HORUS
No sé qué me está pasando, por qué de repente la cercanía de Lilian me hace sentir incómoda, y no quiero decir que incomodo mal, si no algo más... Me siento bien con ella.
Estoy viéndola mientras piensa su respuesta, sé que es difícil responderla, ha pasado diez años de su vida con ese hombre, tengo mucha experiencia en estos casos, para ellas es más difícil soltar, muchas lloran al firmar el divorcio.
Y no por qué por fin están libres, si no por qué añoran la vida que tenían.
—No lo sé, estoy muy dolida con él, pero supongo que no se puede olvidar a alguien que amas por tantos años en un día para otro.
—Es lo que se espera, solo deja de culparte por qué nada es tu culpa te lo aseguro.
—No sé qué hice mal.
—Que te hacen infiel no es tu culpa, ellos son responsables de sus actos, ellos son los que deciden ser infieles. El problema lo tienen ellos.
—Le di mi vida entera, dejé todo de lado para darle mi tiempo.
—Eso pasa cuando estás enamorada. —y lo sé bien.
Cuando cumplí 19 me festeje en un antro, me divertí con mis amigos, estaba por irme cuando la vi, Kirsty era una chica hermosa me enamore de ella al instante, no necesite seducirla ella sola vino a mí. Me enamoro. Me volvió loco no podía vivir sin ella. Estaba dispuesto a todo por tenerla para siempre nunca había deseado formar una familia.
—¿Estas bien? —escucho la voy de Lilian.
—Si estoy bien, solo estoy pensando.
—Debería irme, llamaré a Caroline, para que pase por mí.
La puerta es tocada, no puede ser nadie más que alguien de mi linda y loca familia.
—¡Adelante ¡— no necesito ir abrir, regularmente mi puerta no tiene seguro, nadie ajeno a nosotros puede entrar.
En cuanto mi primo Enzo abre la puerta se escuchan los gritos de sus dos inseparables, son mis primos más pequeños de doce años. Son trillizos.
—Hola primo Horus, hemos venido a traerte la cena la tía Elizabeth hizo una ensalada especial para ti. —Renzo trae dos platos en sus manos
—Y la tía Sonia ha hecho un postre para ti.
—Eres el consentido Horus, siempre hacen todo especial para ti, y para nosotros es lo que esté en la mesa —Se queja Renn.
Ellos aún no saben que realmente solo cuidan lo que como por mi enfermedad.
—También trajimos comida para tu novia.
—Tu novia no es muy vieja para ti ¿No crees? —Enzo que no tiene filtro hablé la boca.
—Ok es hora que ustedes tres se vayan.
Tomo los platos que tiene Renzo y le digo a Renn que ponga el postre en la mesita.
Renn y Renzo que saben cómo es su hermano lo toman del brazo y salen de mi vista.
—Lo siento Enzo no piensa antes de hablar — La miro para pedirle una disculpa.
—Tiene razón ¿Sabes cuántos años tengo?
—Si lo sé leí tu currículum. Cumples años el 21 de noviembre.
—¿No te importa lo que digan sobre nuestra diferencia de edad?
—No me importa, padres se llevaban ocho años de diferencia para ellos nunca fue problema, mama era mayor.
La historia de mis padres es maravillosa, se conocieron en una fiesta su mejor amigo o invito a la fiesta de su prima, esa prima era mi madre, mi papa la miro y ya jamás la soltó, a pesar que mi padre era mucho mas joven, pero eso a el no le importo la quería y ella también a él.
—Seguro tuvieron un amor bonito.
—Se amaban mucho—digo, me duele hablar de ellos todavía. —Tengo hambre, ya que mis adorados primos nos trajeron comida, cenemos.
Llevo los platos a la mesa, voy a la cocina por más refresco. Nos sentamos juntos, mi mesa es pequeña, no necesito una mesa grande, las reuniones familiares siempre son en la casa del abuelo, regularmente yo no uso el comedor, ya que como con el abuelo o con mis tías.
—Tienes una familia muy unida.
—Si somos unidos a pesar que soy la oveja negra de la familia ¿Qué tal tu familia?
—Tengo a mis padres viven a tres horas de aquí, no les gusta la ciudad y papa tiene su consultorio veterinario, mama es su asistente, tengo un hermano mayor es piloto, pero no está trabajando por que tuvo una operación.
—¿Nada grave? —me intereso.
—No, fue operado de la rodilla, se lesiono jugando futbol, pero muy pronto estará bien.
La platica fluyo muy bien, al menos logre que Lilian se tranquilizara un poco. Nunca había pasado tanto tiempo platicando con una mujer, Lilian no es cualquier mujer ya que esta en mi casa, es un poco extraño que este en mi espacio personal, hasta ahora solo mi familia y un par de amigos han tenido la fortuna de estar ahí.
—Llamare a Caroline, ya es tarde creo que debería irme.
—Está lloviendo —digo
Hace media hora empezó a llover, el pronóstico dice que lloverá seguido y sin parar.
—La llamare de todas formas cuando se calme podrá venir por mí.
—Si se calma te llevare yo, no molestes a tu amiga, además las calles se ponen peligrosas. Puedes quedarte, duerme en mi recamara yo dormiré en la habitación de invitados.
Nadie a usado esa habitación, María, la chica que nos ayuda con la limpieza cambia las sabanas seguido, pero nadie se ha quedado, mi familia está aquí mismo, así que no necesito invitar a nadie a dormir, Lilian tendrá el honor de por primera quedarse en mi casa.
—No quiero molestar.
—No es molestia, nos podemos seguir conociendo, mi abuelo hará muchas preguntas te lo aseguro.
—¿Qué mas quieres saber?
—¿Deseabas ser madre?
Ella me mira, veo tristeza, desilusión, pero también resignación.
—Lo siento, si te incomoda la pregunta no conteste.
—Lo he intentado, después de un año de matrimonio lo intentamos, pero no quedaba embarazada, nos hicimos estudios y la del problema fui yo, me sometí a diferentes tratamientos ninguno funciono, el ultimo fue hace tres meses, Yo estaba buscando un bebe y lo mas seguro es que Samuel ya estaba engañándome.
—Nunca han intentado adoptar.
—Yo sí, pero Samuel no, él quería hijos propios, ahora ya los tendrá.