PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Fuimos guiados por Einquel hasta las ruinas de una ancha casa de tres pisos, un oxidado cartel de hierro con inscripciones en el idioma Enano semejante a una mezcla de inglés y francés. El elfo oscuro mostraba un buen manejo de dicho lenguaje, al leerlo concluyo que este sitio alguna vez fue una posada.
Las paredes del techo del tercer piso en su mayoría estaban al descubierto, dejando a la vista su interior, todos los miembros de la Ordinem Deam por ende yacían en el segundo. Antes siquiera de entrar al edificio, somos recibidos por un semihumano perteneciente a la raza de los Ratman o hombre rata.
Los Ratman se ven como ratas antropomórficas de un pelaje negro, tienen una baja estatura cuya adultez llegan a medir los 120 centímetros, las iris de sus ojos por otro lado son iguales que de cualquier humano. Ellos destacaban por su buena agilidad y desarrollo cognitivo, poseen un sentido de la vista como olfato más desarrollado y están dotados de un sistema inmunológico esplendido para resistir enfermedades producto de sustancias nocivas.
Sin embargo, esta raza tiene sus puntos negativos, para empezar socialmente son menos tolerados y más discriminados que semihumanos como Lupian, Draconianos o Cait, en términos de fuerza son menos fuerte que otras razas promedio (Humanos, Enanos, Elfos, etc), se aplica lo mismo a su resistencia física ante el daño y su esperanza de vida solo es de 30 a 35 años, llegar a los 25 para la inmensa mayoría ya es mucha suerte.
El Ratman frente de mi vestía un manto blanco en conjunto con un pantalón del mismo color que delataba su pertenecía a la Ordinen Deam, la insignia de su organización la tenía en su vestimenta superior. Utilizaba sobre su cabeza un pequeño casco ligero de metal, se acerca hacia mí con total confianza estrechando su mano y respondo a su saludo estrechando la mía.
—Me alegra verte de una pieza, Roz –Hablo el Ratman con un fuerte apretón.
—Lo mismo te digo a ti, Hamelín –Replico llevando la fuerza de dicho saludo a su mismo nivel.
Lo mismo aplico para Allum, pues Hamelín era un conocido para los dos, la primera vez que lo vimos fue aquella vez que conocí a la Arkana de su organización. Riha y Douglas se presentaron formalmente, luego fuimos al segundo piso, nos encontramos con un grupo de entre 40 miembros de Ordinen Deam instalados allí, preparando sus armas, cargando alguna que otra piedra mágica de diverso elemento y utensilios arrojadizos con alguna sustancia alquímica en su interior.
La mayoría de los miembros eran del rango Protecto, el segundo más bajo de la Ordinem Deam, los “Iniciados” son el rango más bajo de la jerarquía, son los instruidos y entrenados para convertirse en futuros “Protecto”. El siguiente escalón que le superaba eran los Vigidente, y aquellos de dicho rango presentes eran personas que conocí con anterioridad.
— ¡Hey chicos, es Roz! –Exclamo uno de ellos con emoción reconociéndome al instante.
Y no tarde en reconocerles de mi parte, el primero era un semihumano mestizo, cruce entre humano y un Lupian del clan “Colmillo de acero”. Luce como un hombre joven con rasgos animales en su cuerpo, orejas puntiagudas cubiertas de un pelaje gris, también cubrían su brazo como la mitad de la mano, poseía un rabo (cola) y unos caninos en la boca, Garet.
El siguiente era un Draconiano de escamas verdes, fornido cuerpo, cuernos en la cabeza y un cuero cabelludo rojo, Xiz. Y el último era un hombre con un par de orejas felinas y una cola gatuna, un Cait o “hombre gato”, fue el primero quien me reconoció apenas entre, Benito.
Todos ellos eran Vigidente con la vestimenta reglamentaria de su rango, un manto blanco en conjunto con un pantalón largo del mismo color, la insignia de su organización estaba en el lado derecho del manto.
—Es un honor volverte a ver, joven Rozuel –Saludo educadamente el Draconiano.
— ¡Y cómo olvidar del pequeño Allum!, bueno, si hablamos de su forma verdadera –Comento Benito — Te serviría un poco de “Letcolh” pero Garet seguro me regaña y Xiz me daría un sermón.
— ¡Y claro que lo haría!, el Letcolh tiene alcohol y estamos en pleno labor –Opino el mestizo.
—Mmm… Letcolh –Allum dejo salir en voz alta su regocijo al recordar la última vez que probó dicha bebida.
— ¡Jajaja!, me alegra saber que en el fondo aprecias el buen Letcolh –Se alegra el Cait de oír al Slime.
—Maldito gato alcohólico, ya deja de mal influenciar a la criatura –Le reprime Garet como una figura autoritaria.
Letcolh era una bebida tradicional creada por los Cait y servido en botella, a base de leche y cerveza, una mezcla extraña que haría pensar a más de uno que pueda tener un horrible sabor, y sin embargo, es todo lo contrario. Es mayormente dulce, y se lo toma generalmente tibio pues es cuando alcanza su mayor grado de sabor.