Mi admirador secreto

Jonathan

 

Leonardo y Liliana ya no se habían hablado por días. Eso le dolía a ella porque él era su mejor amigo y no quería dejar de hablarle. Había tratado de arreglar las cosas con Leonardo, pero había sido imposible porque él la ignoraba o decía que estaba ocupado. Entonces decidió no insistir más porque perdía su tiempo y si había algo que Liliana tenía era que no rogaba a nadie. También se preguntó por qué ya no había recibido cartas de Jonathan; supuso es que ahora se hablaban más. La acompaña a todos lados y la invita a salir muy amablemente. —Quizás él quiere que nos comuniquemos más y así quizás me diga sus sentimientos —pensó ella. Sin embargo, tenía sus dudas del por qué Leonardo estaba celoso por juntarse con Jonathan y por qué mencionaba a Leandro.

— ¿En qué piensas, Liliana? —le preguntó su amiga Julia. Liliana se dio cuenta que se encontraba en la cafetería frente a su mejor amiga y su novio Dan. Julia y Dan se había hecho novios en la fiesta de la Universidad y ella se alegraba por eso.

— En por qué Leonardo no me quiere hablar y en por qué Jonathan no me ha mandado más cartas—respondió. Dan comía y escupió todo. ¿Qué le pasaba?

— ¿Qué? ¿Por qué Jonathan debería de mandarte cartas? —le preguntó a Liliana mientras las dos lo veían frunciendo el ceño.

— Porque él es mi admirador secreto —respondió confundida.

— ¿Qué te hace pensar que es él? —le preguntó de nuevo. Julia no comprendía su reacción.

— Porque él me ha dado una carta y porque es muy lindo conmigo —respondió y Dan se quedó viendo a la nada por un momento.

— Con permiso, debo hacer algo que se me olvido —dijo de repente. Julia y Liliana no comprendieron la acción de Dan. ¿Qué es lo que estaba pasando?

Dan corrió a buscar algo o parecía que era a alguien. Fue a los vestidores de los hombres a buscar ese alguien y lo encontró parado en su casillero cambiándose. 

— ¡Oye, tú y yo tenemos que hablar! —  le dice detrás de él. 

— ¿Qué pasa, Dan? —  le preguntó sin darle la cara. 

— ¡Vengo a decirte que le digas la verdad a Liliana! —  le gritó un poco. El chico dejó de hacer lo que estaba haciendo y volteó a ver a su amigo muy asombrado. 

— ¿Estás loco o qué? — le dijo algo molesto. 

— ¡Liliana piensa que ese tal Jonathan es su admirador secreto! —  le confiesa algo molesto. 

— ¿Qué? —  dijo apenas. 

— ¡Cómo lo escuchas, debes decirle tus sentimientos a Liliana antes de que la pierdas! —le comentó. 

El chico se quedó callado y negó con la cabeza porque él no podía hacer eso. No podía atreverse a decirle sus sentimientos a Liliana; por eso le escribía las cartas. 

El chico se le quedó viendo a su amigo porque no sabía qué hacer. Dan lo alentó a que se atreviera a decirle sus sentimientos a Liliana porque nunca sabrá la verdad.

  — Es que no puedo hacerlo Dan, me cuesta tanto —le dijo preocupado. 

  — Haz lo que yo hice, invitarla a salir y luego declararte, estás perdiendo todo por tu miedo —le sugirió. 

  — Es muy difícil para mí —le comentó. 

  — ¡Entonces atente a que Jonathan te gane a tu chica y deja de pedirle a él que te ayude con las cartas, él no es tu amigo y por ello perdiste a uno! ¿Quieres perderme a mí también? —le gritó. 

  — ¡Oh no, le acabo de dar uno a él para que sepa que no es Jonathan el de las cartas! —Dan y él se vieron las caras y salieron corriendo para que Jonathan no le diera la carta porque los dos sabían que él la cambiaría. Pero llegaron muy tarde, Jonathan ya le había declarado su amor y ella aceptó. Delante de ellos se partió el corazón de aquel chico que tanto amaba a Liliana. En una mañana en la que no había clases y todos los alumnos de la Universidad descansaban en sus casas. Julia se encontraba cocinando porque como siempre sus padres salían de viajes. Resultaba que ellos trabajan en una gran empresa y dejaban a ella con su abuela. Pero ella ya está muy grande para cuidar y hacer todo para su nieta, así que Julia hacía todo para su abuela. De repente tocó alguien la puerta y ella fue a ver quién era. 

  — ¿Qué haces ustedes dos acá? —estaba asombrada de que ellos estaban enfrente de su casa. 

— Hola amor, venimos a pedirte un favor —respondió Dan, ella estaba confundida y ambos entraron a la sala. 

Julia cerró la puerta, luego fue con ellos y les ofreció algo de tomar. Ellos asintieron y después se sentaron en los sillones. 

— ¿A qué se debe su visita? — preguntó mientras les entregaba sus sodas de uva. 

— Resulta que tu mejor amiga ha sido engañada desde hace dos semanas —le confesó Dan. 

— ¿A qué te refieres? —le preguntó sin poder creer las palabras de su novio. 

— Me refiero que Jonathan no es el admirador secreto de Liliana —le confesó y Julia se quedó impactada con tal confesión.  




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