Decima carta

Amada Liliana

Me entristezco cada día al pensar que tú no sientes lo mismo por mí. Yo puedo pasar frente a ti y ni siquiera te das cuenta. Aunque tal vez sabes que existo; sin embargo, no le forma como yo quisiera. A veces pienso que te molesto con estas cartas, pero no puedo seguir guardando estos sentimientos de por vida. Quizá deba darte la cara y decirte de una vez por todas quién soy yo, pero todo a su tiempo. Por el momento no puedo hacerlo. Espero puedas perdonar a este loco enamorado de ti. ¿Cómo puedo hacerte ver que estoy más cerca de lo que te imaginas? Empiezo a creer que a veces que mis cartas no funcionan, pero te he visto leerlas y te veo sonreír. Es hermoso observar eso, ¿Sabes? Y por favor no creas que te espío.

Besos, Le. Ja.

Liliana se puso triste porque desearía que él le hablara y le dijera lo que siente frente a frente.  No obstante, esta vez se dio cuenta que la firma de su admirador tenía más letras. ¿Quién sería Le? Ja.? No podía ser Gabriel. Liliana se ha dado cuenta que ese hombre no tiene escrúpulos. Realmente tenía que averiguar quién era su admirador y para ello tuvo que contarle a Julia.

— A ver, déjame entender... Hay un chico que ha estado enviándote cartas en tu casillero y tú quieres averiguar quién es, ¿cierto? —le dijo su amiga algo sorprendida. 

  — Exacto, eso quiero —le respondió Liliana.

— Bien, te ayudaré a encontrar a tu amor secreto, me encanta estas cosas —le comentó emocionada. Liliana por fin encontraría a su admirador secreto y eso la alegraba mucho. Es grato tener amigos con el que puedes contar sin juzgarte.