Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 2

Alexandra

Meto la siguiente cucharada de helado a mi boca, el día amaneció más que aburrido, no hay ningún canal interesante y lo único que aparece en los canales de las manadas es lo mismo: "que el rey Alpha llegara a la manada piedra de luna a ver si prueba suerte con la búsqueda de su mate", lo único que se escucha en este pueblo son los suspiros de las mujeres felices, lo tienen en un gran pedestal y se supone que es un maldito asesino, mata por desacato a su ley, está loco.

La gente muy poco le importa que gobierne con puño de hierro y las mujeres se les olvida lo desagradable que puede ser cuando te ignora, ¿Cómo lo sé? No es por experiencia propia claro pero mi prima de parte de mi padre, le insistió hasta que este dijo que si y se la llevo a una de las ostentosas fiestas de alpha de todas las manadas donde ahí pudo conocer a este poco caballeroso animal.

Cuando mi prima regreso desato su llanto conmigo diciéndome a detalle como la rechazo e ignoro de una manera poco particular, duro días devastada ya que el Alpha rey era su amor platónico, lo único bueno es que meses después papá la volvió a invitar a la misma reunión y aunque dudo al final acepto y ahí, en esa visita a la manada capital conoció a su mate y actual esposo.

Me levanto del sofá y me dirijo hacia la cocina en busca de más helado de menta y para mi mala suerte están mis padres sentados desayunando en las butacas, sin darme cuenta mi rostro me traiciona adoptando una mala mirada.

—Buenos días, hija —me saluda mi padre el cual no recibe respuesta de mi parte —, y seguimos de mal humor —dice refiriéndose a mis comportamientos. Regresa su mirada hacia el periódico.

Guio mis pies hacia la nevera donde busco una pizza congelada, me acerco al horno y lo enciendo para después meter la pizza y cerrarlo, me incorporo y comienzo a jugar con mis pies que poseen pantuflas azules, siento el ambiente incomodo y ese silencio es el último toque para que tenga ganas de irme ya.

—Hola hija —dice mi madre rompiendo el silencio.

—Hola mamá —digo con actitud desganada y distraída, evito su mirada fijando los ojos en el horno.

—Voy a ser directa hija, relájate —se ubica a mi lado recostando la espalda en el mesón —, estas muy grandecita para que nos hagas estos berrinches a tu padre y a mí —posa su mano en mi hombro y observo como lo aprieta para después regalarme una sonrisa —, es solo un momento hija, entiende que después de todo esto el no vendrá por lo menos en veinte años más.

Al escuchar la palabra berrinche ignoro todo lo demás que me dice y la encaro.

—No mamá, tú sabes perfectamente que soy un ser libre y tener un "mate" solo es atarse una soga al cuello —ella niega con la cabeza —, no, no, me vengas con el discurso de "lo vas a amar, cuando estés con él te sentirás en las nubes" y no me refiero a que tal vez sea la mate del rey Alpha me refiero a cualquiera que pueda ser mi mate.

Desvió mi mirada hacia la pizza que por lo visto esta lista porque le subí el calor para no estar tanto tiempo en este lugar, tomo un gran plato y como puedo con cuidado de no quemarme la saco dejándola en el plato, ni siquiera tomo algo con que pasarla, solo me la llevo hacia mi habitación donde me encierro a comerla.

No puedo ser su mate, eso sería una completa desgracia, él es el Alpha rey, tiene mucho poder y si soy su mate y me niego me da temor que acabe con mi familia completa, la única salvación de mi libertad es de que sea un hombre lobo común, podría mandarlo a bolar o desterrarlo o tal vez impedirle que pise estas tierras, pero con el Alpha rey no puedo.

A pesar de hacerme creer a mí misma de que las probabilidades de ser su mate están a tan solo un veinte por ciento, esa seguridad menguo y me hizo creer en un sesenta por ciento por el miedo y los nervios que me cargo, eran las 11:00 pm y el supuesto rey Alpha —el ser más idiota y tirano —llegaría a las 12:00 así que me dirijo al baño para luego comenzar a arreglarme para la ocasión.

claro que la fiesta iniciaba más temprano, pero yo no iba a asistir, eso fue lo único que me permitió mi madre y ahora estoy aquí en mi armario en busca de mi ropa interior, pero no hay nada... ¿Qué demonios les pasó a mis bragas?

—¡¿Pero?! ¡¿qué está pasando?! —dije alterada, dije mientras buscaba como loca en los cajones —, ¿Dónde está mi ropa interior? —sigo buscando en otros cajones y no encuentro nada.

Hasta que vi aquella lencería roja que compró Roxana para mí, vi que está tenía una nota pegada. Se la quite, la abrí y comencé a leer.

¡Holis!

Cuando me veas me vas a matar, pero quiero...no, tienes que colocar esa lencería en tu cuerpecito sí o sí, juro que te verás sexy.

te quiero, besos.

Att: Roxana.

Maldita, maldita y mil veces ¡maldita! se llevó mi ropa interior. La muy descarada solo me dejo esta pequeña pieza de ropa que no deja nada a la imaginación, Aunque peor es nada, me niego a ir sin algo a bajo.

 

****

En vestimenta estaba lista pero no estaba lista psicológicamente para enfrentarme a lo que se venía, eran las 11: 30 pm y ya quería que el Rey alpha llegara para irme con una gran sonrisa al darme cuenta que no soy su mate y continuar con mi vida como si nada.

Todas las mujeres de la manada estaban mirando hacia la gran montaña sonriendo felices como si esto fuera un regalo de la diosa luna. cuando ya eran las 12:00 am todos vieron como a lo lejos un lobo grande, de pelaje negro, con un color rubí y digo rubí porque a causa de la luz de la luna estos brillaban, pero imagino que tienen que ser el carmesí más profundo que ha existido; un rojo que denotaba poderío, fuerza y que asustaba a la vez, en pocas palabras tenía una presencia que al solo mirarlo causaba escalofríos.

Por un momento comencé a recordar aquel sueño que tuve. Es él, ¡sí, es él!  Es el lobo de mis sueños. estaba al lado de Roxy y en ese momento ella me toma mi mano dándome una sonrisa con un susurro acompañado: suerte, no sé si la suerte es referente a lo mismo que quieren todas las demás o lo que quiero yo, pero ver su mano entrelazada con la mía me dio seguridad, eso necesito, necesito compañía porque a pesar de todo estoy asustada. Cierro mis ojos con fuerza esperando que todo pase.




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