Mi Aguafiestas Favorito

EN NUESTRO HOGAR

Hemos vuelto a la casa en la Antigua Guatemala, mis hijos están muy felices por el regreso, deben sentirla también como su hogar, porque pronto se acomodaron nuevamente. Mi madre y yo dormiremos en la habitación principal, Dave y Alex han acomodado el equipaje, el señor Colemán regresará hoy a Estados Unidos, por lo que pronto nos quedaremos los cinco en casa. 

-Cuídate mucho Carol, yo estaré muy pendiente de ustedes, cuida a mi nieta y a mi hijo por favor-. El señor Coleman me da unas palmaditas en el brazo y sonríe. -Cuidaré mucho a Luna, pero no puedo prometerlo con su hijo-. El señor Coleman ríe con ganas. -Sé que lo harás, no tienes corazón para abandonarle en una necesidad-. Luego se aleja sonriendo. 

Estoy revisando mis mensajes en el teléfono e indicando a mi secretaria que se comunique con mis clientes para indicarles que estaré lejos del trabajo por un tiempo. Me preocupa el tema económico, estaré sin generar dinero y eso afectará considerablemente mis cuentas, mis ahorros pronto se acabarán y tendré que pensar en una solución a este problema. 

-¿Puedo entrar?- Me sobresalto al escuchar la voz de Dave, que se encuentra de pie junto a la puerta. -Sí, puedes hacerlo-. -Quiero hablarte de algunos temas Carol-. -Díme-. Actúo con cierta indiferencia, debo ocultar que estoy muy nerviosa teniéndolo tan cerca, además, no hay razón para que nos tratemos de otra manera. Toma una silla y la coloca junto a la cama. -Quiero decirte Carol, que necesito que colabores conmigo en todo este tiempo, para que tú, mi hija y todos en este hogar estemos bien-. Subo un poco el tono de voz ¿a que te refieres?-. -Que entiendo que estás molesta conmigo,  lo lamento profundamente, pero también quiero que comprendas que  quiero ayudarte, y, si tú no colaboras conmigo, no podré hacerlo-. -Explícate Dave-. Estoy perdiendo la paciencia, comienzo a mover mis dedos y a presionarlos contra mi pierna. -Que necesito que dejes todo en mis manos, tus cuentas....- -ahhh no, no pretenderás ponerte a pagar mis cuentas y ....- -Cálmate Carol, no te estoy pidiendo algo que no puedes hacer, entiendo que eres muy independiente, que núnca has necesitado la ayuda de nadie, pero ahora, debes entender que tu orgullo no te resolverá nada, al contrario, puede perjudicarte, y, principalmente tu familia puede salir afectada, no podrás trabajar por un tiempo y tu familia necesita de tu ayuda económica, piensálo por favor-. -Déjame pensarlo-. Se pone de pie y puedo sentir su molestia. -Saldré con tu madre a hacer algunas compras, descansa por favor y de nuevo te pido...piénsalo-. Se aleja sin mirarme y cierra la puerta. Me quedo observando como una tonta el lugar en el que él se alejó. A pesar de los meses, mi amor y mi deseo por él siguen intactos; me ruborizo cuando llegan imágenes del pasado a mi cabeza, en esa misma habitación y en circunstancias totalmente diferentes.  Me preocupa saber que estaremos juntos y que debo manejar la situación de una manera madura, pensando en el bienestar de mis hijos y de mantener al márgen mis sentimientos para que mi corazón no vuelva a ser herido.

He dormido unas horas, mi hija me avisa que es hora de comer y que pronto me llevarán la comida a la cama, estoy en desacuerdo en que me tengan como una inválida, puedo caminar hasta el comedor y eso no debería provocar ningún daño, cuando estoy a punto de levantarme mi madre entra a la habitación con una bandeja de comida. -Madre, puedo ir al comedor, no soy una inválida-. -Lo siento hija, pero Dave y yo hemos acordado que lo mejor será que evites levantarte, así te recuperarás más rápido-. Mis mejillas se encienden -¿Dave y tú?- Mi voz se debe haber escuchado hasta el comedor, porque al cabo de unos segundos Dave se encuentra  de pie junto a la puerta. -¿que sucede señora?-. Mi madre me señala con gesto de preocupación. -Déjenos a solas por favor unos minutos-. Dave se dirige a mi madre con respeto. Ella toma la bandeja y la coloca sobre una mesa. Observo los movimientos de ambos. Mi madre se aleja y cierra la puerta, Dave  me acerca la mesa con los alimentos -¿que haces?- -Come Carol, buen provecho-.Sus palabras son pausadas; toma una silla y se sienta frente a mí. -¿Te quedarás allí hasta que termine de comer?-,-Si es necesario lo haré-; -Pues no te quiero controlándome como que fuera una niña...- -Entonces no te comportes como tál-. -Comeré, claro que lo haré, debo alimentar a mi hija...- -A nuestra hija  Carol-. Giro los ojos - Repito, me alimentaré, pero no te quiero como guardián cuidándome todo el tiempo, supervisando mis actividades-. Dave se aleja en silencio y yo tomo el plato con la sopa que tiene un aroma delicioso. Me alegro que se haya ido, desde que mi madre entró a la habitación deseé deleitarme con esta comida, pero me molesta que Dave  trate de imponerme su voluntad.  De repente hace su entrada a la habitación con una bandeja de comida. -Almorzaré aquí-. Toma una silla, se sienta y empieza a comer. -No te estoy controlando, sólo almuerzo en la habitación, ahora, te sugiero que continúes con lo que estabas haciendo-. Abro los ojos como platos, pero decido callar, lo que tengo es ganas de gritarle hasta quedarme afónica, respiro profundo y lo pienso mejor; continúo comiendo en silencio; sin mirar ni por un momento a Dave. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.