Mi admirador secreto

Viejos Amigos


Leonardo había levantado a Liliana del suelo con tanta delicadeza, ella recogió la carta que tenía en sus manos que soltó al caer. Cuando ya estuvo de pie, no dudo en abrazar a su mejor amigo porque lo extrañaba tanto. Leonardo parecía sorprendido ante tal abrazo, pero sonrió y le correspondió ese abrazo. Ambos se extrañaban tanto.

—Me alegra volverte a ver —le dijo ella después de alejarse un poco de él y poner sus manos en su hombro—. No sabes cuánto he esperado este momento, ¿por qué no me dijiste?

—Igual a mí me alegra verte y pues no te dije porque quería darte la sorpresa, pero por andar corriendo te pasé botando, perdóname— le respondió Leonardo muy sonriente. La tenía aún tomada de la cintura.

— ¿Estás estudiando acá? —le preguntó esperando que él le dijera que sí. Lo extrañaba mucho, aunque solían comunicarse.

—Sí, así es —le respondió y Liliana saltó de emoción porque iba a estar de nuevo con su mejor amigo. Leonardo también estaba muy feliz de que ella se emocionaba porque también la extrañaba.

Muy contenta estaba Liliana ante tal sorpresa y llevó a Leonardo a conocer todo el lugar. Él sonreía a cada momento. Cuando estuvo en Estados Unidos, no fue tan malo; pero tampoco era lo que deseaba. Extrañaba todo de Guatemala, sus amigos y en especial a su mejor amiga Liliana. Aunque había más oportunidades allá, era feliz junto a lo que amaba de su país natal.

 

 




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