13 de junio de 2033.
Desearía que esta carta nunca saliera a la luz, pero si la están leyendo es porque por fin todo acabó.
Todo empezó cuando fue anunciado el enlistamiento al servicio militar de SeokJin...
Aún recuerdo ese día de diciembre, donde las cámaras apuntaban hacia nosotros, la mejor banda de chicos que se disipaba.
Nadie daba crédito a lo que se anunciaba.
Unas semanas antes de ello, un video había sido sacado de contexto, uno que era solo para el fandom, pero que todos lo vieron. Al principio explicamos que queríamos buscar nuestro propio camino, incursionar en el mundo artístico como personas individuales, sin embargo, eso no fue posible... Los noticieros exponían la situación como una separación definitiva y aunque la empresa intentó cambiar el curso, se había expandido como virus letal. Haciendo caer las acciones de la misma en un día, afectando nuestra posición en el mercado.
La presión que sentíamos sobre nuestros hombros empezó a hacer efecto dominó... y el primero en caer fue SeokJin.
De alguna manera, por un tiempo el público creyó cada palabra que dijimos, cada comunicado que la empresa lanzaba. Hasta que se cumplieron dos años. Ese fue el momento donde todo salió a luz. El principio de nuestro final.
Donde nadie pudo ocultar el deceso de nuestro hermano.
Para ello, me gustaría que entendieran que la depresión se presenta con muchas máscaras, y la que nuestro bello World Wilde Handson nos enseñaba, era la de felicidad. Todo quien lo veía e interactuaba con él, creía que era la personificación de la felicidad hecha mortal.
Lo que nadie sabía, era que dentro de su mente se alimentaban sus demonios con cada exigencia, cada error, cada señalamiento lo empujaban y lo incitaban hacia ese barranco. Cada segundo que pasaba con sobre exigencias era un paso más a la orilla... hasta que simplemente, se dejó caer. Y con ello, el grupo de siete, se hizo menor.
La empresa en un esfuerzo desesperado, intentó cubrirlo con el enlistamiento, solo dos años les duró su mentira y el poder sobre nosotros.
Ingenuamente... creí que podríamos seguir adelante, que seguiríamos unidos y hacia un destino juntos. Qué equivocado estaba.
Kim NamJoon se ponía exigencias que nadie podía controlar, ni siquiera sus padres, para cuando SeokJin murió, todo eso se descontroló. Una mentira tras otra. Sonreir, posar y fingir que todo estaba bien.
Nadie podía sacarlo de su estudio, escribía y componía sin parar, canciones y más melodías en nombre de un amado a quién nadie sabría que iban dedicadas... música que muchos elogiaban, pero que ni siquiera el fandom apreciaba, y al ver ese rechazo por parte del público, creíamos que el siguiente sería él. Gracias a un Dios que Namjoon no conocía, con el tiempo eso no sucedió y todos volvimos a respirar... cómo si eso hubiese sido posible.
Quiero creer que la muerte de SeokJin fue como su manera de sacarnos el candado que teníamos encima, que nos limitaba y nos aprisionaba. Siempre dijo que quería vernos felices, pero que mientras fuéramos parte de esa empresa, jamás sucedería. Que estábamos encadenados a ella hasta que el público se cansara de nosotros.
Eso, al principio no lo entendí.
Y el siguiente fue Suga, dejando al grupo en cinco.
Min YoonGi se excluyó de todo lo que tuviera que ver con BTS... mencionó que el grupo siempre debían ser siete y no seis, mientras su amigo no estuviera, el grupo no existía. Obviamente la empresa no lo permitió e intentó demandarlo, afortunadamente el fandom hizo su parte, poniendo una presión incesante sobre ellos para que nos dejaran en paz.
Cuando YoonGi obtuvo su libertad, no volvimos a saber de él por un tiempo, llevándose no solo su presencia, sino también las sonrisas de Park JiMin. En esa época nadie estaba enterado que también eran pareja. Lo supieron guardar muy bien, ni siquiera nosotros teníamos conciencia de ello.
Aunque éste último, para lidiar con el abandono de su amor, intentó buscar refugio en la danza y por un breve tiempo volvió a la cima del mundo en otra cosa que amaba... recibiendo los aplausos de teatros llenos de personas que lo inmortalizaron en bellas fotografías. Aunque la divinidad de su persona se vio afectada por las drogas que utilizaba para obligar a su cuerpo a seguir aguantando las extensas rutinas que se implementaba.
Mientras su juventud iba desapareciendo, él estaba dispuesto a seguir aguantando lo más posible. Recuerdo cuando dijo que, si no seguía bailando, cortaría sus alas. Cuando vi el dolor en su mirada, entendí el doble sentido de sus palabras.
¿Cómo es que nos estábamos perdiendo? ¿En qué momento dejamos de ser nosotros?
El cuarto en perderse fue Jung Hoseok, en su intento de mantenerse a flote había fundado una escuela de danza, pero su ira acumulada a su impotencia en no poder salvar al grupo, combinada a su grave problema con la bebida, en escasos tres años lo hicieron perder todo por lo que había trabajado. Culpándose porque según él, debió luchar más por nosotros, nadie logró sacarle esa idea de la cabeza... hasta que el alcohol le dio la paz que buscaba, llevándose consigo la esperanza de seguir unidos.
Poco a poco íbamos desapareciendo...
Cuando los famosos "fan service" se volvieron populares y se hicieron la parte favorita de la empresa, siempre nos decían lo qué y cuánto debíamos mostrar. La gente y el fandom amaba emparejarnos y Taehyung veneraba esos momentos. A él le encantaba ver todos esos videos donde army recopilaba esos momentos y sonreía enamorado mientras me besaba y me decía cuánto me amaba, escondidos en aquella habitación que alguna vez compartimos, la cual fue testigo de cientos de promesas y juramentos, de sueños que nunca cumplimos por miedo al señalamiento...