Mi Alpha Protector ( #1 )

Capitulo 3 - Lucas Thunder

Mi cuerpo se mueve por instinto. La agarro del brazo, la atraigo hacia mí y, sin pensarlo, entierro mi rostro en el hueco de su cuello.

-Mía.

Ella se tensa en mis brazos.

-Espera... me duele... -murmura con un hilo de voz.

Me aparto de inmediato, pero cuando miro su rostro con más atención, mi rabia se multiplica.

Su ojo derecho tiene un leve color morado.

Agarro sus muñecas con cuidado y levanto la manga de su camisa.

Moretones.

Golpes recientes, cicatrices antiguas. Su piel está marcada con la evidencia de años de sufrimiento.

Gruño, sin poder contener mi furia.

Ella aparta el brazo con un gesto de incomodidad y se esconde detrás de Patricio.

-Papá Patricio... -dice con un tono nervioso-. ¿Quién es él? -Me señala con sus grandes ojos-. Y... espera... ¿por qué dijo "mía"? - se quejó entre un gruñido indignado.

Patricio sonríe con suavidad.

-Parece que eres su mate.

Ella parpadea, confundida.

-¿Mate? -Su voz es apenas un susurro. Retrocede aún más frunciendo notablemente el ceño, luego, su mirada me recorre ligeramente con desconfianza.

No puedo evitar sonreír, es una gasela dispuesta a sacar sus garras en cualquier momento.

Patricio acaricia su mejilla con ternura.

-Un mate es la persona que te amará sin condiciones, que te protegerá siempre, que te apoyará sin importar qué y, lo más importante, que dará su vida por ti si es necesario.

Ella se gira hacia mí, su mirada brillando con un destello de esperanza.

-¿Él me cuidará?

Asiento, sin poder apartar la vista de ella. Carajo, ahora parecía tan inocente.

-¿Me sacará de este infierno y no permitirá que vuelva?

Dirige su mirada a Patricio.

-Sí.

Ella corre hacia mí y me abraza con fuerza. Sus uñas se entierran ligeramente en mi nuca pero ignoro el ligero ardor en la zona.

Mi corazón se detiene un segundo.

Le devuelvo el gesto con la misma intensidad.

-Gracias. -Susurra contra mi pecho.

Pero el momento se rompe cuando una voz llena de veneno resuena en el vestíbulo.

-Karen, ¿dónde carajo estás?

Una mujer rubia baja las escaleras con pasos altivos. Su mirada se posa en Karen, quien de inmediato baja la cabeza en señal de sumisión, pero noto sus puños apretados, tanto que el tono blanquecino de sus nudillos se nota un poco más.

La rubia se acerca con una sonrisa burlona.

-Solo ibas a abrir la maldita puerta.

Sin previo aviso, me salta encima. Hago una mueca asqueado.

-¿Qué hace? -le gruño, apartándola.

-Nada, guapo. -Su voz es seductora-. Solo quiero jugar contigo.

Lleva un vestido negro ajustado y corto, con un escote pronunciado. Ignoro su presencia y miro a Karen.

-Mi padre te llama. Quiere un aperitivo antes de la cena.

Karen se estremece y asiente con sumisión.

La observo alejarse, y es entonces cuando lo noto.

Su cuello.

Su brazo.

Marcas de mordidas.

Mi lobo gruñe con rabia al entender lo que significa.

Sin pensarlo, la sigo.

Llego a una gran puerta de madera y la empujo sin dudar.

La escena frente a mí me enloquece.

Grayson tiene sus colmillos clavados en el cuello de Karen.

Ella aprieta la mandíbula tan fuerte que temo que alguno de sus dientes truenen en su boca quebrándose, se mantiene en silencio mientras él se alimenta de su sangre con una expresión de placer enfermizo.

Se separa de ella y me mira con desdén, limpiándose la boca con la manga.

-¿Quién eres? -pregunta con fastidio, su voz aún manchada de sangre.

Karen me mira con desesperación y sacude la cabeza.

Está rogándome que no diga nada.

Si Grayson descubre que soy su mate, nunca la dejará ir.

Contengo la furia ardiente dentro de mí.

- Soy Lucas.

Me obligo a mantener la calma, aunque mis garras amenazan con salir.

De repente, la rubia y otra mujer de cabello negro entran en la habitación, seguidas de Patricio.

-¡Papá! -la chica cabello negro grita con indignación-. Te dije que la dejaras por hoy. Ayer casi la matas y aún no se recupera.

Se coloca entre Karen y su padre, como si intentara protegerla. Su mirada brillando intensamente en carmesí denotando su molestia.

-¿Estás bien? -le pregunta en voz baja. Karen asiente con dificultad sin levantar la vista mientras su expresión es de rabia total.

-I-iré a preparar la mesa... -sonríe débilmente y se va.

¿Cómo puede sonreír después de todo esto?

-Hola, Grayson. -dice Patricio con una falsa cortesía-. Lucas es un amigo mío.

Grayson nos mira con recelo.

-¿Y por qué entró así a mi despacho?

Mi lobo ruge dentro de mí.

No podré contenerme por mucho tiempo más.

Lo único bueno de esto, es notar que realmente no la han quebrado.

(...)

Terminamos de cenar, y aunque cada platillo estaba delicioso, no podía disfrutarlo por completo. Mi mate no estaba en la mesa. Su ausencia me molestó y entristeció más de lo que esperaba. Quería verla, asegurarme de que estuviera bien, y, sobre todo, comprobar con mis propios ojos que no tenía más heridas frescas. Desde el momento en que abrí la puerta y la vi por primera vez, algo dentro de mí supo que mi misión no era solo protegerla, sino también darle la vida que realmente merecía.

El ambiente en la mesa se sentía tenso. Aunque los demás intentaban actuar con normalidad, yo no podía ignorar la sensación de que algo estaba mal. Cada vez que escuchaba pasos en el pasillo, mi corazón se aceleraba con la esperanza de que fuera ella... pero nunca apareció.

Durante la cena, esperé el momento adecuado y hablé en voz baja con Laura. Tenía que sacarlas de aquí. Le pedí que reuniera sus cosas con cuidado, sin llamar la atención, y que las pusiera en mi coche. También le dije que avisara a Arturo para que hiciera lo mismo. Todo debía hacerse con absoluta discreción. Si alguien sospechaba algo antes de tiempo, arruinarían el escape.




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