Gretchen
Al despertar siento un peso en mis piernas y veo a Legolas todo desparramado sobre mí.
- ¿Cómo paso esto? tú estabas en tu cama -mi perro al escucharme se despierta y me ve feliz con la energía por los aires -sé que mi cama es cómoda pero por algo te compre una.
Jaden abre mi puerta y entra sentándose en mi cama.
- Ok sé que mi cama es cómoda pero fuera-empujo a los dos de mi cama volviendo a taparme -y tu Jaden, ¿te enseñaron a tocar la puerta? pude estar cambiándome, además que haces acá tan temprano –gruño, no soy el ser más agradable a estas horas.
- Si pero no lo estás haciendo, ni siquiera estas levantada como para regañarme por entrar sin más, además ya es tarde y sabía que esto pasaría, dormilona-lo miro mal y él se encoje de hombros -como sea ya cámbiate en menos de una hora nos vamos.
Volteo a ver el reloj confundida y frunzo el ceño.
- Son las 7, son vacaciones, ¿qué quieres hacer a esta hora?
- Anda ya iremos a caminar -se da la vuelta y sale del cuarto.
Tras ducharme y arreglarme, tomo mi mochila y bajo a desayunar algo rápido. Justo escucho la bocina del auto de mi amigo afuera esperándome.
Al llegar al auto me subo en la parte de atrás saludando a Dylan confundida.
-¿Qué hacen los 2 acá tan temprano?
-Vamos a caminar, ya te lo dije.
-Pero, estamos en tu auto.
-No caminaremos aquí, iremos a Central Park, luego nos reuniremos con las chicas en el centro comercial, ustedes bobearan por ahí mientras Savannah acaba su turno en el trabajo que acaba de conseguir, además Dylan y yo vamos a la inauguración de una tienda nueva de discos de vinilo y al acabar estas cosas iremos al cine –explica Dylan.
-Ey yo quiero ir con ustedes –respondo emocionada.
-Es rock.
-¿Aja y?
-Es el tipo de rock que dices solo parecen gritos y maullidos –comenta y mi emoción muere.
-Ah ya, no voy, los espero afuera entonces. Ahora, ¿en que momento decidieron todo esto?
-Por la noche, en la llamada que rechazaste –contesta Jaden desviando un momento la mirada del camino.
-Tenia sueño –me defiendo encogiéndome en mi lugar.
…
-Qué día de mierda - se queja Rox quitándose los risos de la cara harta –los estúpidos clientes estuvieron jodiendo el día entero, nada les parecía, todo hacía más, dios, si me vuelven a decir “disculpe jovencita” una vez en la semana juro que le enterrare mi puño en el rostro.
-Y apenas es martes, no sé cómo aun no quemas la boutique –responde Sav callando las tan graficas formas de dañar a los clientes de la morena.
- Uh este me gusta ¿qué dices linda? -Rox me muestra un vestido demasiado corto y además color naranja.
- No, oh claro que no, es feo ese color, para ropa al menos -Rox gira los ojos y sigue buscando.
- ¿Este? –toma uno al azar y resulta ser uno muy rosa y al darse cuenta suelta un chillido raro aventándolo como si fuere lava –Ay no demasiado princesa, denegado.
La miro divertida negando con la cabeza y levanto el vestido acomodándolo donde estaba.
- Ni siquiera sé porque estamos viendo ropa y pensando en comprar, solo venimos a bobear –le digo pero la rizada se encoge de hombros sonriendo.
- Lo sé, pero ahora tu buena amiga aquí presente te quiere regalar uno, y si no eliges uno pronto juro que lo único que verás será de mis puños en tu lindo rostro -me amenaza Rox y levanto las manos en son de paz.
- Esta bien lady violencia sin paciencia, iré por allá -señalo otra parte de la tienda.
Camino por la tienda y después de como 15 negativos a mi amiga encuentro el vestido más perfecto que he visto.
Grito emocionada llamando la atención de algunas compradoras y me río por sus reacciones. Roxanne viene corriendo junto a mí quitándome de la mano el vestido.
- Oh dios es perfecto para ti, anda corre a probártelo para vértelo puesto -me jala hasta un probador donde me devuelve el vestido y se va a sentar.
- Listo que dices -salgo del probador para enseñárselo y aplaude a favor mientras hago poses raras.
- Sí, esta echo para ti, quítatelo y vamos a pagarlo.
Y así pasamos alrededor de 2 horas donde terminamos por bobear como estaba previsto antes de que compráramos un vestido cada una, tras un rato fuimos a por Savannah ya que era su hora.
XXX
Ruedo los ojos algo harto de ese trio dinámico, estúpido trabajo, que mierda hago vigilando a Barbie y compañía, niña insufrible, soy de los mejores y estoy acá de niñera.
Continuo insultando hasta el mismísimo gato de mi jefe mentalmente mientras le doy ojeadas aburridas a las 3 chicas sentadas en el borde de una fuente, hablando de algo que sinceramente no podría ser más superficial y estúpido.
Que tan huecas han de ser como para no poder hablar algo más importante que moda o chismorreos de su instituto y si fuera por ratos, ok, pero llevan fácil 3 horas, en que momento decidí ponerle un micrófono a su bolso, preferiría no saber.
-Siento la tardanza, que ha pasado, ¿algo nuevo? –se sienta mi compañero en esta tan especial tarea a mi lado despeinado y sudado.
-No quiero saber qué fue lo que te retraso –murmuro algo asqueado.
-Que pervertido que eres chico, mi auto se atascó, empezó a salirle humo y ya no quiso seguir, tuve que venir corriendo y no es como que haya quedado tan cerca –me explica robándome papas fritas de mi plato por lo que le doy un manotazo haciendo que la suelte.
-Cómprate lo tuyo.
-Oh vamos, tengo hambre, ¿acaso no fuiste al kínder, o si quiera veías la televisión, Elmo no te enseño a compartir?
-No, esa era una serie estúpida, yo veía cosas interesantes –respondo fastidiado.
-¿Cómo qué? ¿Max Steel, los Teletubies, Johnny Bravo? –cuestiona interesado, pero cuando veo la sonrisa maniaca creciendo en su rostro bufo sabiendo que está a punto de salir una estupidez de su boca.