Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 5

Me levante del piso y sacudí el polvo que ensucio mis pantalones cortos, camine a paso apresurado hacia la mansión en busca de la raíz de los gritos. ¿Quién podía estar armando tanto escándalo? Frene en seco en la entrada del patio trasero para escuchar mejor así que cuando descubrí que aquellos gritos venían del despacho de Danton me asuste, ¡joder! ¿y si está torturando a la pobre? Apure más el paso hasta casi correr, entre sin tocar la puerta y vi a una chica simpática, alta, castaña. La chica se encontraba gritándole a Danton exaltada y expulsando coraje con cada palabra de soltaba.

—¿Qué está pasando aquí? — Los mire desorientada, ¿Quién es ella? Ahora que veo mejor; Danton no está torturando a nadie y aquella chica le reclamaba con tanta confianza, que parecía que se conocían desde hace mucho tiempo.

Danton se le ve mal humorado como si la presencia de aquella chica le desagradara en todos los sentidos ¿Quién demonios es ella? Arruino mi mañana a base de gritos.



 

Danton

Minutos atrás.

Sali del baño, y mire a mi alrededor en busca de mi Alexandra, al parecer no está en la habitación, arrugue el entrecejo y concentre mi olfato para intentar detectar su olor, está aquí pero no me voy a centrar para saber en dónde.

Esta mañana me hizo mucha gracia sus preguntas imprudentes e infantiles, joder, estaba tan centrado en ella y en ordenar que no entre a ninguna manada si logra escapar, todavía me pregunto porque diablos la dejaron pasar a la manada de sus padres —sin darme cuenta ya estoy sonriendo con lo de hace una hora —me ha tenido vergüenza al principio, pero creo que ya se está acostumbrando ya que la pregunta que me hizo acerca de la medición de mi miembro me dejo un poco descolocado. Ya vestido salgo de la habitación y voy directo a la cocina, lugar favorito de Rosita, mi nana.

Es mi mate, mi pareja, pero esa niña no ha experimentado nada, desde que la vi pude darme cuenta al solo mirarla que era virgen, es un poco inmadura en el sentido de aceptar que yo soy su pareja, nadie más, quiere una "libertad" que no creo que vaya a conseguir, está atada a mí por todo su tiempo de vida y vaya que si es un tiempo largo.

Ella es tan pequeña y joven, tan acuerpada por proporciones perfectas, es tan baja para mí, yo como hombre lobo Alpha tengo una altura de casi dos metros y ella tan solo medirá como el metro setenta y algo casi para el ochenta, tengo más de doscientos años, exactamente doscientos ya que ayer fue mi cumpleaños y este fue el mejor regalo que la diosa luna me ha podido dar.

No sé y tampoco tengo idea de cómo será mi relación con ella, no puedo decirle le quintuplico la edad porque eso es muy poco, ella me grito a la cara pedófilo y lo sentí más que cualquiera de otros de sus insultos, no es mi culpa que ella sea una enana menor de edad que se ve como una sexy muñeca.

—Rosita, ¿Sabes dónde está, Alexandra? —le pregunto cuando entro a la cocina.

—¿La niña Alexandra? No, pero tiene que estar por ahí —responde tranquila mientras pica una zanahoria.

—Nana, eso no es una respuesta. ¿ella desayuno? — le pregunté.

—Si, mi niño.

Rosa me preparo el desayuno así que me senté en una de las butacas de la isla de la cocina y me dispuse a desayunar. Después de eso salí directo al despacho y me senté en la silla de mi escritorio para trabajar, tengo tantos papeles que debo revisar y quero deshacerme de mucho trabajo para poder dedicarle tiempo a mi bella pareja.

Abrí la y de ahí me concentre en cada tratado y problemas, mi atención estaba tan fija en la pantalla y en cada papel que leía que me fije muy tarde de ese aroma diferente que venía hacia este despacho, ¿ahora quien mierda hoza interrumpir mi tiempo? Esto es una desgracia, Tyler, mi beta rey, no está para ayudarme, esta con la atención puesta al cien por uno en su pareja.

Él nunca ha tenido pareja antes, el paso doscientos un año solo.

Ese olor extraño ya yo lo reconocía así que me disguste más al saber quién venía a interrumpir. 

—Pase —dije mirando la laptop y abrieron la puerta, asomó la cabeza uno de los guardaespaldas que cuida mi despacho —. ¿Qué pasa? —le pregunto mirando la laptop todavía.

—Señor la señorita Aneth lo está buscando —informa y yo levanto la cabeza para mirarlo.

—Bien, dile que pase.

Se me olvido por completo que la llame, solicitando un encuentro conmigo. Aneth es un simple viejo pasatiempo o para dejar las cosas más claras, compañera de cama, la conocí tiempo después de la muerte de... no son temas a comentar, Aneth se volvió mi amante o compañera de cama privada, pero hace tiempo que la dejé de ver.

Abrieron la puerta de mi despacho de sopetón, dejando ver a la figura femenina de mi ex follada.

—Mi amor, tengo ya dos años que no te veo, pensé que no me querías... hasta que me llamaste diciéndome que querías hablar conmigo, estoy dispuesta a hacer lo que me pidas y digas —se acerca a mi e intenta acariciar mi pecho, pero agarro su muñeca antes de que me ponga una mano encima y la aparto con prudencia.

—Bueno, ya que estas tan dispuesta a escuchar—fruncí el entrecejo por el hecho de que le he apartado la mano, pero aun así sus ojos reflejaban felicidad como si le fuera a dar buenas noticias —, no te quiero volver a ver por aquí y si no cumples con lo que te ordeno te desterrare y si te encuentro merodeando por mis tierras soy capaz de ponerle precio a tu cabeza o matarte yo mismo.

Esto la dejo atónita, provocando que su sonrisa se fuera borrando poco a poco formando una mueca extraña, se quedó en ese estado, muy quieta como si estuviera paralizada pero cuando reacciono lo que hizo fue atacar mi pecho con sus manos vueltas puño.

—¡QUE!, tu no me puedes echar yo soy tú próxima luna, tu novia, tu compañera —comienza a exaltarme enojada sin importarle mi maldito cargo, quien soy y que soy capaz de hacerle si se sigue pasado de confianzuda —, tú eres mío, tú eres para mí, estamos destinados a estar juntos para siempre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.