Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 12

Alexandra

—Y dime, ¿Qué harás ahora que tienes dos mates? —cuestiono Roxana.

—bueno puede que me vaya con el otro sola para ver cómo me trata —bromeó y Roxy me da un golpe en el hombro y yo me rio.

—Deja de bromear con eso, sabes que es vampiro y dudo que te vayas con él, te conozco y sé que preferirías aguantar al pesado de tu mate o cortarte una teta antes de irte con un vampiro —me rio por su ultimo comentario y ella me pega con la almohada que tiene en las piernas.

—Lo sé muy bien —dije segura de mí misma —, y todo esto es una mierda sabiendo que ni quería tener mate, ahora tengo dos —me muerdo la uña de mi dedo pulgar y frunzo el entre cejo ahora más preocupada —. Son dos, joder, ¡dos!

—No es que este precisamente a favor de Danton, pero es mejor malo conocido que malo por conocer —Roxy frunce el entrecejo y comienza a negar con la cabeza —, soné como mi madre —ruedo los ojos y asiento con la cabeza.

—Tampoco es como si me pensara ir, sabes, no tengo escapatoria, lo intente hoy y termine encontrándome con un vampiro que me grito que era su eterna así que ahora no pensare escapar.

Después de eso Roxy y yo cambiamos de tema, ella me conto algunas cosas de su encuentro con Tyler y en sus ojos se reflejaba una linda ilusión, para Roxy no fue tan difícil aceptarlo ya que ella ya está transformada, ella es mayor que yo por un año, nos conocimos en el instituto, estábamos en el mismo curso ya que yo adelante un año.

—Alexandra, vámonos —dijo Danton de pie detrás de mi esperando a que me levantara del sofá.

—Está bien —fue lo único que dije.

—Espero verte pronto —me sonrió Roxana para luego abrazarme— te voy a extrañar, estúpida.

—adiós Roxy.
 

Al llegar a la mansión, Danton me dijo que tenía unos asuntos que resolver en la comisaria del centro, me dejo sola y tome eso como una oportunidad para seguir buscando cualquier cosa. Me di cuenta que la casa estaba sola y que los guardias vigilaban, pero desde fuera de la casa.

Entre a la habitación que compartía con Danton y me dirijo a la mesa de noche para sacar las dos llaves, me dirijo a aquella puerta del cuarto de matrimonio y metí la llave y la gire para darme paso a la habitación, seguí buscando en cada rincón, volví a abrir la misma gaveta de antes y encontré otra llave, era la llave del armario, la tome, en realidad no sé qué habrá en el armario y no sé lo que pueda encontrar, solo espero que no me encuentre con un cadáver disecado.

Decidida me dirigía a el armario para introducir la llave. la introduje y cerré los ojos para luego girar mi mano abriendo el armario, cuando abrí la puerta del armario y abrí los ojos me encontré con un armario vacío, decidí indagar un poco en la repisa del armario y me encontré con una caja, la tomé y me dirigí a la cama la abrí y vi rasgos de un vestido de novia quemado.

Los saque de la caja y era un velo y unos cuantos pedazos de tela más, los terminé de sacar vi dos anillos de oro...eran lindos. Encontré una tarjeta vieja y decidí leerla.

Te fuiste antes de casarnos, ya no queda más nada que esto, unos trozos de tela hechos triza.

D.B

—¡Diosa luna que está pasando! — exclame —, tienden a involucrarme en cosas muy raras últimamente.

Me levante de la cama y guarde todo donde estaba y me dirigí a la biblioteca a dejar las llaves en su lugar. Ya no había más nada que me diera indicios de algo. Lo único que esperaba era que Danton me contara la verdad.

Me dirigí a la cocina y tome un vaso de jugo de fresa, dejé la jarra en la nevera y me iba a voltear cuando sentí que unas manos me tomaron de la sintiera. Claro que se quién es. Es Danton.

—¡Danton! Me asustaste idiota— lo regañé.

—Discúlpame —se burló tomando la jarra de agua de la nevera.

—sí, disculpas — le dije sarcástica.

—perdonada —me responde jodiendo mi paciencia.

—Idiota.

—Pero aun así me amas —torcí los ojos.

—Sí, claro, mira que amo que me tengan en un lugar contra mi voluntad con alguien sumamente más viejo que yo, ¿Cuántos son? ¿Cien? ¿doscientos? —el aprieta la mandíbula claramente fastidiosa, sé que tampoco le agradara esta cosa de que yo sea extremadamente más joven que yo, pero ese no es mi problema mental.

Lo veo soltar una bocanada de aire mientras se pasa la mano derecha por la cara.

—¿Quieres hacer algo mañana o prefieres aburrirte aquí? —me dice y yo me lo pienso, la verdad que no me quiero quedar aquí sin hacer nada.

—Está bien, un picnic no estaría nada mal —le dije y el asintió.

Se acerco a mí y deposito un beso en mi frente dejándome quieta con los ojos bien abiertos; viéndolo marcharse de la cocina, como cada vez que tiene un acercamiento a mi quedo paralizada y esta vez no fue la excepción.

 




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