Amada Liliana:
Ya me contaron que andas buscándome, pero me temo que no me encontrarás. Quizás esta sea la última carta que te envío porque no puedo, no me atrevo a mostrarte mi cara, a decirte de frente que te amo porque tú no me ves de la misma forma. Te preguntarás que por qué lo sé. Simple; estoy más cerca de lo que crees y por eso no quiero que sepas quién soy de esta forma porque no estoy preparado para escuchar de tus bellos labios, decirme que no me amas como yo a ti. No estoy preparado para enfrentar ese momento de rechazo. Espero me perdones. Me ves y me tratas como si fuera solo un conocido más para ti y a mi mejor amigo, le consta que es así.
Te ama, L.J.
Liliana se puso muy triste al leer esa carta. ¿Por qué él pensaba de esa manera cuando ella se está enamorando de él, aunque no supiera físicamente cómo es? No suele importar el físico si tiene un gran corazón. Quizás tenía razón su amor secreto. No obstante, eso no le iba a impedir seguir buscando a su amado, aunque él ya no le mande cartas. Ella tenía algunas pruebas suficientes para saber quién era él y no iba a cesar hasta encontrarlo. Debía poner más atención a su alrededor.
—Liliana, necesito hablar contigo —era su mejor amigo acercándose.
—¿Qué pasa? —le preguntó ella.
—Últimamente has estado muy extraña conmigo, ¿a caso ya no me tienes confianza? —le reclamó.
—No es eso Leonardo, solo que no sé cómo decírtelo —le respondió preocupada.
—¿Qué cosa? ¿De que tienes un admirador? Lo tienes porque eres hermosa, pero quisiera que tú me contaras las cosas y no otra persona —le habló molesto. Liliana se sorprendió, jamás le había hablado así su mejor amigo.
—¿Quién te contó? —le cuestionó ella.
—Eso es lo de menos, lo que si te voy a decir es que si estoy un poco decepcionado de esta situación —le comentó y se fue dejando a Liliana muy triste de que su mejor amigo se molestara con ella.
Liliana entró a la clase de química y todos estaban hablando de la fiesta que habría el viernes para el aniversario de la Universidad y también de las actividades que habría durante la semana. Liliana pasó entre los alumnos hasta llegar a donde estaba su asiento sin ánimos.
—Hola Leandro —le dijo a su otro amigo mientras se sentaba. Leandro se sobresaltó porque él parecía distraído con algo en su cuaderno.
—Ah...hola Liliana —dijo algo nervioso. Ella lo vio y levantó una ceja, pero luego comenzó a reírse. Leandro le siguió la risa, pero parecía risa nerviosa. Sin embargo, notó que ella estaba triste y quiso preguntarle, pero ella se adelantó en hablarle.
—Hey, ¿ya te enteraste de la fiesta que habrá este viernes? —Liliana le preguntó.
—Eh...sí, de hecho, voy a ayudar en la música —le confesó.
—¿En serio? —le cuestionó sorprendida.
—Sí... ¿Y ya tienes pareja para el baile? —le preguntó. Liliana suspiró
— La verdad no, no sé con quién voy a ir —le respondió y Leandro le sonrió.
—Sí, yo tampoco tengo pareja —le confesó. Ella lo vio sorprendida.
—¿No irás con Génesis? —le preguntó. Y Leandro la vio frunciendo el ceño porque Liliana aún creía que él terminó con Génesis. Ella fue su novia cuando eran más pequeños hasta el año pasado, pero la relación no funcionó cuando a ella se la llevaron a otro lado más lejos. Leandro y ella habían tratado de que funcionara su relación a distancia, pero fue imposible. Así que siguieron sus vidas hasta ahora ellos siguen siendo grandes amigos. Y el año pasado le contó a Liliana y sigue sin creerle que ya no están juntos si él la amaba demasiado.