PERSPECTIVA: Tercera Persona
La primera noche en la zona prohibida y tanto aventureros como Templarios, estaban por luchar por sus vidas, un número desconocido de abominaciones venían por ellos, cada individuo tenía su arma en mano y psicológicamente preparados para lo que se desataría.
—Ya están a nuestro alcance –Dijo Syhér, el Sargario.
Oleadas de abominaciones se aproximaban, las primeras bestias en mostrarse eran “Astas Toxica”, ciervos mutados de 6 patas, 4 ojos rojizos, partes sólidos en su pelaje semejante a un caparazón y astas deformes con un líquido verdoso paralizante brotando de unos agujeros.
A espaldas de ellos, un segundo tipo de abominación se revela, como un jabalí cuya espalda estaba cubierto por un denso pelaje espinoso negro, poseía colmillos crecidos exageradamente cuya punta perforadora deleitaba una potencial amenaza para atravesar gruesas armaduras.
— ¡Cuidado, ahí vienen “Jabalís Lanzas”!, ¡de ninguna manera intenten defenderse de esos cuernos, atraviesan casi toda protección blindada o mágica con suma facilidad! –Informa el Enano Creik.
Y para empeorarlo aún más, un tercer grupo de abominaciones aparece a escena, lobos despellejados, carentes de pelaje y rodeados de su asquerosa piel desnuda con numerosos forúnculos que segregaban pus.
— ¡Eso son “Lobos necrófagos”, sus mordidas y fluidos pueden provocar serias enfermedades mortales, que no toquen su piel! –Advierte el guía Enano.
Ars con hábil maestría de su mandoble, avanza con su cuerpo reforzado con magia y esquiva las astas ponzoñosas del cerval abominable y situándose a uno de sus lados, le apuñala profundamente con su arma el cuello abriéndoselo en el transcurso.
Su compañera Camira por otro lado era toda una bestia de batalla, con su pesada hacha doble, partía en dos con astas y carne a los monstruosos ciervos que se le cruzaban, su fuerza era impresionante y aunque la magia influía notoriamente en ello, no dejaba de ser una cualidad impecable en la guerra de piel bronceada.
El hombre del mostacho y traje rojo, se desplazaba velozmente con su estoque a la mano, perforando en zonas vitales del cuerpo a los lobos necrófagos que enfrentaba, imbuida su arma y cuerpo con magia de viento que aumentaba su velocidad y la fuerza de penetración del filo de su estoque.
Su compañero el adolecente rubio con vestiduras semejante a un clérigo, con su maza en mano y escudo rodela, ataca invocando esferas amarillas que golpean a los numerosos objetivos que se acercaban demasiado haciéndolos retroceder, hasta que un jabalí lanza logra rechazar uno de sus proyectiles.
La bestia se acercaba al vulnerable y asustado aventurero rubio quien entre los nervios, estaba paralizado para actuar en su defensa, Syhér, su aliado Sargario actuó para salvarle, no uso el escudo pesado de su mano izquierda para bloquear la ofensiva del monstruo, pues el guía Enano había advertido que era un fatal error hacerlo contra un jabalí lanza, por lo que se valió de la alabarda de su mano derecha y aplasto la cabeza de la abominación con una descomunal fuerza.
Evito los letales colmillos de la criatura y mato al jabalí aborrecible, salvando a su joven compañero de ser herido de gravedad o peor aún, de perecer.
—Gracias Syhér… ¡cuidado! –Le advirtió su joven compañero rubio.
Tres lobos abominables se acercaban por su retaguardia, bloqueo con su escudo al que más cerca tenia de morderle y contraataco con su alabarda matando a dos de ellos, el tercero con agilidad aprovecho el sacrifico de sus dos aliados lupinos corrompidos y se coló por la espalda del semihumano con vía libre de saltar e incrustar sus fauces enfermizas en la carne de su espalda.
El abominable animal realizo su inminente salto, el Sargario consciente de su presencia no podría darse vuelta a tiempo para evitarle y su compañero aventurero rubio no reacciono a tiempo para defenderle, si recibiera una mordida de aquella criatura, era propenso a contraer alguna afección desconocida que pudiera matarle y para rematar su compañero del mostacho y traje rojo estaba luchando contra otras abominaciones, ni él ni nadie de su grupo podía acudir en su ayuda.
¡BAM!
Un disparo certero, un letal proyectil de un arma que a la percepción del Sargario era desconocida pero creía que su naturaleza era completamente mágica, acude en su momento de necesidad, una bala acierta en la sien del lobo necrófago, desviando su trayectoria y matándolo a la vez.
Rozuel desde varios metros, intercepto a la bestia que iba a herir al semihumano y disparo eliminando a la criatura para salvar a un miembro aventurero de un grupo ajeno al suyo, el Sargario estaba impresionado, pues nunca había visto tal muestra de preocupación más que de solo sus compañeros.
Pero allí mismo lo atestiguo, como un semihumano de una raza despreciada por otros, no era considerado alguien que valiese la pena salvar, pero aquel chico de cabello corto marrón y ojos grises, con su pistola Mauser C96, había mostrado todo lo contrario a lo que vivía habitualmente.