Lucas Thunder
-¿Qué pasa, Lucas? ¿Quién es ella? -dice Marissa, su tono cargado de desconfianza, gruñendo ligeramente mientras me observa, como si estuviera buscando algo en mi rostro que le dé una respuesta definitiva.
Mi mirada se encuentra con la suya y, aunque siento la tensión en el aire, trato de mantener la calma.
-Es mi luna -respondo, tratando de sonar tranquilo, aunque mis palabras salen con un dejo de incertidumbre. No sé cómo manejar esta situación, pero lo que sé es que debo proteger lo que es mío.
Marissa frunce el ceño, claramente no satisfecha con la respuesta.
-¿Qué ha pasado? -pregunta Zack, claramente confundido, mirando de uno a otro, sin entender del todo lo que está ocurriendo.
Suspirando, bajo la mirada por un momento.
-No lo sé -digo sinceramente, sintiendo una pesada carga en mi pecho. -Pero creo que Lorena era la tua cantante de Arturo.
Ambos se sorprenden ante mis palabras. Sé que no tengo todo el panorama claro, pero la información que he podido conseguir no miente. Mi conocimiento sobre ellos es limitado, pero lo que he podido descubrir, lo he hecho a base de investigaciones. No puedo permitir que haya desconocidos en mi manada.
Marissa parece estar procesando la información, pero se cruza de brazos, sus ojos brillando con una mezcla de frustración y celos.
-¿Y qué? -su voz se suaviza un poco, pero la tensión sigue flotando. -¿Eso cambia algo?
Yo la miro, tratando de transmitir algo de paz.
-Por eso te pido, Marissa, que lo dejes asimilar. Debe ser duro para él... -digo, mis palabras más pausadas y firmes. No quiero que ella lo presione. Entiendo su preocupación, pero hay algo más grande aquí que no puede ser forzado.
-¡Pero es mío! -responde Marissa, quejándose y mirando hacia el suelo un momento, luchando por contener sus emociones. Su mirada protectora me golpea, pero sé que está luchando contra lo que siente.
Mi voz se vuelve más seria y profunda.
-Nadie ha dicho lo contrario, solo dale tiempo. El proceso no es rápido. Tiene que hacer su propio camino. -Suspiré y levanté la cabeza, tomando una respiración profunda. -Voy a mi cuarto. Si mi luna pregunta, le dicen dónde estoy.
Marissa sigue sin estar convencida, pero no dice nada más. Al ver que no cambiará de opinión, me giro y me alejo de la escena. A medida que subo las escaleras hacia mi cuarto, mi mente sigue procesando todo lo ocurrido. Lo que iba a ser una cena tranquila terminó siendo un completo desastre. Mientras subo, siento el peso de lo que se avecina, el dolor y la confusión en todos, incluso en mí.
****
Marissa O'Connor
-¿Cómo pudo haber tenido a tua cantante antes que yo? -pienso, la frustración me consume, mi mente corre a mil por hora. Sé que eso significa mucho para ellos, pero... él es mi mate, es mío. ¿Cómo pudo haber estado con alguien más que no fui yo?
La rabia se mezcla con la confusión. Me siento como si algo se hubiera roto dentro de mí, y no puedo entenderlo. No puedo dejar de imaginar lo que tuvieron, lo que compartieron, y cómo se siente ahora, tan cerca de él.
-Sí lo es -responde Johana, mi loba, con una calma que me irrita un poco en este momento. Me da un respiro dentro de mi mente. -Pero Marissa, tienes que darle tiempo. Lucas tiene razón. Este es un cambio muy grande para él. Debe estar asimilando que ahora tiene que vivir sin Lorena.
Siento el peso de sus palabras, como si alguien hubiera tirado una roca en medio de mis pensamientos y hubiera dejado un eco. Miro al vacío, intentando calmar mi respiración, pero no puedo evitar sentir una ola de tristeza y celos.
-¿Y si no lo asimila? -pregunto, mi voz quebrada, cargada de dudas. -¿Y si nunca me ve como su tua cantante?
-No pienses en eso -me responde Johana, con una ternura inesperada, como si intentara calmar la tormenta dentro de mí. -¿Acaso no sabes que eres su mate? Él lo sabe, lo siente. Este dolor no es algo que simplemente se olvide. Dale espacio, Marissa. No todo tiene que ser inmediato. Y lo que pasó con Lorena... eso ya es parte del pasado. No dejes que te consuma.
Sus palabras calan hondo. Me doy cuenta de que tiene razón, aunque mi corazón sigue inquieto, ansioso por saber si él estará bien, si logrará encontrar paz en su nuevo lugar a mi lado.
-Está bien -respondo al final, aceptando la calma que me ofrece, aunque mi mente siga en tormenta. Cierro el enlace mental con Johana, y la conexión entre nosotras se disuelve lentamente. Al instante, mi atención se dirige a Zack, que me observa en silencio.
-¿Dónde quedo? -le pregunto, ya cansada de esta tensión.
-Ah, sí, sígueme -dice Zack, su voz es tranquila, aunque algo tensa por la situación. Me da un leve gesto para que lo siga, y juntos subimos las escaleras, en un silencio lleno de pensamientos no compartidos, mientras la incertidumbre me consume por dentro.
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Editado: 12.05.2025