Bueno, digo que es algo del trabajo, pero lo cierto es que el sábado fue mi último día. Mi contrato terminó, y con eso se cerró un capítulo que, aunque tuvo sus altos y bajos, me dejó varias lecciones. También han pasado un par de cosas más. ¿Recuerdan que les mencioné que éramos tres en el equipo? Eso hacía un total de tres plazas de trabajo, pero ahora que me fui, solo quedarán dos. Y no es solo por mi salida, sino porque ya no van a contratar a una tercera persona.
En parte, no puedo evitar sentir que es mi culpa. Solía hacer el trabajo de dos incluso cuando estaba sola, y quizá eso dio la impresión de que no hacía falta alguien más. Pero también sé que influyó el desorden de horarios y la mala organización, como les conté antes.
En fin, ahora vamos a recurrir a pedir donaciones... ¡Es broma! Estoy en busca de trabajo en este momento, y aunque da un poco de miedo, también trato de verlo como una oportunidad. Quién sabe, tal vez este sea el momento de explorar otras cosas o aprender algo nuevo.
También han pasado otras cosas en mi vida, pero ya les contaré más adelante, cuando tenga un poco más claro qué quiero compartir.
La verdad, me gustaría que si alguien lee esto me comente. A veces siento que estoy hablando sola, y aunque escribir me ayuda mucho, sería bonito saber que alguien está del otro lado.