Metamorfos

Capítulo 4

Demian

Demian despertó cuando la luna estaba una vez más sobre el cielo. Sanar las heridas de aquel niño lo dejaron agotado, esas habilidades siempre habían sido el punto fuerte de su madre. Lo último que recordaba de ella era el enorme leopardo negro en el que se había convertido para detener a aquellos metamorfos que trataban de asesinarlo. Había logrado mantenerlo con vida durante quince años y luchó hasta el último de sus alientos para que él pudiera escapar. Recordaba perfectamente el sonido de aquellas garras oscuras abriéndose paso entre la carne de sus oponentes, aquellos furiosos gruñidos que le hacían vibrar los huesos.

-¿Qué hay en el norte que no hay aquí? –preguntó el mismo niño que había salvado.

-Nada. En…en el norte no hay algo que hay aquí.

-¿Y qué es?

-Personas y Metamorfos. Hay solo bosque. Un bosque libre de maldad. Mi madre quería llegar allá pero nunca pudimos porque nos tenían rodeados. Pero… pero ahora que hay guerra, los Metamorfos han abandonado la frontera, estoy seguro que podré llegar al otro lado.

El niño asintió con un semblante pensativo y segundos después le tendió un fruto rojo. Descubrió que era una manzana cuando el jugo se derramó sobre su lengua e inundó sus papilas con su dulce sabor. Llevaba varios días caminando por el bosque transformado en felino y no había comido nada porque en esa forma podía resistir más sin probar bocado alguno. Ahora que era un simple humano estaba muerto de hambre.

-Nunca me… nunca me dijiste tu nombre.

-Dorian.

Demian asintió y no dijo nada más. Se concentró en la tarea de masticar la jugosa manzana que Dorian le había dado. Lo vio sentarse a su lado sin decir nada. Le devolvió su abrigo.

-¿Te transformas en gato? –preguntó con la boca llena de manzana.

-Lince –respondió Demian.

-¿Plateado?

-Tendría que ser negro, pero nací defectuoso. Los Ancianos dijeron que soy una aberración. Por alguna razón que desconozco mi piel y mi cabello no tienen color.

-¿Por eso mataron a tus padres?

-Mi madre asesinó a mi padre cuando él intentó matarme a mí. Ni siquiera lo conocí… cuando… cuando… cuando eso pasó yo apenas había nacido.

-Qué horror –respondió Dorian.

-Sí. ¿Qué… qué les pasó a tus padres?

-Yo nunca conocí a mi madre. Creo que murió cuando yo nací. Nunca le pregunté a mi padre porque, supongo que en el fondo no quería saber. Mi padre fue asesinado ayer –hizo una pausa. Escuchó claramente como trataba de tragarse la manzana y con ella el nudo que se había formado en su garganta-. Un soldado entró en nuestra casa y lo asesinó con una flecha como la que yo tenía en la pierna. Ni siquiera le dio tiempo de defenderse o huir.

-Veo que nuestras especies tienen en común lo autodestructivo.

-Eso creo. Llévame contigo al norte.

-¿Qué? No…no sobrevivirías con esa forma humana.

-Una vez me picó una serpiente y no me morí –dijo con una sonrisa y un encogimiento de hombros-. De cualquier forma moriré si me quedo aquí.

Tristemente tenía razón. Dorian también estaba solo en el mundo, sus padres habían muerto en situaciones tan desastrosas como los suyos, ambos no eran más que dos pequeñas e insignificantes piezas con las que el destino jugaba a su antojo. Cerró un momento los ojos y pensó en las posibilidades que tenían de sobrevivir: nulas. Daría lo mismo si mueren juntos o cada uno en diferente zona del bosque.

-Mañana saldremos a primera hora, será mejor que duermas.

Los ojos de Dorian se iluminaron suavemente y asintió. Después de comer dos manzanas más, lo vio recostarse en el rincón más profundo del árbol dejándole espacio suficiente para que él durmiera a su lado. Lo escuchó sollozar unos minutos antes de que se quedara dormido.

Demian salió del tronco seco y respiró profundamente el aire fresco. Su cuerpo brilló intensamente y sintió como las extremidades de su cuerpo se retorcieron hasta convertirse en las extremidades de un lince. Inspeccionó el terreno en busca de algún soldado que persiguiera a Dorian o un ser metamorfo que lo buscara a él. Nada. La noche parecía tranquila y el único sonido en el bosque era el de las hojas agitadas por el viento. Los ojos de felino le permitían ver claramente en la oscuridad, ventaja que usaría para mantenerse con vida.



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En el texto hay: bestias, gay, sobrenatural

Editado: 02.01.2023

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