Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 17

Alexandra

Me levanté muy temprano ya que, mi cuerpo no se ha adaptado a un lugar diferente, no tenía más nada que hacer en la habitación así que después de dúchame y cambiarme Sali de la habitación y comencé a pasearme por todos los pasillos del lugar, las empleadas de este castillo no me miran, cada que doy un paso y cualquiera está cerca agachan la cabeza, imagino que en forma de respeto.

No sé ni como termine en el patio trasero, pero Sali por la puerta y me adentre, la diferencia de ambiente era abismal, todo el cielo estaba nublado, el jardín estaba todo muerto, rosas opacas y muertas, muy tétrico todo y aburrido diría yo. Dejo de mirar todo cuando mis ojos se detienen en la persona que toma café en una de las mesas que están en el patio trasero mientras leía un libro.

—¿Despierta tan temprano? ¿es una costumbre tuya a la que me debo adaptar o es un caso especial el de hoy? —levanta la mirada de aquel libro y me observo por un lazo de tiempo que me confundió.

Tiene una mirada penétrate que llega a hipnotizar por unos segundos. Sacudo la cabeza y le regalo una sonrisa.

—No, solo que... no pude dormir muy bien y mientras me adapte estaré despertándome temprano.

—Me es gratificante tener una compañía tan cálida y apacible como la tuya, flor de ojos otoñales, y mejillas sonrojadas de rubor de sangre —me señala la silla que se encuentra al lado de la suya, indicándome que me siente a su lado.

Ya sentada veo como él toma la mano que tengo sobre la mesa y besa con delicadeza los nudillos. Siento mi cara arder de vergüenza así que aclaro mi garganta y retiro mi mano de inmediato.

—Amor mío, ¿Qué deseas desayunar en esta mañana? —me dice y yo con torpeza me levanto para negar rápido con la cabeza.

—Yo... ya me voy— dije rápidamente ignorando sus anteriores palabras — por cierto, ¿dónde queda la cocina?

No me miró a mí, sino que le hizo seña a una de las empleadas que estaba formada en fila esperando una de sus órdenes, hasta ahora me doy cuentas de ellas, ella se me acerco y me dijo que la acompañara, me imaginé que lógico sería la cocina.

En la cocina me encuentro a una mujer muy bien parecida de cabellos dorados que preparaba algo en el fogón que olía muy bien, no se percató de mi presencia junto a la otra chica del servicio. La chica que me acompaño aclaro la garganta haciendo que la chica de cabezo dorado diera un respingón y se girara, estaba a punto de sonreír, pero al verme palideció y expandió los ojos.

—¿ha pasado algo? —le pregunto y no decía ninguna palabra, solo me reparaba con su mirada de estupor.

—No nada señorita. Solo que no entiendo —eso último lo dijo para ella en voz baja, pero la escuche —, ¿quiere que le prepare algo en específico, tendrá que decírmelo ya que estamos cortos de comida por cuestiones obvias —me dijo, refiriéndose a los vampiros y su alimento primario que es la sangre.

Asentí y me senté en el taburete de la isla de la cocina, la chica era verdaderamente hermosa y por su olor la identifiqué como hibrida, después de darle las indicaciones de lo que quería comer ella asintió y comenzó a prepararlo todo.

Cuando termino dejo el plato frente a mí, pero antes pregunto que si iba a comer en la mesa del comedor principal a lo cual me negué, ella pensaba retirarse rápidamente, pero la detuve ya que de todas era la única que se atrevió a mirarme y no solo eso, también me reparo por completo.

—¿Cómo te llamas? —le pregunte y ella me sonrió apenada.

—Soy Flor —dice y susurra algo que también escucho "creí que sabía mi nombre" no entiendo que pasa, pero lo averiguare muy pronto.

Literalmente después de su nombre ella se comenzó a reflejar más incomoda así que termine de comer para luego sonreírle y preguntarle quien hacia los cafés de las mañanas del rey vampiro, a lo que ella me responde que ella misma los hacía.

En el momento en el que le dije que los comenzaría hacer desde ahora en adelante se mordió el labio preocupada, pero sin titubeos acepto.

Sali de la cocina y me dirigí hacia mi habitación, pero al estar frente la puerta me detengo.

¡mierda! ¿Como no lo pude pensar antes? ¿Cómo diablos le voy a preparar el café todos los días sin tener confianza con él? Se vería demasiado extraño y un acto estúpido de mi parte, la única solución es sobornar a Flor y dormir con el rey vampiro.

 




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