PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Cuanto más lo observaba menos duda tenia, ese familiar y reconocible símbolo, pertenecían a “ellos”, a la ya extinta Unión Soviética, podría darme la idea de que pudiera tratarse de una marca identidad, pero cada aspecto estaba definida a como lo recordaba sobre dicho Estado.
Aquello era su emblemático escudo, con el que hicieron historia casi al comienzo del siglo XX hasta en sus últimos años llegando a su disolución, de tantas cosas extrañas con la que me he topado en Avalia, que en este mundo la marca de los soviéticos se halle aquí, ¡es una incógnita de otro nivel!.
¿Cómo era posible?, ¿por qué el cadáver de este hombre lagarto lleva grabado el emblema de la Unión Soviética en la armadura que portaba?, no tenía sentido y esto no puede ser una mera coincidencia, cuanto más lo pienso detenidamente, ¿será cosa de un Trotamundos?, si un hombre lagarto de los responsables de las desapariciones de los aldeanos en el reino de Luthe lo porta, ¿¡podría ser que todo esto lo haya causado un Trotamundos en sí!?.
— ¿Qué es esa extraña marca que lleva en su hombro derecho? –Pregunto Mecil notando la marca soviética.
—Ni idea, es la primera vez que veo tal símbolo en mi vida –Contesto el sargento Bobme Gamgck —Si es de algún reino o algún grupo en concreto, no tengo la menor vida de quienes se traten.
—Que uno de estos hombres lagartos lo lleve encima, me dice que pueden estar directamente relacionado con el caso de las desapariciones –Opino el veterano ex-aventurero —Oye chico, te he visto mirar fijamente esa marca por un buen rato, ¿las has visto con anterioridad?.
Mecil me dirigió una pregunta, contestar con un “si” y explicarlo todo, era una vía directa para exponer mi identidad como Trotamundos, una mala idea, me deje llevar por la impresión que llame la atención, debo inventar rápido una excusa.
—No, pero también me llama la atención, tengo la fuerte certeza de que no será la última vez que veamos esa marca –Me excuse.
—Mmm… tienes razón en eso, presiento la misma intuición.
Me lo creyó, pero debo ser más cauteloso, mirando detenidamente al hombre lagarto, observo varios daños sobre la parte del pecho en su armadura, pero dicho grado de daño no parecía tanto, ¿los enanos lo vencieron fácilmente?.
— ¿Los Enanos que vencieron a este hombre lagarto lo lograron con mucha facilidad?, parece que esta cosa cayo con pocos golpes –Dije en voz alta.
—Sí, sobre eso, la cosa es… -Procedió el sargento Enano a explicarlo.
El sargento comienza su explicación resaltando al grupo de exploración Enana conformado por 4 miembros, quienes fueron embocado por tres hombres lagartos envueltos con armadura en todo el cuerpo, uno de ellos se acerca a ser el primer en plantarle cara a los guerreros, una lucha inevitable se llevaría a cabo, hasta que…
La criatura comienza a comportarse de manera rara, se tambaleaba como si estuviera mareado, los Enanos toman ventaja de su estado y lo atacan con sus pesadas armas en el pecho del monstruo, sus primeros golpes logran retroceder a la criatura cayendo este de rodillas, de repente los cristales Navum en su espalda comienzan a resonar brillando intensamente hasta que se parten en pedazos.
El hombre lagarto en consecuencia cae de espalda hacia el suelo y deja de moverse, había muerto, los otros dos miran fijamente a su aliado caído y comienza a retroceder retirándose con prisa, los Enanos insisten en no seguirle y llevarse el cadáver del monstruo vencido de regreso a su puesto militar, allí concluye la explicación del sargento Enano.
— ¿Simplemente los cristales se rompieron por si solo? –Pregunto Mecil, notando la ausencia de estos en el cadáver del monstruo.
—Sí, desconozco el porqué, esa fue la explicación que mis chicos dieron –Dice el sargento Bobme Gamgck.
—Je, entonces esto lo hará más fácil para nosotros.
Alguien más se acerca al cuerpo del hombre lagarto, había escuchado la conversación reciente, se trataba de un hombre alto en sus posibles 30, de pelo oscuro corto con un flequillo que casi le cubre el ojo izquierdo, complexión fornida, llevaba puesto una armadura de cobre de cuerpo completo con excepción de su cabeza, cubierto con un manto blanco con el emblema Templario, en su cintura llevaba de su lado derecho una cimitarra con un cristal rojo incrustado en la empuñadura y en su izquierda una espada liviana con un cristal amarillo en la empuñadura.
—Comandante Frederic, ¿no? –Pregunto Mecil.
—Y usted debe ser quien lidera a los aventureros, ¿no es así? –Pregunta el hombre con un rostro prepotente —No tendrían que molestarse aventureros, los Templarios hemos venido a tomar carta de este asunto, podremos encargarnos de esto por nuestra cuenta.