Mi Alpha Protector ( #1 )

Capitulo 16 - Karen Romanov

Estoy contenta. Han pasado ya dos semanas desde que llegamos a la manada, y aunque mis emociones son un torbellino, hay una sensación que nunca imaginé que podría experimentar: felicidad.

De una forma que nunca pensé que podría serlo, me siento... casi en paz. Sin embargo, esa paz siempre está acompañada de una sombra persistente, como una garra maldita que se ha arraigado profundamente en mi alma. Esa sensación de amargura sigue allí, latente, recordándome que, aunque puedo sonreír, una parte de mí nunca se deshace de esa carga.

Como dijo Lucas, al día siguiente fuimos al salón y pedí que me cortaran el cabello por encima de los hombros. Mi cabello, naturalmente rizado, siempre había sido un poco rebelde, pero nunca me importó. Ahora, sin embargo, necesitaba el cambio, necesitaba que algo fuera diferente. No sé por qué, pero después de cortarlo, algo extraño ocurrió. Las puntas de mi cabello comenzaron a tornarse de un azul intenso, como si la oscuridad se hubiera apoderado de cada hebra. Al principio, sólo unas cuantas hebras parecían haber cambiado, pero rápidamente se extendieron hasta las raíces. Fue como si mi cabello hubiera decidido transformarse por sí mismo, como si el azul fuera parte de mi esencia ahora. Se volvió un azul oscuro, casi profundo, y aunque nunca me hubiera imaginado un cambio tan radical, lo acepté. Lucas está fascinado con el color, con esa transformación, y aunque no esperaba que algo tan sencillo me alegrara, debo admitir que me gusta. Es como una marca personal, como si, de alguna manera, mi interior se reflejara en el color de mi cabello.

Hoy, sin embargo, el día es diferente. Viene una chica llamada Marissa. Ella iba a ser la luna de esta manada si Lucas no me hubiera encontrado. Según lo que me ha dicho, Lucas la aprecia mucho, la respeta, y a veces siento que sus palabras sobre ella están impregnadas de un cariño que no puedo ignorar.

Hoy me vestiré más hermosa que nunca. En una hora, ella estará aquí, y no puedo dejar que se lleve una imagen equivocada de mí. No podía dejar que creyera que no pertenecía aquí. Aunque, en lo más profundo de mi ser, sé que no lo hago. No encajo completamente. Soy consciente de que no soy como ellos, de que mi vida no ha sido la misma que la de todos ellos. Pero nadie más tiene derecho a repetírmelo en la cara, ni siquiera permitiría que lo pensaran cerca de mí. No voy a permitir que nadie lo ponga en duda. No ahora, no cuando por fin empiezo a sentirme parte de algo, aunque sea un paso pequeño. He luchado demasiado para llegar hasta aquí.

Me miraré al espejo por última vez antes de que llegue, repasando cada detalle, asegurándome de que nada falte. Me pondré un vestido azul, uno que combine perfectamente con el tono de mi cabello.

Sin embargo, un nudo pesado se forma en mi pecho. Temo que Lucas malinterprete mis acciones, que piense que estoy celosa, que estoy intentando competir con ella, con Marissa. Pero no es eso. No son celos lo que siento. Es más bien una mezcla de protección, de querer defender lo que ahora tengo, lo que he logrado, aunque sólo haya sido con esfuerzo y dolor. Pero también me invade una emoción mucho más profunda: miedo.

Miedo a que ella sea mejor que yo, a que ella sí encaje perfectamente aquí, y me quite lo que he tardado tanto en construir. Miedo a que me quite a Lucas, a que su presencia revele una parte de él que aún no he descubierto, algo que me haga sentir que no soy suficiente. Miedo a que me quite mi lugar, ese lugar en el que, aunque no me sienta completamente segura, por fin comienzo a creer que encajo, aunque sea solo un poco. Este lugar que, por fin, empiezo a sentir como mío, aunque sepa que no es perfecto, que no es definitivo.

Intento no pensar en ello, intento disipar esos pensamientos oscuros que se apoderan de mi mente. Intento pensar que si Lucas está conmigo y no con ella, es porque, de alguna manera, yo valgo la pena. Es porque mi lugar aquí no está basado en la suerte ni en un capricho. Es porque, al final, soy yo quien lo ha elegido, quien ha buscado, quien lo ha merecido.

Le haré creer eso hasta que sea completamente real y verídico, hasta que me convenza a mí misma de que, si no me hubiera quedado, nada de esto hubiera sucedido. Me haré creer, una y otra vez, que soy el lugar al que él ha elegido quedarse, y eso será lo único que me haga sentir segura. O al menos, es lo que voy a intentar. Porque el miedo no puede ganar. No puede quitarme lo que por fin he empezado a construir.

Pero mientras espero a que Marissa llegue, siento que el miedo se enreda en cada uno de mis pensamientos, deshilachando la seguridad que había comenzado a encontrar. ¿Será suficiente?, ¿Seré suficiente?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.