- Estúpido... -grité, lanzando mi teléfono contra la pared, completamente furiosa por la incompetencia de ese hombre. Mi mente estaba llena de rabia y frustración-. Ahora tendré que encontrar a esa mocosa antes de que me haga más daño. Todo por su estúpida evasión.
-Señora... -dijo la voz de uno de mis hombres, interrumpiendo mi furia.
-¿Qué? -respondí, mi tono cargado de ira. La paciencia ya no era una opción, estaba al límite. Miré a mi hombre mientras mi corazón seguía acelerado por la impotencia.
-Drack, lo mataron -dijo, su rostro grave reflejaba la seriedad de la situación.
-Una cosa menos de qué preocuparme -dije de manera fría, como si esas palabras no tuvieran ningún impacto en mí. Ese maldito Drack ya había cumplido su propósito y ahora su muerte no significaba nada. No le di la menor importancia, ya ni me acordaba de él, había dejado de ser útil para mí. Pensé que podría usar su inutilidad a mi favor en algún momento, pero al final había fallado-. ¿Quién se encargó de él? -pregunté, buscando respuestas que no me aportaban nada pero necesitaba saber qué había sucedido.
-No lo sabemos. No ha regresado, no hemos sentido su energía. La única conclusión es que ha muerto -dijo el hombre, su tono neutro y calmado hacía que mis nervios se incrementaran aún más. Pero traté de mantener la compostura.
-Bien, prepárame a los mejores rastreadores... -dije con determinación, sabiendo que no podía permitirme perder más tiempo. Estaba harta de toda esta situación-. Tenemos una mocosa que encontrar, y no quiero que me escape.
-Sí, señora -respondió rápidamente con una reverencia, y se fue de inmediato, dejándome sola en el lugar.
Suspiré profundamente, mirando al vacío, aún manteniendo la furia contenida. Había alcanzado el límite de mi paciencia y no podía permitirme que nada me distrajera.
-Estúpido Grayson... -murmuré entre dientes, pasando mis manos por mi rostro en un gesto de desesperación y frustración-. Si no fuera por tu estúpida incompetencia, si no fuera por esos malditos sentimientos que tienes hacia ella, todo esto no habría ocurrido. Pero nada de esto tendría que haber sucedido. Jamás entenderá que ella no es la misma mujer que conoció. Esa perra es mucho peor... -gruñí, mi cabeza girando con pensamientos de rabia y desesperación, sin poder calmarme.
(...)
Después de lo sucedido con Drack, me encontraba ahora con los mejores rastreadores. No iba a perder tiempo en detalles, mi objetivo era claro. Lo único que me preocupaba era encontrar a la mocosa antes de que fuera demasiado tarde.
-Iremos al castillo de los Grayson primero, y luego necesito que encuentren a la chica a quien les voy a indicar -ordené, sin titubeos, mi tono autoritario resonando en el aire. Me vestí rápidamente con un conjunto deportivo gris y unos tenis blancos, lista para la larga caminata que me esperaba. No podía perder más tiempo.
-Sí, señora -respondieron todos al unísono, y mi grupo de hombres me acompañó, como siempre, por si las cosas se complicaban.
-Bien, vamos -dije, el cansancio se notaba en mi voz, pero mi determinación era mucho más fuerte que cualquier otra cosa. Me dirigí con rapidez hacia el castillo del clan vampírico, buscando encontrar respuestas y, más importante aún, encontrarla a ella.
(...)
El castillo de los Grayson se erguía frente a mí, imponente como siempre, y un sentimiento de disgusto se apoderó de mí al verlo. El recuerdo de nuestra última confrontación vino a mi mente y mi ira se reavivó. Nada había cambiado, lo odiaba, y lo que más me molestaba era la sensación de estar atrapada en este lugar.
Me acerqué a la gran puerta, tocando con insistencia. Unos segundos después, Grayson apareció. Su rostro serio y frío no me impresionó en lo más mínimo.
-¿Qué haces aquí? -dijo, saliendo del castillo con tono de desaprobación.
-¿Tienes algo que huela a ella, algún rastro de su presencia? -pregunté sin ganas de pelear. No era el momento para discusiones; mi paciencia estaba agotada. Grayson, tras observarme por un momento, asintió.
-Espera aquí -dijo, entrando rápidamente al castillo. No perdí tiempo y me mantuve en la puerta, esperando. Cada segundo se sentía como una eternidad, pero sabía que debía mantener la calma. Después de un rato, Grayson regresó, sosteniendo un vestido en sus manos.
El vestido era de un color crema, sencillo pero con un aire de elegancia. Su cuello redondo, las mangas largas que llegaban hasta las muñecas y la falda que, sin duda, caía hasta la mitad del muslo, parecían decirme algo más que una simple prenda.
-Este lo usaba ella. No lo ha lavado, ni nada. Creo que te servirá -dijo, extendiéndome el vestido sin darme tiempo para decir nada.
Lo tomé, sin mostrar ni una sola emoción en mi rostro. No tenía ganas de agradecerle ni de hacer ningún comentario. Giré sobre mis talones y me dirigí a mis hombres.
-Necesito que encuentren a la chica cuyo aroma está en este vestido -les ordené, arrojando la prenda a uno de ellos. Todos la olfatearon con atención, y luego comenzaron a dispersarse por todos lados. Tres de ellos tomaron un camino determinado, y yo decidí seguir al mejor rastreador que tenía en mi equipo.
Este hombre, híbrido entre licántropo y vampiro, tenía una capacidad sensorial mucho más aguda que los demás, y eso lo hacía perfecto para esta tarea.
(...)
Tras seguir al híbrido, llegamos a la manada "Luna Oscura". El rastro era claro, y mi paciencia estaba a punto de agotarse.
-Señora, aquí llega el primer rastro. Ella está con dos vampiros y otros dos licántropos -dijo el rastreador, su voz firme, con el aire de quien sabe lo que está haciendo. Luego agregó-: Se separaron de uno de los licántropos, que se quedó aquí. Aparentemente, el alfa de esta manada...
-Así que este tiene que ver... -dije, pensativa. Mi mente no dejaba de dar vueltas, pero necesitaba respuestas. Miré al rastreador, curiosa-. ¿Necesito hablar con él?
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Editado: 12.05.2025