Mi Alpha Protector ( #1 )

Capitulo 35 - Karen Romanov

Me levanto de golpe de la cama, el sudor recorre mi espalda y el corazón late tan fuerte que siento como si fuera a salirse de mi pecho. La respiración entrecortada no me permite calmarme, y cuando giro la cabeza, veo que Lucas sigue profundamente dormido, completamente ajeno a la tormenta interna que estoy viviendo. La angustia me consume por completo, pero intento mantenerme lo más tranquila posible. Respiro hondo, y sin pensarlo mucho, me levanto de la cama y me dirijo a la terraza en busca de aire fresco.

El aire frío me golpea la piel al salir al exterior. Me siento en el sofá que está justo mirando hacia el bosque, y aunque mi cuerpo está tenso, la brisa fresca me ayuda a calmar mis nervios. El aroma a tierra mojada me envuelve, ese olor tan característico después de la lluvia. Estuvo lloviendo un poco antes, y el aroma es más intenso, como si el mismo bosque estuviera respirando conmigo. Cierro los ojos y me dejo envolver por la serenidad momentánea, intentando encontrar algo de paz en medio de todo esto. Pero mi mente no puede dejar de dar vueltas al sueño que tuve antes de despertar. ¿Qué significaba? ¿Era solo una pesadilla?

"Sueño…" murmuro en voz baja, como si intentara convencerme.

"Seguro fue solo una pesadilla, o…," me detengo de golpe, mis palabras se me atoran en la garganta. "No, no y no… fue solo una pesadilla, nada más que eso," repito en un intento por calmarme. Pero en el fondo, algo no encaja. Mi mente sigue dando vueltas, no puedo dejar de pensar en esa imagen, en esa sensación.

No me atrevo a seguir dándole más vueltas, así que respiro profundamente, dirigiendo mi mirada nuevamente hacia el bosque. El cielo comienza a despejarse poco a poco, y deduzco que ya son casi las cinco, tal vez cerca de las seis. Aún sigo aquí, sentada en la terraza, mientras la casa sigue en su silencio. La cama se mueve un poco, lo que me hace pensar que Lucas ya ha notado que no estoy allí, pero decido ignorarlo, cerrando los ojos para disfrutar del aire fresco.

El aroma a tierra sigue acompañándome, pero últimamente hay algo más. Ese aroma se mezcla con algo más floral, con girasoles y orquídeas, acompañado de una melodía tan suave que parece provenir de un piano lejano, como si mi mente estuviera creando una sinfonía solo para mí. Pero, ¿por qué esta sensación es tan persistente?, ¿Qué está pasando conmigo?

En ese momento, Lucas aparece en la terraza, visiblemente somnoliento, el cabello desordenado y los ojos aún llenos de sueño. Me mira con esa mirada apagada por el cansancio, pero al verme ahí, parece que de inmediato se despierta un poco más.

—¿Qué pasa? —pregunta con voz rasposa, frotándose los ojos. Sonrío suavemente y lo miro.

—Nada —respondo, encogiéndome de hombros. "No podía dormir, así que decidí ver el paisaje…" le digo, sonriendo de forma tranquila, tratando de ocultar la tormenta que tengo en la cabeza.

—Me hubieras despertado para hacerte compañía —dice, acercándose a mí. Se sienta a mi lado, rodeándome con su brazo, y puedo sentir la calidez de su cuerpo. Mi respiración comienza a tranquilizarse un poco al sentir su cercanía.

—No creo —respondo, recostándome en su pecho mientras él acaricia suavemente mi brazo. Cierro los ojos, disfrutando de ese gesto tan tierno. —Te veías muy lindo dormido… —añado, riendo ligeramente—. Eres muy tierno cuando duermes… además, tienes el sueño pesado —me burlo, sintiendo cómo me relajo un poco más.

—¿Por qué no podías dormir? —pregunta después de un rato, su tono ahora más serio. —Aunque no lo creas, me he dado cuenta de que estas últimas noches has salido del cuarto, o de la cama, por lo mismo. No puedes dormir…

"Pesadillas…" digo de manera sencilla, encogiéndome de hombros. Intento restarle importancia. —Estoy acostumbrada. No te preocupes, ya pronto se irán… —le aseguro, pero la última frase la murmuro más para mí misma, sin querer realmente admitir lo que siento. Ese sueño, esas sensaciones, no me están dejando en paz.

—O eso espero… —agrego, casi sin pensarlo, dejando que mi voz se apague al final. La duda me corroe, pero me callo antes de dejarla salir en voz alta.

Pasamos un rato más en esa posición, el aire sigue refrescando mi piel y el aroma del bosque se hace más fuerte. Pero también la melodía… esa misma que me ha estado rondando en la cabeza. Me siento como si algo me estuviera llamando, algo más grande que yo misma, una necesidad inexplicable de seguirla. Mi mente parece estar a punto de explotar con todas estas sensaciones contradictorias. La melodía se intensifica, el aroma se hace más presente.

De golpe, me separo del pecho de Lucas y me acerco a la baranda de la terraza. Me inclino hacia adelante, intentando captar mejor el aire. No me he equivocado, ese aroma es el mismo, la misma mezcla de girasoles y orquídeas. Cierro los ojos y respiro profundamente, pero no puedo ignorar lo que siento. Algo en mí se estremece, y por un momento siento que el mundo alrededor se desvanece.

—¿Qué pasa? —pregunta Lucas, alarmado por mi repentino movimiento. Lo miro a los ojos, pero sé que no puedo quedarme ahí. Algo en mi interior me empuja a hacer algo, a ir tras ese olor, esa melodía. Trato de ignorarlo, pero es más fuerte de lo que pensaba. No puedo controlarlo más.

Antes de que pueda responder, una extraña necesidad me invade, como si algo me estuviera llamando, algo que no puedo explicar pero que siento con todo mi ser. Es tan urgente, tan poderoso, que sin pensarlo más, salto de la terraza y empiezo a correr hacia el bosque. La velocidad con la que me muevo es sorprendente, mis pasos se sienten ligeros, casi como si volara por el aire. Mis ojos deben haber cambiado de color, pero me niego a mirarme. Sigo corriendo, siguiendo ese extraño llamado que viene de lo más profundo del bosque. No sé por qué, pero no puedo detenerme. Necesito estar más cerca de eso, como si mi cuerpo lo pidiera, como si mi alma lo necesitara.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.