Mi Alpha Protector ( #1 )

Capitulo 1 - Lucas Thunder

Han pasado cinco meses desde que comencé mi búsqueda. He recorrido manada tras manada, con la esperanza de que mi mate esté en alguna de ellas. Pero todas han sido un fracaso.

Ahora estoy en la casa del Alpha Patricio, en el corazón de la manada Luna Oscura. Es una de las manadas más grandes de la región, poderosa y con una jerarquía bien establecida. Si mi mate estuviera aquí, ya la habría encontrado. Pero mi instinto me dice que este tampoco es el lugar.

Me recuesto en la cama del cuarto de invitados, con la mirada fija en el techo. El cansancio pesa sobre mí, no solo en mi cuerpo, sino en mi mente. La decepción comienza a hacerse costumbre, pero no puedo rendirme. La diosa Luna me ha destinado a alguien, y la encontraré. Después de visitar un par de manadas más, me adentraré en el mundo humano. Quizás ahí esté la respuesta que tanto busco.

Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos.

-Alpha Lucas, el Alpha Patricio quiere verlo en su despacho -dice una voz femenina al otro lado de la puerta.

Reconozco a la mucama. No es la primera vez que me atiende desde que llegué aquí.

-Dígale que bajo en un momento -respondo sin moverme aún.

Escucho sus pasos alejarse gracias a mi oído agudo. Respiro hondo y me incorporo lentamente. No tengo muchas ganas de hablar esta noche, pero Patricio es un buen amigo, y si me está llamando, debe ser importante.

Me paso una mano por el rostro y me obligo a salir del cuarto. Bajo por las escaleras hasta llegar a la gran puerta de madera que da al despacho de Patricio. Toco dos veces y espero.

-Pase -responde su voz al otro lado.

Abro la puerta y entro. Patricio está sentado en su escritorio, sosteniendo una carta entre las manos. Su ceño está ligeramente fruncido, como si lo que estuviera leyendo no le agradara del todo.

-Siéntate -dice sin despegar la vista de la carta.

Me acomodo en la silla frente a él, cruzando los brazos sobre mi pecho.

-Quiero que me acompañes al castillo de Grayson -dice tras un momento de silencio.

La mención de ese nombre me hace fruncir el ceño.

-¿Grayson? ¿Para qué?

-Ha habido problemas. Se queja de que algunos de mis hombres han invadido su propiedad. Me ha invitado a cenar esta noche para discutir el tema.

Lo observo con atención. Hay algo en su tono que no me gusta.

-¿A qué hora es la cena?

-A las siete. Saldremos a las cinco.

-Y dime... ¿por qué quieres que vaya contigo?

Esta vez sí levanta la vista y me mira directamente.

-No es que quieras ir, te estoy invitando -dice con una leve sonrisa-. Recuerda que estás en busca de tu mate... y Grayson tiene dos hijas. Quizás tengas suerte.

La idea no me convence del todo. No tengo muchas esperanzas en que mi mate esté ahí, pero tampoco puedo ignorar una posible señal.

-Está bien -acepto al final-. Iré contigo.

Patricio asiente, satisfecho.

-Ahora ve a prepararte.

Me pongo de pie, listo para irme, pero antes de que pueda dar un paso, su voz me detiene.

-Espera. Hay algo más.

Me giro para mirarlo.

-Dime.

Patricio deja la carta sobre el escritorio y se levanta. Hay una tensión en su postura que antes no estaba ahí.

-Hay una humana viviendo en ese castillo.

Frunzo el ceño.

-¿Y eso es un problema?

Él suspira.

-No si estuviera bien... pero no lo está.

Algo en su tono me pone alerta.

-Explícate.

-Su nombre es Karen -dice, apoyando las manos en el escritorio-. Es una chica dulce, pero cuando la veas... no te sorprendas si está golpeada o parece... rota.

Un mal presentimiento se instala en mi pecho.

-¿Por qué?

Patricio me sostiene la mirada.

-Grayson dice ser su padre, pero yo se que no lo es. Aunque nadie lo sabe con certeza; ella es parte vampiro. Su sangre es especial, pero su lado vampírico no despertará hasta que cumpla diecinueve años.

Eso me toma por sorpresa.

-¿Cómo sabes eso?

-Porque es algo que... -se detiene por un segundo, como si dudara en contármelo-. Es algo de lo que no puedo hablar ahora. Pero créeme, lo sé.

Su respuesta evasiva me deja con más preguntas, pero lo dejo pasar por ahora.

-¿Y qué tiene que ver eso con su estado?

Patricio cierra los ojos por un momento antes de responder.

-La están usando -dice con rabia contenida-. Han intentado abusar de ella más de una vez... No solo Grayson, también su hijo. La golpean, la drenan de sangre hasta dejarla al borde de la muerte.

Mis manos se cierran en puños.

-¿Cómo sigue viva?

-Laura y Arturo la han protegido como han podido. Pero si no fuera por ellos... ella ya estaría muerta.

El aire en la habitación se vuelve pesado.

-Tengo permiso del consejo para sacarla de ahí, pero Grayson no lo permitirá. La sacaré a escondidas y necesito tu ayuda.

Lo miro con seriedad.

-¿Qué quieres que haga?

-Quiero que te la lleves a tu manada. Dale refugio, protégela... al igual que a Laura y Arturo. Aquí no estarán seguros.

Me quedo en silencio unos segundos.

-¿Cuántos años tiene?

-Diecisiete. Ha estado ahí desde los cuatro.

Catorce años de tortura...

Aprieto la mandíbula y asiento con firmeza.

-Te ayudaré. Nadie merece ese infierno. Pero haremos esto con cuidado. No podemos dejar que Grayson sepa que fue idea tuya. Si me cree responsable, me atacará a mí, no a ti ni a tu manada.

Patricio suspira, con una mezcla de alivio y gratitud.

-Gracias.

Nos damos un apretón de manos.

Salgo del despacho con una sola idea en mente: esta noche cambiarán muchas cosas, y Grayson no tiene idea de lo que se avecina.

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