ser una de gas pestilente, el fétido componente se extiende.
Rirac en lugar de deshacerse del apestoso obstáculo con el mismo movimiento de la vez anterior, opta esta vez por retroceder saliendo del rango de alcance del gas, pero de entre la espesa cortina verde otra granada se muestra volando por el aire hasta caer a unos metros de la espaldas de la bruja.
Resulta ser otra de gas pestilente y se abre extendiendo su contenido a su alrededor, Rirac al ver la situación iba a usar su espada para disiparla cuando de pronto otra granada sale desde la dirección de Roz cayendo está a los pies de la bruja, no fue difícil prever lo que albergaba en su interior, se trataba de una tercera con gas pestilente.
Tres habían sido arrojada cerca de ella, el nivel del gas era inmenso, Rirac ante la situación en vez de recurrir a su arma como respuesta, prefirió dar un salto sobrehumano para salir del fétido rango del gas y situarse en el techo, habiendo escapado del problema sin recurrir a su arma legendaria.
—Tengo que ser cuidadosa… ya casi… -Pensaba preocupada la bruja mirando detenidamente hacia abajo, atenta al siguiente movimiento del chico.
—Eso comprueba mi punto.
Una voz repercute a unos cuantos metros a la izquierda de Rirac, al voltear se encontró con que Rozuel estaba allí parado, se sentía confusa como alterada, ¿cómo pudo no percibir su presencia?, pero luego recordó, que esa sensación de no sentirle en el más mínimo aspecto, ocurrió en todo el momento en que empezaron a pelear, aunque sus sospechas se fijaron en aquella extraña energía incolora que su cuerpo exhibía al equiparse esa armadura mágica.
—Eres alguien muy particular… -Le dice Rirac en voz alta.
—Agradezco el cumplido –Le responde el sangre de bruja.
Con sus dos manos revisa sus bolsillos retirando 3 granadas de gas pestilente, Rozuel una por una les quita los anillos de seguridad y las arroja en tres direcciones en cada uno de los lados de Rirac.
Estas se abren esparciendo su fétido gas, todo el techo empezaba a cubrirse del inmundo elemento espeso y pronto la alcanzarían, bajar a las calles tampoco era opción, pues allí rebosa aun de dicho gas, Rirac vio que su única opción era saltar y llegar al techo del otro extremo, tan pronto puso un pie para realizar tal acrobacia…
— ¿Piensas saltar?, adelante, hazlo sin dudar –Escucha la sugerencia de Rozuel provenir en una determinada dirección de donde yacía el gas.
A pesar de sus palabras, Rirac hacia lo contrario, titubeaba en su decisión, sospechaba con fuerza de un mal presentimiento de solo hacerlo, si el sangre de bruja era consciente de lo que estaba por hacer, pensó detenidamente que quizás era ese su plan, las alertas rojas de la bruja estaban en el pico más alto.
—Algo planea… -Pensó ella.
Una idea que le vino a la mente era que aun tuviese bajo su poder un arma escondida, una herramienta mágica más como aquellas que destruyo con su artefacto Logiano, un arma de fuego viable capaz de alcanzarla y la usaría cuando menos ella estuviese en el aire.
— ¿Qué hago…? –Se preguntó indecisa en su cabeza.
El gas pronto cubriría todo el techo, estaría bajo el rango de esta y de ocurrir, su oponente tendría la mayor ventaja, fue entonces que en un auge de tanta indecisión, se da vuelta rápidamente y ondea su espada provocando una brisa lo suficiente para disipar el gas de todo el techo.
— ¿¡Que!?... –Exclama con ojos alterados al ver que en ninguna parte estaba el sangre de bruja.
Tampoco podía sentirle y fue que por intuición miro hacia arriba, levantando su cabeza allí lo encontró a unos escasos metros con su espada en alto y descendiendo con intención hostil hacia ella, la bruja en respuesta se cubre con su arma legendaria y recibe la embestida del acero del chico con el suyo, la diferencia de fuerza era notable y Roz termina empujándola hacia atrás.