Mi admirador secreto

Quinta Carta

 

 

Amada Liliana:

Amo la forma cómo ves la vida ante toda situación. Tú le encuentras el lado positivo a todo y eso me encanta. Amo la manera cómo te alegras al ver lo que tanto te trae felicidad. Si tan sólo pudiera acercarme a ti de otro modo como yo quiero y darte más alegría de la que ya tienes, estoy seguro que encontrarías la felicidad absoluta. Sé que te preguntarás de dónde te conozco y creerás realmente que parece que te estoy espiando o algo parecido, pero no te alarmes, si te conozco es por tantas cosas que ahora no puedo decirte porque evidentemente no me atrevo a contarte todo de una vez; es el miedo a que todo no sea como ahora entre tú y yo, porque lo que tenemos ahora, tampoco lo quiero perder. Y créeme que luché contra eso, sin embargo, el corazón no de manda.

Te amo, L.J. 

 

Una vez más, Liliana leía aquellas cartas que la hacían sentir tantas emociones. Esta vez sentía una ansiedad por saber quién era ese chico que con tan sólo una carta, escribía como un ángel. Jamás había tenido algo tan romántico. La última vez que recibió algo así fue cuando Leonardo se fue. Ese día él le había regalado unas rosas y un oso de peluche café y bello y fue lo más hermoso que le había regalado él. Y aún atesoraba el oso y los pétalos de las rosas.




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