Ya habían pasado dos semanas y ella había tenido más comunicación con Jonathan, él había sido muy amable con ella. De hecho, la acompaña a la cafetería junto con Leonardo. Se dio cuenta que ellos eran amigos.
Liliana llegó de nuevo a la universidad temprano. Vio que Leonardo estacionaba su auto y quiso hablar con él. Estacionó su auto y llamó a Leonardo.
—¡Leonardo, espera! —ella lo llamó, Leonardo parecía haberla escuchado; más no se detuvo. Liliana corrió hacia él—. ¡Espera Leonardo, ¿Qué pasa?!
—Nada —respondió fríamente. Liliana frunció el ceño.
—¿Por qué actúas como si estuvieras enojado conmigo desde hace tres días? —le preguntó.
—No estoy molesto —volvió a hablar igual.
—La forma cómo me hablas, me dice lo contrario —le comentó algo seria. Él suspiró.
—¡Es que no me gusta lo que está haciendo Leandro contigo, la forma cómo actúas frente a Jonathan y de qué prefieres estar con él que con tu mejor amigo! —le gritó Leonardo.
—¿A qué te refieres? ¿Qué tiene que ver Leandro? —preguntó Liliana muy confundida.
—¡Qué Leandro es un cobarde y por eso ha perdido muchas oportunidades y tengo celos de que cambies mi amistad con la de Jonathan! — le gritó y ella se quedó perpleja ante esas palabras.
Leonardo se dio cuenta de lo había dicho y se fue corriendo dejando a Liliana sola. Ella aún no podía creer lo que había escuchado. ¿Por qué Leonardo le había dicho eso? Él jamás había actuado de esa manera con ella.
Liliana fue a buscarlo para aclarar las cosas, pero no lo pudo encontrar. Todo esto la estaba confundiendo porque el día que estuvo con Jonathan fue cuando él la había invitado a ver películas en su casa, pero ya le había dicho a Jonathan que irían al parque y se estaba dando cuenta que estaba cambiando a su mejor amigo; sin embargo, se preguntó qué tenía que ver Leandro en esa situación. ¿Por qué decía que era cobarde?