Mi Alpha Protector ( #1 )

Capitulo 22

Arturo Grayson

Mierda, el aroma a mi tua cantante me levantó desde temprano. El aire está impregnado con su dulce fragancia, una mezcla de algo familiar y, al mismo tiempo, inquietante. Los hombres de Lucas están resguardando la puerta y las ventanas, y aunque mi primer instinto es querer arrancarles la cabeza por interrumpir mi paz, algo dentro de mí sabe que están haciendo su trabajo. Por dentro, los agradezco, aunque en este momento no puedo dejar de sentir esa rabia que me consume. No quiero hacerles daño, no quiero dañar a nadie más, pero la necesidad dentro de mí crece, se intensifica con cada segundo que pasa. Son alrededor de las 6:00 a.m., y mi hermana debe regresar pronto de la cacería.

El hambre está empezando a apoderarse de mí, mi garganta está reseca y ardiendo, como si hubiera tragado un tizón de carbón caliente. Es casi insoportable, y la única forma en que puedo calmarlo es alimentándome, pero me niego a hacerlo aquí, no delante de todos. No quiero perder el control. El pensamiento de que mi hambre podría hacerme dañar a alguien me desgarra por dentro, pero también sé que mi cuerpo está pidiendo a gritos la sangre que tanto necesita. A pesar de la lucha interna, de los pensamientos que me atormentan, hay una parte de mí que no puede dejar de pensar en ella. En mi tua cantante. Ella es el único pensamiento que me persigue, y aunque mi cuerpo grita por algo más, mi mente está atrapada en lo que sucedió entre nosotros. ¿Cómo puedo seguir adelante cuando el recuerdo de Lorena sigue vivo dentro de mí? ¿Cómo puedo aceptarla a ella, cuando lo que siento por Lorena no desaparece de un día para otro?

Solo espero que mi hermana regrese pronto, porque cada minuto que paso aquí, bajo este techo, esperando y luchando contra mi propia naturaleza, se me hace eterno. La necesidad de alimentarme está empeorando, y sé que no voy a poder resistir mucho más.

*****

Marissa O'Conner

Me dirijo al parque de la manada, ya que Lucas no quiere que me acerque a la casa por ahora. No entiendo bien qué está pasando, pero he aprendido a no cuestionarlo. A veces, hay cosas que simplemente no puedo comprender, y hoy parece ser uno de esos días. Me dijo que luego me explicaría el motivo, que no es el momento adecuado para hablar, pero no me dio detalles. Algo en su voz me dijo que no debía insistir. Así que, en lugar de quedarme dando vueltas en la casa, decidí que lo mejor sería salir, darme un poco de espacio y pensar en lo que está ocurriendo. No quiero estar bajo techo, ni entre esas paredes que ahora parecen tan llenas de tensión.

Son alrededor de las 6:30 a.m. y el cielo aún no se ilumina del todo. El aire está fresco y tranquilo, y me ayuda a despejar la mente mientras camino por el parque. Es un lugar que me gusta, lleno de árboles, flores y caminos serpenteantes que me permiten pensar. Mientras mis pies siguen el camino, mi loba interna está inquieta, deseando poder contactar con él, pero sé que es inútil. Los vampiros, especialmente los puros, no tienen esa conexión con su lado animal como nosotros los lobos. Es algo que he aceptado, aunque no deje de preocuparme. Mi loba está en silencio, como si también estuviera esperando alguna señal de él, alguna respuesta que no llega.

Es extraño, porque la necesidad de conectar con él es tan fuerte, tan palpable, y sin embargo sé que es casi imposible. El no tiene ese lazo. Los vampiros puros como él no poseen un vínculo con un lado salvaje, con esa esencia animal que tanto nos define a los lobos. Y aunque mi loba no pueda sentir lo que él siente, yo sí. Y eso me consume a veces. La distancia entre nosotros me parece insuperable, no porque él no quiera, sino porque él es diferente. No tiene esa parte de su naturaleza que lo conecta a su compañero de alma de la misma manera que nosotros, los lobos, lo tenemos. A veces, me pregunto si esto es lo que realmente quiero. ¿Un compañero que no puede entender mis necesidades más básicas? ¿Un ser que, aunque sea mi mate, es tan distinto a mí?

Es difícil aceptar esto, pero sé que mi deber, como su compañera, es ser fuerte. Yo también tengo que mantener la calma, por él y por mí misma. Si él está luchando con sus propios demonios internos, debo ser capaz de lidiar con los míos. A veces siento que todo esto está más allá de mi control, pero es mi vida, nuestra vida, y tengo que encontrar la manera de aceptarlo. Si no puedo hacerlo por mí, lo haré por él. Porque a pesar de todo, sigo esperando que, algún día, lo que tenemos sea suficiente para superarlo todo.




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