Mi Abogado

CAPITULO 13

—Esto no está bien, Caroline, una cosa es engañar al abuelo y a la familia de Horus, pero otra cosa es ir a esa gala y fingir ser su novia. Sé que la prensa se iba a enterar de que yo y él andamos, sí, pero no es lo mismo fingir frente a tantas personas; además, son personas nada comunes.

—No digas tonterías, tú disfruta y sonríe en cada fotografía. Piensa en esto: saldrás en todas las revistas y periódicos. No sé tú, pero yo quiero ver la cara del estúpido de Samuel; lo cambiaste por algo mucho mejor.

—Es una mentira, Caroline —le recuerdo.

—Sí, pero él no lo sabe. Además, te conozco; desde que volviste de su casa, no dejas de hablar de él, de lo tierno que es, que no es el hombre prepotente que pensabas que era. Casi me dices cuántas pecas tiene en su rostro. No sé, tal vez esa mentira se convierta en realidad más adelante.

—Tengo miedo, Caroline, Horus tiene veinticinco, yo tengo treinta y cinco, es una gran diferencia; también es un mujeriego. Definitivamente, no estoy para que el mundo me conozca como la mujer a la que le ponen el cuerno.

—Amiga mía, deja de culparte porque te fueron infiel; el problema no eres tú, eres excepcional, vales mucho y estoy segura de que otro hombre o incluso Horus verán la mujer que eres.

—Lo dices porque eres mi mejor amiga.

—Lo digo porque lo eres.

—¿Estás segura de que me veo bien con este vestido?

—Solo deja que te vuelva a dar un retoque en el maquillaje y será espectacular.

El timbre suena; Caroline fue a abrir, mientras yo sigo viéndome en el espejo de mi amiga, algo en el vestido, pero Horus me dijo apenas hace tres horas que tenía que acompañarlo. Caroline me ha salvado prestándome uno de sus vestidos, pero no sé, siento que no es mi estilo, a pesar de que es un vestido hermoso.

—No me lo vas a creer, Horus te ha mandado esto.

Mi amiga entra con una caja enorme. No pregunto qué es; es la misma marca del vestido y las otras prendas que me dio en su casa. Mi amiga deja la caja en la cama.

—Ábrela, amor mío, que me muero de ganas de saber de qué color es.

—Yo también —digo.

Adentro de la caja está un lindo vestido color verde escotado; me gusta el detalle que tiene solo de un lado.

—Pruébatelo, te va a quedar divino.

Me quito el vestido de mi amiga, me quito el bra porque el vestido ya tiene incluidas las copas. Mi amiga me cierra el cierre y me hace el moño en la cintura; lo hace de lado. Después, camino al espejo, me queda perfecto.

—Debo cambiarte el maquillaje y el peinado; te traeré una playera para que te la pongas y no manches el vestido —dice mi amiga emocionada.

Una hora después estoy lista. Horus manda un mensaje para decirme que llegará en cinco minutos. Mis manos no dejan de sudar; estoy muy nerviosa. Espero no equivocarme en aceptar ser la novia de mentiras de Horus. El timbre sonó de nuevo. Sé que es Horus, y eso hace que me ponga más nerviosa.

—¿Estás lista? —Caroline me pregunta antes de abrir la puerta.

—No, pero ya es hora.

Me pongo de pie para tomar mi bolsa. Mientras mi amiga abre la puerta.

—Buenas noches —le escucho decir.

—Buenas noches —mi amiga le responde.

Camino a la entrada, en cuanto nuestras miradas se cruzan, un escalofrío extraño recorre mi cuerpo. Horus viene en un traje gris; su corbata y pañuelo son del mismo tono que mi vestido.

—Esperen, voy por mi celular para tomarles unas cuantas fotos. —Mi amiga se aleja corriendo hacia su habitación.

—Estás preciosa.

—Gracias, tú también lo estás —digo nerviosa.

—Aquí estoy, ponte junto a él,Lily, y sonrían, por favor.

Obedezco a mi amiga. Me pongo a su lado; Horus me toma de la cintura y me jala más contra su cuerpo. Hoy huele diferente.

—Sonríe, Lily, estás con un bombón alócate, amiga.

—¡Caroline! —le grito, pero río con sus ocurrencias; solo es ella siendo ella.

—Es hora de irnos —dice Horus sonriendo; al menos no viene en modo hombre prepotente.

Me despido de mi amiga. Bajamos por las escaleras porque justo hoy el elevador decidió descomponerse. Horus me toma de la cintura, según él, para darme más seguridad al momento de bajar los escalones.

Llegamos al lugar del evento, hay una cantidad grande de personas y de prensa.

—Me voy a bajar; espera que abra la puerta por ti.

Los nervios ya no dejan que le conteste; solo asiento, mientras paso saliva con dificultad. Veo bajar a Horus; no tarda en abrir la puerta de mi lado. Los flashes y los gritos me hacen no querer salir, pero Horus se inclina, me toma de la mano…

—Todo estará bien, te lo prometo.

Salgo del auto, los flashes molestan mi visión, no sé en qué momento Horus me suelta; lo que pasa a continuación es demasiado rápido, escucho diferentes voces, los flashes no paran hasta que me hace chocar con una persona. Intento disculparme, pero la persona ya no está.

Cuando encuentro a mi jefe, está del brazo de Susi. ¿Qué hace con Susi?

—¿Entonces ustedes son pareja?

—Sí somos novios y muy pronto nos vamos a casar —la escucho decir.

Horus no dice nada, y no entiendo por qué se queda callado. Le hacen algunas preguntas más y luego entran por la puerta principal.

Yo hago lo mismo; antes de entrar, me detienen unos chicos.

—Nos permite su invitación, por favor.

No tengo invitación, ni siquiera sabía que se necesitaba invitación.

—No tengo invitación, he venido con Horus Alarcón; soy su asistente.

Uno de los chicos mira la larga lista; espero que esté en la dichosa lista porque, si no, no sé qué haré.

—Lo siento,señorita, no está en la lista, no puede pasar.

¿Creen que nuestra linda Lily logre entrar a la gala?

susi regreso para vengarse de nuestro Horus...




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